¡°La emergencia clim¨¢tica te tiene que afectar para que haya una reacci¨®n¡±
La documentalista Jennifer Baichwal estrena en Espa?a 'Antropoceno: La ¨¦poca humana', un trabajo en el que refleja la intervenci¨®n del ser humano sobre el planeta
El d¨ªa amanece nublado en Nairobi, la capital de Kenia. Es 30 de abril de 2016. En uno de los parques principales de la ciudad, varias pilas de marfil est¨¢n dispuestas para arder en apenas unas horas. Con su valor, m¨¢s de 150 millones de euros en el mercado negro, y la consiguiente p¨¦rdida que las llamas traen consigo, el Gobierno del pa¨ªs africano busca escenificar su combate frente a la caza furtiva y el tr¨¢fico ilegal de marfil. La imagen?acapara parte de la atenci¨®n medi¨¢tica y cobra poco despu¨¦s un doble significado. Se interpreta como un respaldo expl¨ªcito a la lucha contra la desaparici¨®n de especies, pero tambi¨¦n como la met¨¢fora de una nueva era en la que el ser humano ha sustituido a la naturaleza en el control de los procesos geol¨®gicos: el antropoceno.?
Los documentalistas Jennifer Baichwal y Nicholas de Pencier y el fot¨®grafo Edward Burtynsky han incluido varias secuencias de este hecho en su ¨²ltimo trabajo,?Antropoceno: La ¨¦poca humana, con el que arranc¨® el mi¨¦rcoles en Madrid la s¨¦ptima edici¨®n del festival de cine Rizoma. Baichwal (Montreal, 54 a?os) considera el episodio como un mensaje "valiente", y no como el preludio de una cat¨¢strofe inminente.?Filmando?lugares como la ciudad rusa de Norilsk, donde se encuentra el mayor complejo de fundici¨®n de metales pesados del mundo, o la presa china de las Tres Gargantas, la planta hidroel¨¦ctrica m¨¢s grande sobre el planeta, la cineasta ha pretendido "desestabilizar" a los espectadores y apelar "a la acci¨®n, no ¨²nicamente el deleite o la meditaci¨®n".?¡°Conocer que estamos conectados con estos emplazamientos es el paso previo para un cambio de comportamiento¡±, asegura.
Argumentadora ¨¢gil y ambientalista militante desde hace d¨¦cadas, la canadiense quiere evitar la percepci¨®n del documental como un material "est¨¦ticamente cautivador". Se muestra reacia a pensar que lo fundamental en ¨¦l es el mensaje. "Cuando el arte en general se percibe as¨ª, deriva a pura propaganda", a?ade. Por ello, ha buscado un punto medio entre estos dos extremos, que afirma haber encontrado al rehuir el?"enjuiciamiento" de la realidad y apostar por el poder del lenguaje visual, para infundir "revelaciones" en el espectador.
En el discurso de esta mujer canadiense, que comenz¨® a rodar para evitar convertirse en una acad¨¦mica a quien apenas leer¨ªan sus compa?eros de p¨²lpito (estudi¨® Filosof¨ªa y Teolog¨ªa), late una perentoria necesidad: la de que los individuos se responsabilicen de cada acci¨®n que realizan. Apuntando a una botella de pl¨¢stico que el entrevistador lleva consigo, argumenta que esto no ocurrir¨¢ sin que medie una crisis de por medio.?¡°Tiene que afectarte?personalmente [el cambio clim¨¢tico]. Entonces hay una reacci¨®n. En?Banglad¨¦s, a diferencia de?Estados Unidos o Europa Occidental, s¨ª se percibe el resultado del comportamiento: significa vivir bajo el agua o en la superficie", resume.
La documentalista busca ante todo trasladar que "la humanidad ha inaugurado un tiempo nuevo", en el que el cambio clim¨¢tico forma parte de "la imagen global", pero como un fen¨®meno m¨¢s junto a la acidificaci¨®n de los oc¨¦anos, la desaparici¨®n de las especies o la incesante explotaci¨®n humana de los suelos del planeta. Frente a esta compleja realidad,?Baichwal rechaza el pesimismo, pese a que algunos datos incluidos en el documental dejan poco espacio a la esperanza: el ser humano extrae m¨¢s material del planeta (60.000 millones de toneladas) de lo que sedimentan sus r¨ªos, y tres cuartas partes del suelo han sido ya intervenidas por ¨¦l. ?C¨®mo conserva el optimismo? La autora recurre de nuevo al ejemplo de las hogueras de marfil: "Hay a quien le pareci¨® algo apocal¨ªptico, pero hay quien vio tambi¨¦n esperanza en ese mensaje".
Nueva edici¨®n del Festival Rizoma
Baichwal se encuentra en Madrid para la presentaci¨®n espa?ola del documental, que apareci¨® en Canad¨¢ en septiembre. Tercera pata de una serie que arranc¨® en 2006 con Manufactures Landscapes (Paisajes Manufacturados, sobre el proceso de industrializaci¨®n chino) y continu¨® siete a?os despu¨¦s con Watermark (Marca de agua, centrada en el abuso y dependencia del agua), la cinta se estren¨® el martes en la Cineteca. La proyecci¨®n ha supuesto el arranque de la s¨¦ptima edici¨®n del festival Rizoma, que se desarrolla en diferentes espacios de la capital entre el 22 y el 25 de mayo. El certamen combina espect¨¢culos filmogr¨¢ficos con arte y m¨²sica y proyectar¨¢ de nuevo el documental dirigido por Baichwal este s¨¢bado a las 20.30 en los cines Renoir Princesa.
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