Vampiros cutres y absurdos, ?qui¨¦n dijo que tienen que ser siempre solemnes?

Ni Chernobyl con su aspecto de reportaje ni El pionero con el redescubrimiento de Jes¨²s Gil. El verdadero hallazgo esta temporada en el g¨¦nero documental es una serie de ficci¨®n sobre vampiros. Grabada como si fuera un documental, un equipo de c¨¢maras sigue la vida cotidiana de tres vampiros, noche a noche, en una localidad estadounidense sin importancia (aunque ellos piensen que es un imperio). Ese es el punto de partida de Lo que hacemos en las sombras (What we do in the shadows), la excelente adaptaci¨®n a serie de la genial pel¨ªcula de mismo nombre de 2014 (que adem¨¢s antes de nada fue un cortometraje), producida por FX y que en Espa?a se ve en HBO.

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Esta inteligente comedia, de las de menos de media hora el cap¨ªtulo (ya ah¨ª, punto a favor), acabar¨¢ por m¨¦ritos propios entre lo mejor del a?o. Tiene las gotas justas de mala leche y mucha elegancia a la hora de tratar bromas que bien podr¨ªan haber sido escabrosas de m¨¢s o zafias. Y un buen pu?ado de personajes de los que es imposible no querer saber m¨¢s. A destacar el tr¨ªo de vampiros que despu¨¦s de varios siglos se asientan en Staten Island, interpretados por Matt Berry, Natasia Demetriou y Kayvan Novak. Su mal llamado imperio llega hasta donde les llega la vista, son dos calles mal contadas y no han pasado de ah¨ª desde que llegaron para conquistar el Nuevo Mundo. Son cutres y llevan una vida/muerte absurda, pero, ?qui¨¦n dijo que los vampiros ten¨ªan que ser siempre solemnes?

La serie, creada por Jemaine Clement (la mitad de Flight of the Conchords) y Taika Waititi (director de la pel¨ªcula y de Thor Ragnarok), mantiene las reglas del imaginario de los vampiros, como que no pueden entrar en un sitio si antes no han sido invitados, y juega con im¨¢genes cl¨¢sicas, como la del vampiro que se asoma, levitando, por la ventana de un primer o segundo piso y aterroriza a quien est¨¢ dentro. No hay terror y la sangre no molesta, pero los convencionalismos del g¨¦nero aparecen bien homenajeados. Y lo hace todo desde el falso documental. Los vampiros y sus ayudantes (fabuloso el personaje del humano Guillermo (Harvey Guill¨¦n) y su evoluci¨®n hasta el cap¨ªtulo final) hablan a c¨¢mara para explicar lo que hacen y por qu¨¦ lo hacen.

La serie va m¨¢s all¨¢ de la pel¨ªcula con nuevas propuestas narrativas y la incorporaci¨®n de vampiros modernos, como Colin Robinson (Mark Proksch), un humano de esos tan habituales que no paran de hablar de un tema o de contar cien mil datos que poco importan sobre el uso de esto o aquello o que parecen saberlo todo. Lo que viene a ser un verdadero co?azo y que chupa energ¨ªa de sus v¨ªctimas.

Hay un gran cap¨ªtulo (en verdad casi todos lo son) en el que se homenajea a otros vampiros ficticios del cine y la televisi¨®n, con grandes cameos incluidos. Los vampiros de Lo que hacemos en las sombras (tanto los de la serie como los de la pel¨ªcula) merecen su propio hueco en el altar de los grandes chupasangres. Y habr¨¢ segunda temporada...