Odiosas comparaciones

Debiera existir una norma que permitiera suspender de inmediato la feria en caso de que se produzca una hist¨®rica excepcionalidad art¨ªstica, como la sucedida en la tarde del 10 de mayo de 2019 en la Maestranza de Sevilla, y que figura ya en los anales de la historia.

Se evitar¨ªan as¨ª odiosas comparaciones como las acaecidas ayer con Antonio Ferrera, El Fandi y L¨®pez Sim¨®n, que acudieron, l¨®gicamente, en inferioridad de condiciones.

?Con qu¨¦ esp¨ªritu vienen los tres a la plaza a sabiendas de que los tendidos siguen pensando y regode¨¢ndose en el arte que desparram¨® Pablo Aguado? ?Qu¨¦ tienen que hacer los tres, no ya para borrar lo vivido ¡ªsue?o imposible¡ª, sino para reclamar la atenci¨®n de quienes ya han gozado de la felicidad completa?

Todos los toreros son necesarios, faltar¨ªa m¨¢s; en la diversidad tambi¨¦n reside la grandeza de esta fiesta, pero era inevitable que las llamaradas de emoci¨®n esparcidas la tarde del viernes siguieran revoloteando por los tendidos.

Dicho lo cual, un rapapolvo merece alg¨²n coletudo por no estar a la altura de la calidad de los toros que le tocaron en suerte. L¨®pez Sim¨®n, por ejemplo, es uno de ellos. Su lote fue de puerta grande, encastados los dos y de calidad excelsa en la muleta. Y en ambos estuvo correcto; es decir, superficial, hueco, acelerado, sin atisbo de hondura ni relajaci¨®n. Traz¨® naturales largos en el primero y unos airosos ayudados por bajo finales, pero en la plaza qued¨® el convencimiento de que era toro de triunfo importante. Y de calidad suprema fue el sexto, al que tore¨® con excesiva celeridad, y su labor ¡ªque no la de su oponente¡ª pas¨® desapercibida; tanto es as¨ª que la petici¨®n de oreja fue tan liviana como su concepci¨®n torera.

Extraordinario el tercio de banderillas que protagoniz¨® El Fandi ante el soso segundo, sin concesiones a la galer¨ªa, asom¨¢ndose al balc¨®n en los dos primeros y al viol¨ªn el tercero. Volvi¨® a lucirse con los garapullos en el quinto, otro toro de categor¨ªa, que repiti¨® con codicia en la muleta. Son¨® la m¨²sica desde el primer instante cuando el torero, de rodillas en los medios, hilvan¨® dos circulares completos que sorprendieron a los tendidos. El Fandi estuvo despu¨¦s mejor de lo que es habitual en ¨¦l, pero peor de lo que el toro merec¨ªa y pase¨® una oreja tras una media estocada fulminante.

Y Ferrera tuvo detalles de a?eja torer¨ªa con capote y muleta. Asentado y firme ante el deslucido que abri¨® plaza, dibuj¨® redondos de bella factura sin la ayuda del estoque simulado si bien desluci¨® su gesto al coger el estaquillador por el extremo en lugar de por el centro, y no pudo m¨¢s que abreviar ante el inv¨¢lido cuarto.