La arquitectura moderna y an¨®nima de Josep Llu¨ªs Sert
La primera biograf¨ªa del arquitecto repasa su obra y sus ideales
La cita con Maria del Mar Arn¨²s, autora de Ser(t) arquitecto (Anagrama), la primera biograf¨ªa ¨ªntima y profesional del arquitecto Josep Llu¨ªs Sert (1902-1983), es en el n¨²mero 36 de la calle Rossell¨® de Barcelona. Pero podr¨ªa ser en otra media docena de edificios creados por este arquitecto en esta ciudad. Como la Casa Bloc (1936), un bloque con 207 d¨²plex, paradigma de vivienda obrera de la arquitectura moderna que naci¨® para dar soluci¨®n al problema de alojamiento de las clases humildes, que la guerra civil dej¨® inconcluso y la posguerra desvirtu¨® al ser entregados a militares y sus familias; el Dispensario Antituberculoso (1938), otro hito de la arquitectura racionalista espa?ola que enfatiza la vertiente social sertiana y el Pabell¨®n de la Rep¨²blica para la exposici¨®n de Par¨ªs de 1937 donde por primera vez arquitectura, escultura, pintura y fotograf¨ªa se unen para reflejar la tragedia del pueblo espa?ol y su lucha contra el fascismo. Un edificio reconstruido por el Ayuntamiento de Barcelona en 1992.
El edificio de la calle Rossell¨® que levant¨® Sert con 28 a?os, pese a su sencillez, es rupturista ya que supuso un cambio radical con respecto a los pisos construidos en Barcelona hasta entonces. ¡°Dividi¨® cada planta en cuatro viviendas y orient¨® dos hacia una fachada interior, por lo que todas las estancias ten¨ªan luz y ventilaci¨®n¡±, explica Arn¨²s, junto a esta ¡°fachada mondriana¡±, ejemplo de geometr¨ªa de grandes ventanas y balcones, tras presentar su libro en la Fundaci¨®n Mir¨®, la ¨²ltima gran obra de Sert en Barcelona (1975), que hizo, mano a mano, con su amigo pintor con el compart¨ªa el esencialismo expresivo y minimalismo. ¡°Sert odiaba este concepto y prefer¨ªa ¡®b¨¢sico¡±. Precisamente este martes la Generalitat de Catalu?a ha reconocido este edificio como Bien Cultural de Inter¨¦s Nacional, la m¨¢xima protecci¨®n a la que aspira un inmueble, por ¡°ejemplificar el lenguaje pionero de la arquitectura racionalista¡±.
El arist¨®crata Sert iba a la universidad en Rolls Royce y ch¨®fer, pero pronto dej¨® ver su compromiso con las causas e ideales que defend¨ªa la Rep¨²blica. Al acabar sus estudios puso en marcha un programa ideol¨®gico orientado a acabar con los s¨®rdidos suburbios superpoblados construyendo escuelas, hospitales, viviendas y espacios de ocio.¡°Sert y sus compa?eros del GATCPAC [Grupo de Arquitectos y T¨¦cnicos Catalanes para el Progreso de la Arquitectura Contempor¨¢nea] mandaron desde 1930 la Academia al infierno y se asociaron para experimentar con la idea de vivienda m¨ªnima donde era prioritario lo comunitario y la utilizaci¨®n de materiales nuevos de bajo coste como el hormig¨®n, siempre respetando el entorno¡±. Todo, fruto de la inspiraci¨®n de Ibiza y su arquitectura sobria y sencilla, explica Arn¨²s, casada con el conde de Sert, sobrino del arquitecto, que le ha permitido sumar a la documentaci¨®n sus vivencias y recuerdos familiares. ¡°Se qued¨® prendado del mundo humilde y antiburgu¨¦s de Ibiza del que dijo que no necesitaba renovaci¨®n arquitect¨®nica. Toda su vida cre¨® una arquitectura sencilla, carente de ego, sin estilo y an¨®nima¡±.
Un museo de arquitetura en el Antituberculoso
¡°El Dispensario Antituberculoso ser¨ªa un magnifico Museo de Arquitectura que Catalu?a no tiene¡±, explica Mar¨ªa del Mar Arn¨²s. Este edificio construido por Sert, Josep Torres y Joan B. Subirana del GATCPAC durante la Guerra Civil est¨¢ inmerso en una guerra municipal en los ¨²ltimos meses. Desde 1990 acoge un centro de atenci¨®n primeria (CAP) del barrio que ha quedado obsoleto y los vecinos reclaman un cambio de ubicaci¨®n que ha salpicado al Macba ya que la opci¨®n primera que barajan, despu¨¦s de que lo propusiera el Ayuntamiento de Colau, es un espacio que se cedi¨® hace a?os a este museo tambi¨¦n para ampliarse. ¡°Me pidieron que firmara para ampliar el CAP en el edificio de Sert, pero creo que la mejor opci¨®n es la del museo¡±, insiste Arn¨²s.
Arn¨²s destaca el papel realizado por ¡°una mujer de pueblo¡±. Su mujer Ramona Long¨¢s, Moncha, hija de una portera de la que no se separ¨®, pese a que su madre nunca la acept¨®. Tambi¨¦n de Josep Maria Sert, su t¨ªo pintor y padrino y su gran valedor que le indujo a estudiar arquitectura, pero con el que rompi¨® tras la guerra civil por su distancia ideol¨®gica; uno exiliado y otro firmando manifiestos a favor de Franco. ¡°No he encontrado ninguna carta entre ellos¡± remarca Arn¨²s. Tambi¨¦n con Walter Gropius, la Bauhaus y Le Corbusier, con el que le uni¨® una amistad desde que lo descubri¨® en 1926 y lo invit¨® a viajar a Madrid y Barcelona para ense?arle el trabajo de su admirado Gaud¨ª. Sert fue el alumno aventajado que, tras su exilio, introdujo el legado de Le Corbusier en Am¨¦rica.
Represaliado e inhabilitado por Franco se instala en 1941 en Estados Unidos donde cre¨® el Town Planning Associates. Durante 13 a?os realiz¨® proyectos urban¨ªsticos en Brasil, Colombia, Per¨² y Venezuela. En Cuba acept¨® el encargo del dictador Fulgencio Batista para ampliar La Habana, un proyecto que afectaba a un mill¨®n de personas. ¡°Renunci¨® a sus ideas para construir la obra de su vida y frente a sus detractores, alegaba que los reg¨ªmenes dictatoriales caen, pero el urbanismo y la arquitectura quedan¡±.
Sert fue profesor de arquitectura en la Universidad de Yale y decano de la de Harvard, entre 1953 y 1969. Con socios americanos construy¨® por todo Estados Unidos centros comerciales, residencias y edificios de oficinas. ¡°En todos refleja su atm¨®sfera mediterr¨¢nea y el canon que adopt¨® de las construcciones ibicencas¡±, insiste la autora. Fuera de Estados Unidos construy¨® la embajada de los Estados Unidos de Bagdad (1955-1963), ¡°una aut¨¦ntica desconocida en peligro de desaparecer¡±, el taller Joan Mir¨® en Palma (1955) y la Fundaci¨®n Maeght en Saint Paul de Vence (1965).
¡°Sert fue el ejemplo glorioso y tr¨¢gico del optimismo radical de las vanguardias, as¨ª como de la corta e intensa historia de la arquitectura moderna de Espa?a¡±, sentencia Arn¨²s, que considera que ¡°pese al desconocimiento actual de Sert, su mensaje sigue vivo¡±. ¡°Su arquitectura no te emociona como la de Le Corbusier, pero te cambia la vida, incide en aquello que no se percibe¡±, remacha. Sert volvi¨® una y otra vez a Ibiza. Est¨¢ enterrado desde 1983, junto al muro del cementerio del peque?o n¨²cleo de Jes¨²s, bajo la misma l¨¢pida de m¨¢rmol que Moncha.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.