Los silos manchegos reviven como lienzos de arte urbano
Un proyecto convierte los muros de antiguos almacenes de grano en espacios decorados por figuras de la pintura callejera
Dos gigantescos esqueletos a todo color, de unos 30 metros de altura, se abrazan y besan en la solana de la localidad castellanomanchega de Porzuna. Son dos figuras que se elevan sobre la pared mayor del silo de esta villa de casi 4.000 habitantes. Quien las ha dibujado con sus esprays, en la ¨²ltima semana, es el artista urbano Nychos, que ha decorado los otros muros externos del edificio con m¨¢s esqueletos, calaveras, huesos¡ Un antiguo almac¨¦n de grano es ya una obra m¨¢s de este austriaco radicado en California, conocido por sus figuras pop diseccionadas. Sin embargo, Nychos ha contado esta vez con unos ayudantes que han pintado figuras que ¨¦l previamente hab¨ªa contorneado, los j¨®venes y adultos de una asociaci¨®n de Ciudad Real que se ocupa de discapacitados ps¨ªquicos y autistas.
Para conocer este c¨®ctel, que combina la cultura como reclamo tur¨ªstico en la Espa?a rural y la integraci¨®n de personas en riesgo de ser excluidas de la sociedad, hay que hablar con las distintas partes que lo componen. El responsable del estudio madrile?o de proyectos culturales Ink And Movement, ?scar Sanz, explica por tel¨¦fono que el germen de esta iniciativa, llamada?Titanes, naci¨® hace poco m¨¢s de un a?o, durante un trabajo que desarrollaron en Puertollano en el que el artista urbano Okuda San Miguel pint¨® un mural ayudado por j¨®venes de la asociaci¨®n Laborval¨ªa, que se ocupa de la integraci¨®n de personas con discapacidad ps¨ªquica de 16 centros ocupacionales. Laborval¨ªa est¨¢ impulsada por la Diputaci¨®n Provincial de Ciudad Real, que ha sufragado los 400.000 euros de Titanes. "Ellos nos plantearon si se nos ocurr¨ªa qu¨¦ hacer con los silos, que estaban abandonados", recuerda Sanz.
As¨ª, desde abril de este a?o, empezaron a llegar artistas callejeros espa?oles y extranjeros para pintar silos de las localidades manchegas de Calzada de Calatrava, Malag¨®n, Corral de Calatrava, Herencia, La Solana, Manzanares y Porzuna. Est¨¢ previsto, en septiembre, decorar por dentro el de Villanueva de los Infantes y hacer tres m¨¢s en Ciudad Real. "Hemos procurado que haya diferentes estilos", apunta Sanz, "y hemos elegido artistas que supieran convivir con los chicos, porque iban a trabajar juntos". El impacto visual de los silos pintados desde la carretera se quiere trasladar a su entorno. "Nos encontramos en algunos casos que eran casi basureros, ahora son una atracci¨®n tur¨ªstica, puede hacerse una ruta de los silos y pueden tener nueva vida como espacios culturales".
A ello contribuyen artistas como Nychos, que maneja la gr¨²a que le sube lentamente por la pared del silo en la que da la sombra, para refugiarse de los 34 grados del mediod¨ªa en Porzuna el pasado jueves. En el interior, junto a docenas de cajas con esprays, Pilar Torres, t¨¦cnico de Laborval¨ªa, explica que "en los centros ocupacionales vemos que hay personas con talento art¨ªstico y hacen obras que se exponen". Torres subraya un paralelismo entre los silos, "edificios abandonados; estos artistas, que estuvieron mal vistos, y los chicos con discapacidad intelectual, que antes no se pensaba que pudieran hacer tantas cosas y estaban apartados".
Rub¨¦n es uno de ellos. Est¨¢ rellenando con un espray las figuras que ha delineado Nychos. "?l nos explica t¨¦cnicas, c¨®mo repasar, hacer las sombras¡ estamos aprendiendo mucho porque nos dice desde c¨®mo mover el espray, la distancia a la que hay aplicarlo¡". Su compa?ero Lionel, que tambi¨¦n ha participado en la transformaci¨®n de otros silos, apunta que el austriaco les indica "c¨®mo evitar goterones".
"Ellos est¨¢n encantados, coger un bote de espray y pintar junto a un artista es una motivaci¨®n grande, y los artistas nos cuentan que tambi¨¦n est¨¢n aprendiendo de ellos", a?ade Torres. Lo corrobora Nychos, que se ha bajado de la gr¨²a con su sombrero, camiseta blanca de manga larga y pantal¨®n negro. "Ha sido muy divertido estar con ellos. Al principio, les dibuj¨¦ calaveras y huesos para que los rellenaran, pero no sab¨ªa si lo iban a entender bien. Me fui a pintar y cuando volv¨ª, me sorprendi¨® lo bien que lo hab¨ªan hecho".
Antes de ir a comer y echarse, como cada d¨ªa de cinco a seis, "una siesta" (lo dice en espa?ol),? Nychos cuenta que no es la primera vez que pinta sobre una superficie tan grande, pero que eran muros en horizontal, no en vertical, lo que le "est¨¢ sirviendo para nuevos proyectos". S¨ª ten¨ªa una idea de lo que iba a hacer en Porzuna, "los esqueletos, me gusta mucho dibujar los huesos, es complejo por sus sombras". Esta vez ha prescindido de pintar ¨®rganos del cuerpo humano, como es habitual, un cl¨¢sico cuyo origen est¨¢ en haber crecido en una familia de cazadores.
"En una cara del silo he dibujado un esqueleto de mujer, en otra el de un hombre, en otra los dos meditando y en la ¨²ltima, bes¨¢ndose, pero no trato el tema de la muerte", subraya, "me gustar¨ªa que la gente que lo vea se pare a pensar; los esqueletos remiten al miedo, pero a m¨ª me gustar¨ªa que el p¨²blico se enfrentara a esos miedos". A punto de terminar, con los guantes puestos y manchas de pintura en la cara, asegura que ha intentado hacer algo "m¨¢s dibujado, fino, que cuando te alejes parezca pintura y, aunque sean esqueletos, se vea delicado".
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