La historia de la leyenda negra, un asunto pol¨ªtico de filias y fobias
El catedr¨¢tico de Filosof¨ªa Jos¨¦ Luis Villaca?as refuta en su nuevo ensayo el ¡°populismo intelectual reaccionario¡± del fen¨®meno editorial ¡®Imperiofobia¡¯, de Elvira Roca Barea
Jos¨¦ Luis Villaca?as no pod¨ªa quedarse callado ante un libro que ¡°considera en el fondo que la mayor parte de los pa¨ªses y las culturas de Europa son enemigas irreconciliables de Espa?a¡±. ¡°Esto va en contra de lo que he venido haciendo y estudiando 40 a?os¡±, explica este catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid, de 63 a?os. Su forma de reaccionar ha sido escribir un ensayo cuyo t¨ªtulo es ya una declaraci¨®n de intenciones: Imperiofilia y el populismo nacional-cat¨®lico (Editorial Lengua de Trapo). El objeto de su refutaci¨®n y an¨¢lisis e impugnaci¨®n es uno de los fen¨®menos editoriales (y tambi¨¦n ideol¨®gicos) de los ¨²ltimos tres a?os en Espa?a, el libro Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio espa?ol, de Elvira Roca Barea. M¨¢s de 80.000 ejemplares se han vendido de esta obra (editada por Siruela) que persigue romper ¡°los t¨®picos, aceptados como verdades, de la leyenda negra, que no son m¨¢s que propaganda antiespa?ola creada por el mundo protestante y asumida por la Ilustraci¨®n francesa¡±, en palabras de su autora publicadas en este diario.
Villaca?as sostiene que es un libro ¡°da?ino y peligroso¡±, carente de rigor intelectual, ajeno a los ¡°par¨¢metros de la investigaci¨®n hist¨®rica y acad¨¦mica¡± y caracterizado por un ¡°populismo intelectual reaccionario¡±. Parece que no se ha quedado a gusto, porque el autor de Teolog¨ªa, pol¨ªtica imperial y comunidad de salvaci¨®n cristiana vuelve a la carga con su cr¨ªtica que desarrolla en las 262 p¨¢ginas de su ensayo y que ahora condensa en el amplio estudio de su casa, en una soleada urbanizaci¨®n en B¨¦tera, poblaci¨®n cercana a Valencia. ¡°El hecho de que haya tenido ¨¦xito es sintom¨¢tico, no tanto de la falta de inteligencia de las ¨¦lites ni de los lectores, sino por una necesidad de autoestima en un momento delicado de la historia espa?ola¡±. Se refiere, Villaca?as, al independentismo catal¨¢n. ¡°El problema catal¨¢n obliga a replantearse a las capas medias de la poblaci¨®n el sentido de la unidad de Espa?a y provoca una herida narcisista en la autopercepci¨®n de los espa?oles. Esta situaci¨®n no puede ser contestada mediante una afirmaci¨®n pulsional, basada en ideas imperiales¡±, a?ade el fil¨®sofo en referencia al libro de Roca Barea, rodeado de una gran librer¨ªa jalonada por fotograf¨ªas de Kant, Benjamin, Goethe o Thomas Mann.
?Y no teme que se le acuse de oportunista, de aprovecharse del ¨¦xito de Imperiofobia? ¡°S¨ª, puede ser una acusaci¨®n normal. Pero tambi¨¦n puede verse como un ejercicio de responsabilidad. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si nuestra diplomacia, y el ministro de Exteriores, Josep Borrell, que ha elogiado el libro, incorporara los puntos de vista de Roca Barea, que considera que Alemania, Holanda, Italia, Francia e Inglaterra tienen en su ADN ser enemigos de Espa?a? La pregunta tambi¨¦n podr¨ªa ser: ?En qu¨¦ est¨¢ pensando la intelectualidad espa?ola que no ha salido de manera generalizada y ordenada a denunciar las irregularidades cient¨ªficas del libro?¡±.
Autor de numerosos ensayos, algunos referenciales para parte de la que fue la direcci¨®n de Podemos (como ??igo Errej¨®n), partido al que le dedic¨® un libro (El lento aprendizaje de Podemos), Villaca?as incide en que su reciente ensayo es tambi¨¦n una invitaci¨®n a analizar el pasado de otra manera para comprender las causas de la leyenda negra espa?ola. Por ejemplo: ¡°Todos los sistemas pol¨ªticos modernos, lo sabemos desde Maquiavelo, han usado la propaganda y la historia como arma de guerra. En el caso de Espa?a tambi¨¦n fue as¨ª, con una caracter¨ªstica muy especial: Espa?a no logr¨® ofrecer un relato hist¨®rico alternativo al de los dem¨¢s pueblos por una voluntad de los propios reyes y de las ¨¦lites. La leyenda negra obedece a un monopolio de la construcci¨®n de relatos por parte de los entonces enemigos de Espa?a¡±.
"Agradezco que se haya tomado tantas molestias con mi trabajo"
Elvira Roca Barea, autora de Imperiofobia, ha?declinado este lunes rebatir el libro de Jos¨¦ Luis Villaca?as. "Agradezco al autor que se haya tomado tantas molestias con mi trabajo, pero lamento decir que no voy a hacer lo mismo con el suyo", se?al¨® a este diario.
Villaca?as se mostr¨® dispuesto a debatir con reglas. Cree que los fil¨®sofos deben participar en la vida p¨²blica. ?l fue director general del Libro en la Generalitat Valenciana, entre 1999 y 2003, cuando gobernaba Eduardo Zaplana, del PP. Niega que haya sufrido una evoluci¨®n ideol¨®gica. ¡°Escrib¨ªa lo mismo que ahora. Pens¨¦ como independiente que era sensato para la madurez de nuestra democracia normalizar la transici¨®n a un Gobierno del PP¡±.
¡°Mi tesis es que esta leyenda fue limitada en el tiempo y tuvo que ver con las luchas contra ingleses y holandeses, pero que despu¨¦s de 1648 no tuvo una gran presencia entre la intelectualidad europea. Al contrario, los viejos enemigos, Inglaterra y Holanda, se convierten en los mejores defensores del Imperio espa?ol a finales del siglo XVII, para que no cayera en poder de Luis XIV y de los franceses¡±, agrega. Y si a¨²n perduran arquetipos de esa leyenda ha sido por los 40 a?os de franquismo, por la reactivaci¨®n hoy de algunos de ellos y por la influencia de una forma de catolicismo arraigada en el folclore, como prueban las m¨²ltiples procesiones de Semana Santa.
¡°Yo no niego la relevancia de los imperios, su importancia civilizatoria, pero creo que deber¨ªamos preguntarnos cu¨¢l ha sido el principio civilizatorio de Espa?a, por qu¨¦ se convierte en primera potencia global y qu¨¦ efectos produce. Para m¨ª, es la forma de aproximarse¡±, sostiene. A diferencia del Imperio brit¨¢nico, ¡°que construye su relato sobre la percepci¨®n del pueblo elegido, con el parlamentarismo o la revoluci¨®n industrial; o del Imperio franc¨¦s, que para Napole¨®n es el pueblo de la raz¨®n, el espa?ol es un imperio sin base nacional, cuyo principio civilizatorio es la Iglesia cat¨®lica. La casa de los Austria es una potencia desarraigada y no debemos confundir la batalla contra los Austria con una causa nacional¡±.
Babelia
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