Sin conexi¨®n con el mundo de Desplechin y Dolan
Se supone que al director le interesa el realismo y que su actitud es humanista. Todo es encomiable, pero tampoco sirve como f¨®rmula para hacer un cine apasionante
Cannes l¨®gicamente siempre ha dedicado celo y amor al cine franc¨¦s. Incluso tienen oportunidad de concursar aqu¨ª m¨²ltiples cinematograf¨ªas ex¨®ticas, pel¨ªculas asi¨¢ticas, africanas, latinoamericanas, a condici¨®n de que hayan sido coproducidas con Francia. No todas, por supuesto, pero esa fraternidad ayuda mucho si pretende venir a Cannes. Y existi¨® hace mucho tiempo una tradici¨®n de directores franceses cuyo cine era tan atractivo como heterodoxo. Y no me refiero a la nouvelle vague (all¨ª hubo de todo y para todos los gustos), sino a justificados cl¨¢sicos, o rarezas con un mundo identificable. Creadores con estilo propio y mucho que contar.
Pero hago memoria de los ¨²ltimos tiempos de este festival y descubro que son muy pocas las pel¨ªculas francesas que me han impresionado. Lo hizo la sombr¨ªa y compleja Un profeta, dirigida por Jacques Audiard, que describ¨ªa la terrible supervivencia de un joven ¨¢rabe medio analfabeto en una c¨¢rcel dominada por la mafia corsa.
Y hace seis a?os me conmocion¨® La vida de Ad¨¨le, el penetrante retrato que hizo el director Abdellatif Kechiche del nacimiento, esplendor y derrumbe de un amor l¨¦sbico. Pero constato que la sequ¨ªa de grandes talentos es larga en el cine franc¨¦s.
C¨®mo echo de menos la extraordinaria obra de directores franceses que he amado, como Jacques Becker, Max Oph¨¹ls, Jean Pierre Melville y Claude Sautet. Qu¨¦ placer volver a ver cada cierto tiempo obras maestras de Renoir como Un d¨ªa de campo, La regla del juego y French Cancan o Un condenado a muerte se ha escapado y Picpocket, de Robert Bresson.
Me dedico a estos onanismos mentales mientras contemplo con indiferencia o cansancio las abundantes muestras de cine franc¨¦s en la secci¨®n oficial. Roubaix, una luz la dirige Arnaud Desplechin. Se inicia y dedica variado espacio a la violencia, los atracos y las violaciones que se producen durante la Navidad en los barrios perif¨¦ricos de esa ciudad y muestra la actividad fren¨¦tica e intenta no perder la racionalidad de un inspector de polic¨ªa ante esos altercados. Esa visi¨®n ambiental deja paso al asesinato de una anciana y la sospecha de que sus autoras han sido dos mujeres j¨®venes, deprimidas y alcoh¨®licas que forman pareja.
Lograr su confesi¨®n, mezclando la zanahoria y el palo, ser¨¢ arduo. Se supone que al director le interesa el realismo y que su actitud hacia ese par de desgraciadas es humanista. Todo ello es encomiable, pero tampoco sirve como f¨®rmula para hacer un cine apasionante. La desmaquillada L¨¦a Seydoux pone gesto y mirada de sufrir mucho internamente. No me sorprender¨ªa que su interpretaci¨®n fuera premiada.
El director canadiense Xavier Dolan acaba de cumplir 30 a?os y su filmograf¨ªa ya consta de ocho pel¨ªculas. Por mi parte no me hubiera importado desconocerlas todas. Y eso que me he esforzado en encontrar su encanto, ya que la mayor¨ªa de la cr¨ªtica le considera un genio, alguien con una mirada diferente y un estilo poderoso, esas cositas tan prestigiosas. Tambi¨¦n es una de las criaturas favoritas del Festival de Cannes.
Mattias y Maxime no solo la dirige, sino que tambi¨¦n la coprotagoniza. Deduzco que habla de sentimientos y vivencias que le afectan mucho. Cuenta la relaci¨®n, poco antes de que sus vidas se separen, de dos amigos que han sido ¨ªntimos desde la infancia. Se busca la sutileza y cierto misterio en medio de su subterr¨¢nea crisis. El problema en mi caso es que no me afecta lo m¨¢s m¨ªnimo esa complejidad sentimental, que estoy deseando que se acabe de una vez pel¨ªcula tan sensible.
Babelia
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