¡®Nazar¨ª¡¯, un alboroto
En la cima del rejoneo, Diego Ventura consigui¨® con este caballo torero una actuaci¨®n superior
Nazar¨ª, un caballo torero lusitano de doce a?os, es sin¨®nimo de alboroto. Sale al ruedo y lo inunda todo de torer¨ªa. Es un espect¨¢culo en s¨ª mismo. Diego Ventura consigui¨® con ¨¦l algunos de los momentos m¨¢s brillantes de su completa actuaci¨®n ante el primer toro. Solo la colocaci¨®n del rej¨®n de muerte, que provoc¨® una abundante hemorragia, enfri¨® los ¨¢nimos del respetable, entusiasmado con el sentido del temple de Nazar¨ª, con el que protagoniz¨® un extraordinario tercio de banderillas y ense?¨® los secretos del temple con los despuntados pitones del toro enhebrados en la piel del equino. Con Gitano clav¨® garapullos al viol¨ªn con quiebros contrarios, y la locura colectiva la alcanz¨® con D¨®lar, con el que se luci¨® en un par a dos manos sin la cabezada.
CORTES DE MOURA/VENTURA, HERN?NDEZ, MUNERA
Toros excesivamente despuntados para rejoneo de Mar¨ªa Guiomar Cortes de Moura, mal presentados, muy mansos, descastados, nobles y blandos.
Diego Ventura: rejonazo en dos tiempos (oreja); dos pinchazos y rej¨®n contrario (ovaci¨®n).
Leonardo Hern¨¢ndez: rej¨®n traser¨ªsimo y ca¨ªdo y rej¨®n en lo alto (oreja); rej¨®n trasero y bajo (oreja). Sali¨® a hombros por la puerta grande.
Juan Manuel Munera, que confirm¨® la alternativa: rej¨®n atravesado, descabello _aviso_ dos descabellos _2? aviso_ y tres descabellos (silencio); dos pinchazos, rejonazo, siete descabellos _aviso_ tres descabellos y el toro se echa (silencio).
Plaza de Las Ventas. 2 de junio. Vig¨¦sima corrida de feria. Lleno de 'no hay billetes' (23.624 espectadores seg¨²n la empresa).
En fin, una actuaci¨®n tipo Ventura, superior, propia del rejoneador que ocupa la cima del torero a caballo con todos los honores.Y todo lo anterior lo corrobor¨® ante el cuarto. Otra vez, delirio con D¨®lar, ¡ªbanderillas sin cabezada¡ª que se despidi¨® andando hacia atr¨¢s de espaldas a la puerta de cuadrillas entre el fervor popular; y sali¨® Sue?o, otro torero, verdadero se?or del temple, que se cuela por los adentros sin espacio entre el toro y las tablas; y L¨ªo, el experto en quiebros, con el que roz¨® la perfecci¨®n.
Solo un pero a la gran actuaci¨®n de Ventura: otra vez, toros muy descastados, amuermados y cansinos. Otra vez, la necesidad de que un rejoneador de su categor¨ªa se enfrente a otras ganader¨ªas. Otra vez, la urgencia de que el rejoneo ofrezca sensaci¨®n de riesgo. Los toros de ayer, despuntados en exceso y mal presentados, eran impropios de esta feria. Ser¨¢n m¨¢s baratos que otros hierros, pero no esconden la presunci¨®n de enga?o.
Leonardo Hern¨¢ndez se las vio, primero, con otro toro descastado y con escasa vida, ante el que destac¨® en pares de banderillas al quiebro y templ¨® con torer¨ªa a lomos de Enamorado. Conect¨® bien con el p¨²blico y pase¨® una oreja a pesar de que mat¨® mal. Otro trofeo pase¨® del quinto, tras una actuaci¨®n correcta, ante otro toro descastado al que mat¨® de un rej¨®n sin lucimiento.
La campana salv¨® a Juan Manuel Munera, que confirmaba la alternativa, de que le echaran su primer toro al corral. Hubiera sido un borr¨®n muy grave. Adem¨¢s, el grave correctivo no hubiera hecho justicia a una actuaci¨®n solvente, propia de un caballero a¨²n poco experto, pero criado en la escuela de la ortodoxia. Su debut en Las Ventas fue con un animal manso de solemnidad que buscaba con af¨¢n la puerta de salida. Templ¨® con torer¨ªa, se dej¨® tocar en muchas ocasiones las cabalgaduras, pero aprob¨® el duro examen, aunque emborronado con el rej¨®n de muerte. Su esfuerzo ante el muy parado sexto fue evidente, luci¨® en banderillas con Quitasue?os' y Arrebato, y suspendi¨® con el rej¨®n final.
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