Tres heridos por asta de toro, uno de ellos grave, en el primer encierro de San Ferm¨ªn 2019
Otros dos mozos sufrieron traumatismo craneal en una multitudinaria carrera protagonizada por los astados de Puerto de San Lorenzo
Un a?o m¨¢s, San Ferm¨ªn comenz¨® la semana de fiestas con los cincos sentidos prestos para hacer el quite con su capotillo a los miles de mozos que decidieron ser h¨¦roes por unos minutos. Pero son tantos, que ni el santo puede atender a todos. As¨ª, en el primer encierro de los Sanfermines de 2019, varios mozos han visto frustrado su deseo de continuar la diversi¨®n a manos de los pitones astifinos de los toros salmantinos de Puerto de San Lorenzo. Seg¨²n el parte m¨¦dico del Complejo Hospitalario de Pamplona, el centro ha recibido a tres corneados, de los que uno est¨¢ grave, y a otros dos heridos con traumatismo craneoencef¨¢lico.
A pesar de ello, la carrera ha sido r¨¢pida -dos minutos y cuarenta segundos tardaron los seis toros en entrar en los corrales de la plaza- y posibilit¨® el lucimiento de los m¨¢s veteranos, en especial en la zona de la larga calle Estafeta. La veteran¨ªa es un grado y se nota en la manada de cabestros. Conocen el ambiente, est¨¢n pendientes del reloj, toman posiciones cerca de la puerta de los corrales, y, en cuanto suena el cohete de las ocho de la ma?ana, salen en estampida camino de la Cuesta de Santo Domingo. Hasta siete inmensas moles de carnes y largu¨ªsimos cuernos tomaron la cabeza de la carrera en esos primeros y dificultosos 280 metros de una dura pendiente que acaba en la plaza del Ayuntamiento.
Ya no hay atropellos contra la madera porque el l¨ªquido antideslizante hace su efecto, impide las ca¨ªdas y resta espectacularidad?
Los toros, bravos ellos, pero, tambi¨¦n, asustadizos, se resguardaron entre sus avezados compa?eros de viaje para librarse en lo posible de las molestias de tanto forastero de blanco, rojo y otros colores, a los que los animales no estaban acostumbrados en su buc¨®lica vida en la dehesa.
As¨ª, casi en fila india, pero pegados piel con piel, llegaron a la curva de Mercaderes-Estafeta, donde unos grandes tablones, inesperados para los de negro, indican un giro de noventa grados. Pero ya no hay atropellos contra la madera porque el l¨ªquido antideslizante hace su efecto, impide las ca¨ªdas y resta espectacularidad a la carrera.
Al inicio de la recta calle de Estafeta, un mozo toca a un manso y este le responde con una coz que, por fortuna, queda en el aire. Aparecen cientos de nuevos corredores, la manada se rompe, alg¨²n toro cae por la presi¨®n de los nervios y la bulla de humanos. Al final de la calle, un mozo metido en carnes pasea con aparente tranquilidad hacia el vallado, pero se ve sorprendido por detr¨¢s por el fr¨ªo y lacerante pit¨®n izquierdo de un toro que lo levanta -la cara del muchacho se torna en un poema indescriptible cuando se ve izado como si una pluma fuera- y lo lanza contra el suelo.
Llega el callej¨®n que da entrada a la plaza; alg¨²n rezagado de cuatro patas, miedo en el cuerpo de los m¨¢s valientes de blanco y rojo, ca¨ªdos en el t¨²nel, pisotones varios, y, poco a poco, cabestros y toros alcanzan el ruedo y enfilan el camino final de los corrales.
Un toro despistado, el rezagado en el callej¨®n, cierra la manada, se pierde en la inmensidad de la arena, los dobladores llaman su atenci¨®n, y el reloj marca los dos minutos cuarenta segundos cuando entra en la oscuridad y finaliza el primer encierro de San Ferm¨ªn 2019.
Aqu¨ª tienen un gr¨¢fico con el recorrido, menos de un kil¨®metro de tensi¨®n y carreras por las calles de Pamplona.
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Ya por la tarde, los Puerto de San Lorenzo ser¨¢n liados por los diestros Emilio de Justo, Alberto L¨®pez Sim¨®n y Gin¨¦s Mar¨ªn. S¨ªguelo en directo en EL PA?S.
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