El bucle redentor

Hay algo de la p¨¢tina de una vieja colecci¨®n de fotograf¨ªas reencontrada en la casa de verano de la infancia en el cuidadoso envoltorio est¨¦tico de El incre¨ªble finde menguante, el atrevido debut en la direcci¨®n de largometrajes de Jon Mikel Caballero. La marcada vocaci¨®n de estilo del trabajo de fotograf¨ªa de T?nia da Fonseca y el eficaz recurso de comprimir el ancho de pantalla a medida que va avanzado el juego de bucles temporales que domina la trama imprimen a esta ficci¨®n cu¨¢ntica al servicio de una redenci¨®n sentimental una seductora personalidad, que permite al conjunto esquivar el riesgo de mimetizar sus obvios referentes narrativos, que se extienden desde la fundacional Atrapado en el tiempo (1993) hasta la compleja y agridulce Olv¨ªdate de m¨ª (2004).

En El incre¨ªble finde menguante, un fugaz fin de semana en una casa rural se convierte para Alba (Iria del R¨ªo), la m¨¢s ca¨®tica del grupo, en un infierno subjetivo de reseteos temporales, progresivamente breves, que funcionan antes como elegante licencia po¨¦tica que como seudociencia y extienden la posibilidad de reparar errores afectivos y fortalecer lazos deteriorados. Hay una cierta voluntad de retrato generacional ¨Cde la precariedad generacional, en concreto- que se manifiesta en la escena de la cena y en conversaciones casuales, pero la pel¨ªcula pierde de vista ese rasgo una vez que la protagonista se convierte en ¨²nico foco del relato. No es un reparo menor: Alba acaba siendo el ¨²nico personaje bien construido, mientras el resto se difumina y su inter¨¦s sentimental permanece atrapado en una descorazonadora opacidad. Y tambi¨¦n es Alba quien acaba cargando con lo m¨¢s discutible de la propuesta: resulta parad¨®jico que un trabajo que tiene el detalle de no juzgar a sus personajes secundarios acabe eligiendo contar una historia de conformidad e integraci¨®n de un esp¨ªritu libre.