Buitres
El espanto de Alc¨¤sser, con tres cr¨ªas violadas, degradadas, torturadas, ejecutadas porque s¨ª, enloqueci¨® de dolor no solo a sus familias sino tambi¨¦n a cualquiera en posesi¨®n de entra?as
Leo una entrevista con los directores de la serie documental de Netflix El caso Alc¨¤sser en la que afirman: ¡°All¨ª vimos que el mal est¨¢ entre nosotros¡±. A?adir¨ªa aqu¨ª, antes, ahora, despu¨¦s, siempre. Y la oscuridad casi siempre ha ganado su batalla contra la luz. Bueno, hay excepciones. Un monstruo de proporciones c¨®smicas llamado nazismo, con efectos devastadores para la historia de la humanidad si hubiera vencido, tuvo su bendito N¨²remberg, aunque muchos gorilas poderosos, con grotesco carn¨¦ de dem¨®cratas, lo sigan a?orando en sus sue?os.
El espanto de Alc¨¤sser, con tres cr¨ªas violadas, degradadas, torturadas, ejecutadas porque s¨ª, porque los verdugos pod¨ªan hacerlo, por sadismo org¨¢smico, enloqueci¨® de dolor no solo a sus familias sino que tambi¨¦n aterr¨® a cualquiera en posesi¨®n de entra?as. Pero el personal perdi¨® la cabeza, exigi¨® linchamientos, crey¨® sin m¨¢cula de duda las certidumbres y las especulaciones de un padre roto y convencido de que ¨¦l encarnaba la ¨²nica verdad, de un buscavidas profesional que ejerc¨ªa de presunto investigador y de carro?eros del periodismo televisivo con la ¨²nica obsesi¨®n de aumentar las audiencias. La verdad les importaba una mierda. Solo exist¨ªa el negocio, exprimirlo hasta la obscenidad. Y afortunadamente, tambi¨¦n existieron aquellas profesionales del peri¨®dico Levante, injuriadas y amenazadas por la masa, que buscaron datos y rigor.
No lo abandonen en las primeras entregas. Lleguen a ese juicio que no hab¨ªamos podido ver hasta ahora. A ese siniestro enmascarado corriendo como un ni?o perdido en una estaci¨®n. A la aparici¨®n de la codicia utilizando la solidaridad de la gente. El dinero, como siempre, presidiendo el macabro cambalache.
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