¡®El rey le¨®n¡¯ y la apropiaci¨®n cultural
En el documental 'ReMastered' se cuenta la eterna historia de c¨®mo las grandes empresas siempre acaban ganando y qued¨¢ndose el dinero
Solomon Linda era un cantante y compositor en la parte m¨¢s d¨¦bil de la cadena de la propiedad intelectual. Un eslab¨®n invisible, que en 1939 compuso una canci¨®n genial que hemos escuchado millones de veces: Mbube.¡°le¨®n¡± en zul¨².
Ese a?o lleg¨® a Johannesburgo desde su pueblo, para ganarse la vida. Ten¨ªa 30 a?os, no ten¨ªa estudios, no sab¨ªa leer ni escribir y buscaba algo de prosperidad. El relato de la humanidad. De lunes a viernes serv¨ªa en una casa y los fines de semana cantaba. Cuando muri¨® ten¨ªa en la cuenta 10 d¨®lares, esposa y cuatro hijas. Ni ¨¦l ni sus herederas sab¨ªan que aquella canci¨®n iba a convertir en millonarios a unos cuantos. ¡°Las hijas del artista pasando hambre y los americanos engordando con la canci¨®n de nuestro padre. Nos doli¨®¡±, cuenta una de ellas, en el cap¨ªtulo m¨¢s reciente y llamativo de la serie documental ReMastered de Netflix, titulado La parte del le¨®n. Viven en Soweto y su lucha por recuperar alguna de las migajas del pastel de Mbube, que en los EE UU mut¨® a Wimoweh (en 1951, con Pete Seeger y The Weavers), que mut¨® a The Lion Sleeps Tonight (en 1961, por The Tokens). En total, la canci¨®n gener¨® m¨¢s de 100 millones de d¨®lares en derechos. Ni uno para el autor.
Barra libre de derechos
Solomon Linda era un vocalista excepcional, un portento de la naturaleza, con el falsete m¨¢s fino de la historia de los ruise?ores sin castrar. Un d¨ªa aquel zul¨² se plant¨® delante del micr¨®fono del ¨²nico estudio de grabaci¨®n de Sud¨¢frica, el de la discogr¨¢fica Gallo. Y cant¨® y grab¨® Mbube, con sus acompa?antes, los Evening Birds. El coro empez¨® a entonar aquel hechizo. Bastaron tres tomas. Vendi¨® 100.000 copias, pero no fueron suficientes para que ¨¦l dejara su trabajo. Tampoco bastaron para que, al llegar a EE UU, la canci¨®n dejara de considerarse una ¡°canci¨®n popular", como se llama los temas de los que se da por hecho que no responden a derechos de su autor.
Pete Seeger lo escuch¨® aquel disco en 1951 y fue el primero en entregarse a ese himno hipn¨®tico y vital. Lo convirti¨® en Wimoweh y pidi¨® a la discogr¨¢fica que su autor recibiera su parte correspondiente. Nunca lo hicieron. Seeger renunci¨® a sus derechos, la empresa no.
La cima del estrellato de Mbube lleg¨® en 1994, cuando Disney incluy¨® The Lion Sleeps Tonight en su ¨¦xito internacional El rey le¨®n. Tambi¨¦n estuvo en el musical, que todav¨ªa hoy se representa en Broadway y todo el mundo. Y estar¨¢, casi inevitablemente, en la nueva y car¨ªsima versi¨®n de la pel¨ªcula que se estrena este julio. Desde aquel estreno, la batalla legal fue ya de las tres hermanas contra el mayor emporio del entretenimiento. Gan¨® este ¨²ltimo. Cada una de las hijas recibi¨® menos de 250.000 d¨®lares y el 31 de diciembre de 2017 el acuerdo caduc¨®. Ya no pueden reclamar ning¨²n derecho por la canci¨®n de su padre.
M¨²sica y libertad
La propiedad intelectual sobrevive en una selva de depredadores, que no tienen suficiente con qued¨¢rsela 70 a?os despu¨¦s de la muerte del propietario para usarla, disfrutarla y explotarla. La propiedad intelectual es un derecho limitado que muere cuando se cede a la comunidad en la que fue creada, pero que mientras tiene due?o sobrevive bajo amenaza de ser expoliada. Como en todas las pel¨ªculas, los m¨¢s d¨¦biles viven m¨¢s expuestos al crimen que los privilegiados. Nadie se atrever¨ªa a robar a Michael Jackson, pero a Solomon Linda¡
¡°No puedes apropiarte de la cultura de otro pueblo. Pero a principio de los a?os cincuenta, una canci¨®n popular tradicional en Nueva York era de dominio p¨²blico, no pertenec¨ªa a nadie, como un caballo salvaje en la llanura¡±. El entrecomillado es de Rian Malan, escritor y periodista, y protagonista en la sombra de este histori¨®n, porque fue ¨¦l quien -movido por una conciencia machacada como afrik¨¢ner heredero de los racistas inventores del Apartheid- denunci¨® el caso en las p¨¢ginas de?Rolling Stone y lo pele¨® en la calle. La pel¨ªcula es una experiencia social, pol¨ªtica y cultural, que queda retratada en esta frase rescatada de la hemeroteca audiovisual: ¡°El sur de ?frica se conoce por su lucha por la libertad y por su m¨²sica¡±.
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