El hombre que sacaba risas de lo m¨¢s oscuro del alma
Un libro y una exposici¨®n detallan la vida del humorista Miguel Gila en el a?o del centenario de su nacimiento
-?Est¨¢ el enemigo? Que se ponga¡
Para varias generaciones de espa?oles, este surrealista inicio de conversaci¨®n telef¨®nica era la tarjeta de presentaci¨®n en sus actuaciones televisivas del humorista Miguel Gila, aquel se?or que, ya fuese vestido de soldado, ¨¦l que sobrevivi¨® a un fusilamiento chapucero en la Guerra Civil, o con una camisa roja, como la que llevaba cuando un grupo de falangistas se la hizo jirones en Madrid, provocaba risas de donde resultaba inveros¨ªmil sacarlas, como la muerte o la guerra. La tragic¨®mica vida y obra de Gila (Madrid, 1919-Barcelona, 2001) se cuenta ahora en un original libro que la editorial Blackie Books publica por el centenario de su nacimiento. A ello se suma una exposici¨®n en la sala La F¨¢brica del Humor de Alcal¨¢ de Henares (Madrid), que se inaugura el 26 de junio y estar¨¢ abierta hasta el 28 de julio, en la que varios vi?etistas le rinden homenaje a trav¨¦s de 22 piezas y en la que podr¨¢n verse tambi¨¦n m¨¢s de una treintena de sus dibujos y grabaciones de sus mon¨®logos.
El libro es una miscel¨¢nea en la que, a lo largo de 416 p¨¢ginas, "en la que se entremezclan como vasos comunicantes su biograf¨ªa y su trayectoria", explica su autor, el madrile?o Jorge de Cascante. Junto a episodios de su existencia que Gila llamaba "aguafuertes" y narraba con humor y ternura, el volumen incluye m¨¢s de 60 mon¨®logos y 100 dibujos que public¨® en revistas como La Codorniz o Hermano Lobo: en una se ve a un ni?o subido a una escalera colocando a su padre una soga mientras este, de pie en una silla, le dice a la madre: "La culpa es tuya por darle tantos mimos". La exposici¨®n de Alcal¨¢ recuerda que se cumplen 75 a?os de sus primeros dibujos, publicados en Maravillas (suplemento de la infantil Flechas y Pelayos, vinculada a Falange), Cuc¨² e Imperio. El libro se completa con un centenar de fotograf¨ªas, unas familiares y otras con compa?eros de oficio, de Tony Leblanc a Sammy Davis Jr; im¨¢genes de sus pel¨ªculas y de los anuncios que protagoniz¨® en televisi¨®n.
Con todo este material, Cascante se marc¨® como objetivo "dar a conocer al Gila escritor, una faceta oscurecida por su enorme popularidad", y que "se entienda que era un hombre que ven¨ªa de la nada, sufri¨® penurias y, sin embargo, hac¨ªa chistes". Entre esas penalidades destacan una infancia con lo justo y mucho fr¨ªo en la buhardilla en que su familia viv¨ªa en Madrid, la muerte de su padre cuando ¨¦l a¨²n no hab¨ªa nacido y que dej¨® viuda a su madre con 19 a?os; la guerra, a la que se fue como voluntario del Ej¨¦rcito republicano con 17 a?os; los cuatro a?os de c¨¢rcel franquista y el autoexilio, desde 1968 hasta 1987, en Argentina.
Con tanto sufrimiento, "no parec¨ªa l¨®gico que fuese a triunfar en el mundo del espect¨¢culo, pero se hizo a s¨ª mismo", subraya Cascante. Gila empez¨® a ganar much¨ªsimo dinero, "que como esas personas que, por haber sido pobres, a veces despilfarraba, as¨ª que tuvo que trabajar mucho".
Esa mente tan despierta para el humor empez¨® en el colegio, cuando fue expulsado a los 12 a?os porque no paraba de gastar bromas a compa?eros y profesores. Prob¨® varios oficios, desde pintor de coches a fresador, se afili¨® a la UGT y se fue a la guerra, "con una visi¨®n idealista, mezclada con las novelas que le¨ªa, hasta que se dio de bruces con la realidad". En el frente vivi¨® el conocido aquelarre ("nos fusilaron mal") en el que un grupo de soldados borrachos quisieron matar a varios prisioneros.
Como humorista profesional, "estaba en las ant¨ªpodas de la improvisaci¨®n, reescrib¨ªa los mon¨®logos seg¨²n el lugar y momento en que los representaba y eliminaba las partes que ve¨ªa que no funcionaban", explica Cascante. Los palos que m¨¢s toc¨® fueron el humor sobre la guerra, el negro ¨Cse inspiraba en El Caso- y los paletos de pueblo ("debajo de la boina de cada cateto hay un fil¨®sofo escondido", dec¨ªa). "?l iba hasta las zonas m¨¢s oscuras del alma, la muerte y la violencia, y las hac¨ªa digeribles para sacarles humor".
Sin embargo, en la intimidad, Gila respond¨ªa al arquetipo del payaso circunspecto. Con su familia sacaba a relucir el humor en las discusiones, para que la tensi¨®n se tornase en risas. "Era un hombre de rutinas, leer el peri¨®dico, pasear al perro¡ pero cuando ten¨ªa que mostrar su arte, se desataba".
Dieciocho a?os despu¨¦s de su muerte, su huella perdura en el humor espa?ol. Cascante recuerda que el d¨²o Faemino y Cansado y el grupo de los chanantes (Joaqu¨ªn Reyes, Ernesto Sevilla, Ra¨²l Cimas...), entre otros, se han inspirado en ¨¦l. Para quien quiera aprender de Gila, el libro recoge un texto in¨¦dito en el que reflexionaba sobre qu¨¦ es la risa: "El humor es una estafa cerebral, el enga?o, la sorpresa". Un texto que acaba con su habitual despedida en cada actuaci¨®n: "Les quiero mucho a todos".
El p¨²blico de las primeras risas
Aunque Gila se hab¨ªa subido a alg¨²n escenario y participado en funciones en el frente durante la Guerra Civil, fue el 24 de agosto de 1951 cuando actu¨® en serio por primera vez. Un debut con uno de sus mon¨®logos sobre la guerra, al final de una funci¨®n de variedades en un teatro de Madrid. A?os despu¨¦s record¨® aquellos 10 minutos de v¨ªtores y aplausos. ¡°No esperaba que me fuera tan bien [¡] ve¨ªa que faltaba ese humor que estaba en las calles de Madrid, un humor de soltarlo y darte la vuelta. Un poco herencia del surrealismo¡±.
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