La Guerra Civil, dibujada para Aldous Huxley por los ni?os que la sufrieron
Aparece el libro in¨¦dito en Espa?a que el autor de 'Un mundo feliz' public¨® en Estados Unidos para apoyar a la Rep¨²blica y que fue pionero en terapias psicol¨®gicas sobre traumas b¨¦licos
Un avi¨®n es un artefacto extra?o. M¨¢s a ojos de un ni?o. Y m¨¢s todav¨ªa a ojos de un ni?o que sufre una guerra. Tiene, por un lado, la apariencia de un juguete desbocado por el cielo. Por otro, la evidencia de un monstruo asesino que arroja bombas desde su est¨®mago de metal. En la Guerra Civil espa?ola fue lo que m¨¢s impresion¨® a quienes lo dibujaron una y otra vez. Representaba la fascinaci¨®n y la amenaza. As¨ª lo pudo comprobar y lo plasm¨® Aldous Huxley, autor de Un mundo feliz, novelista brit¨¢nico comprometido con el bando republicano. El escritor se implic¨® a fondo en una exposici¨®n y prolog¨® un libro ¡ª?Y todav¨ªa dibujan!¡ª, que aparece ahora en Espa?a, publicado por La u?a rota.
Huxley fue gran amigo de Juan Negr¨ªn. Le regal¨® en 1938, a?o en el que se public¨®, un ejemplar del libro hasta ahora desconocido en el pa¨ªs que retrata. El presidente del Gobierno de la Rep¨²blica consigui¨® ganarlo para la causa y el escritor respondi¨® junto al grupo de los cu¨¢queros, que trat¨® de aliviar el sufrimiento de las v¨ªctimas de ambos bandos.
Una clave fundamental de sus iniciativas fueron los ni?os. Hasta entonces, apenas se les hab¨ªa descubierto como movilizadores de conciencia en medio de un enfrentamiento armado. Las fotograf¨ªas de, entre otros, Robert Capa, Gerda Taro, Cartier- Bresson o el espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªaz Casariego, los colocan en primer plano, junto a varios documentales de la ¨¦poca. ¡°En el conflicto espa?ol, la imagen del ni?o como v¨ªctima inocente se desarrolla visualmente dentro de un contexto de guerra¡±, asegura Leticia Fern¨¢ndez-Fontecha, poeta e historiadora, responsable de esta nueva edici¨®n. ¡°Es algo que antes no hab¨ªa ocurrido ya que no exist¨ªan todav¨ªa los avances tecnol¨®gicos que lo permitiesen y tampoco se hab¨ªa atacado anteriormente a civiles a esa escala¡±.
Pero junto a las im¨¢genes de los profesionales y los reporteros de guerra existi¨® tambi¨¦n otro tipo de sensibilizaci¨®n menos masiva aunque equiparable en impacto. Los dibujos de las propias v¨ªctimas. En gran parte de los 60 originales reunidos para este libro, esa indefensi¨®n de lo m¨¢s vulnerable y desprotegido queda patente. Son los propios ni?os quienes ponen el foco en el abuso y el desequilibrio entre quien perpetra la masacre y quien trata de protegerse.
Huxley fue gran amigo de Juan Negr¨ªn. Le regal¨® en 1938 un ejemplar del libro hasta ahora desconocido en el pa¨ªs que retrata"
Nada queda a salvo: la naturaleza, los hogares, las familias, que observan y sufren un continuo acecho de las bombas y el fuego. ¡°Los dibujos abren un espacio para la voz de los ni?os. Lo interesante es que, si bien la infancia se vuelve el centro de la atenci¨®n medi¨¢tica, a la vez se convierte en s¨ªmbolo de temas que van m¨¢s all¨¢ de su propio bienestar. Es decir, al utilizar a los ni?os para sensibilizar sobre la causa republicana o nacional, que tambi¨¦n sucedi¨®, se vuelven objeto de la mirada y los bandos de los adultos¡±, asegura Fern¨¢ndez-Fontecha.
La experta lo descubri¨® mientras preparaba su doctorado sobre el dolor y la infancia en la Universidad de Columbia (Nueva York). Revis¨® unos archivos en San Diego y ah¨ª estaban. El papel que juega el sufrimiento de los m¨¢s peque?os en la guerra espa?ola cambia el punto de vista posterior en la historia. Tambi¨¦n conduce a que la psicolog¨ªa, como ciencia, empiece a interesarse en analizar los traumas derivados de esa situaci¨®n. Abren el inicio de un rumbo que cristaliza en la Segunda Guerra Mundial.
Cada ejemplar de ?Y todav¨ªa dibujan! costaba un d¨®lar que iba a parar al American Friends Service Committee. La exposici¨®n se inaugur¨® en los almacenes Lord and Taylor de Nueva York y luego viaj¨® a los museos de Boston y Worcester. Se trata de un material similar al que sali¨® de una labor de campo que la psic¨®loga Regina Lago realiz¨® en Espa?a. Recopil¨® 1.872 piezas, que tambi¨¦n quedaron expuestas en Par¨ªs. No se trataba de cualquier trabajo. Fue el primero en la psicolog¨ªa de la ¨¦poca v¨¢lido como terapia para que los ni?os expresaran sus sentimientos.
¡°Los dibujos abren un espacio para la voz de los ni?os", asegura Leticia Fern¨¢ndez-Fontecha, responsable de la nueva edici¨®n
Con ellos, Lago analiz¨® varias derivadas de las heridas psicol¨®gicas de la guerra, cuenta Fern¨¢ndez-Fontecha. ¡°Pero no llega a hacer un estudio sistem¨¢tico de los traumas que viv¨ªan estas v¨ªctimas¡±. Eso aparece despu¨¦s. ¡°Durante el proceso de evacuaci¨®n en la contienda europea. Psic¨®logos como Anna Freud o Melanie Klein analizan en profundidad los impactos experimentados por los ni?os ingleses y hacen una distinci¨®n importante: por un lado, el hecho de verse expuesto a la violencia y las bombas. Por otro, el trauma derivado de la ansiedad de la separaci¨®n. De aqu¨ª surgen las primeras teor¨ªas sobre ese asunto¡±.
Para llegar ah¨ª, por tanto, el libro prologado por Huxley result¨® algo pionero: ¡°El objetivo principal era mostrar que los ni?os son los m¨¢s vulnerables en un contexto b¨¦lico, pero la intenci¨®n del proyecto iba m¨¢s all¨¢. No s¨®lo denunciar la situaci¨®n de los menores. Pretend¨ªan abrir un espacio donde escuchar directamente sus vivencias¡±, asegura la poeta. Huxley, en su texto, habla precisamente de eso: ¡°De la capacidad para reflejar las experiencias vividas y de la imaginaci¨®n como ¨²ltimo reducto de libertad¡±.
Babelia
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