¡®Juego de tronos¡¯: se fueron la ¨¦pica y la infamia, ?ahora qu¨¦ vemos?
Viv¨ª con nostalgia anticipada los seis cap¨ªtulos con los que termin¨® la serie. La calidad no cansa nunca, es un afrodisiaco sin fecha de caducidad
No s¨¦ el n¨²mero de espectadores en todo el mundo que sentimos congoja y la sensaci¨®n de que nuestra larga y gozosa historia de amor se acercaba al indeseado final con la ¨²ltima temporada de Los Soprano. Y su creador, David Chase, el muy vago, no le plante¨® retos a su imaginaci¨®n, al acabarla con aquel indigno y posmoderno fundido en negro. Creo que fue Dennis Lehane, o tal vez Richard Price, que fueron guionistas de varios cap¨ªtulos de The Wire, quien declar¨® en alguna entrevista que la serie se prolong¨® m¨¢s de lo debido. No estoy de acuerdo, por supuesto. Hubiera sido feliz si el permanente estado de gracia de The Wire, como la saga cinematogr¨¢fica de El padrino o las formidables Deadwood, Boadwalk Empire y The Knick, hubieran durado 30 a?os m¨¢s. La calidad no te cansa nunca, es un afrodisiaco sin fecha de caducidad.
Convencido de que la edad de oro de las series ya pertenece al recuerdo (aunque aparezca alguna tan poderosa y angustiosa como Chernobyl) y qued¨¢ndome estupefacto ante la mediocridad de tanta serie avalada por el elogio cr¨ªtico o por el elitismo paleto de que si pagas plataformas digitales estas te van a otorgar el para¨ªso, vivo con nostalgia anticipada los seis cap¨ªtulos con los que concluye Juego de tronos, un relato con audiencia tan amplia como heterog¨¦nea, capaz de apasionar de igual forma a paladares selectos y al p¨²blico masivo. Y esperas que sus estertores est¨¦n a la altura de lo que durante ocho a?os te ha apasionado. Y todo dios se plantea qu¨¦ ocurrir¨¢ con la llegada del temido e interminable invierno, c¨®mo se desenvolver¨¢n h¨¦roes y villanos ante la llegada de la siniestra oscuridad.
He citado a villanos. Casi todos lo son en Juego de tronos. Malvados complejos, feroces, maquiav¨¦licos, s¨¢dicos, listos, tontos, ambiciosos, supervivientes, producto de su nacimiento, de su naturaleza o de sus circunstancias. Pero tambi¨¦n existen buenas personas, gente honorable aunque todo a su lado sea tenebroso. No muchas. Lo es Jon Nieve, el bastardo, el no querido, la nobleza, permanentemente tentado por el poder y sus consecuentes miserias. Y pobrecita m¨ªa Brienne de Tarth, tan andr¨®gina y tan leal. Menos mal que ha conocido el sexo, pero a costa del inmenso desgarro de un amor no correspondido con el inquietante Matarreyes. Y es bueno mi amado y muy atractivo Tyrion Lannister, s¨ª, el enano, dotado de una inteligencia tan prodigiosa como una sensibilidad herida desde el infausto d¨ªa en el que lo parieron, borracho y putero, sabiendo desde siempre que es material de desecho, desolado y vitalista. Un personaje memorable. Y es tan digno como posibilista el bibli¨®filo, gorderas y cegato Samwell Tarly. Pero a los que m¨¢s amo, con lo que m¨¢s me identifico en Juego de tronos es con la relaci¨®n perturbadura, asesina y profunda entre mi querida, ¨¢spera, brutal, experta a la fuerza en salvaci¨®n cotidiana Arya Stark y ese mercenario cercenado desde su infancia por un hermano salvaje y que no puede renunciar a su pesar a tener empat¨ªa (o es amor) con esa ni?a que es su presa y conocido como El Perro. De los malos, ilustres malos, no tengo espacio para hablar de ellos. O no me apetece. Son fascinantes, algo que ocurre en las ficciones pero raramente en la vida. Estoy harto de cabrones reales, en las cumbres del poder, dirigiendo la existencia de los dem¨¢s, que morir¨¢n en su camita sin rendir cuentas por su barbarie.
?Y qu¨¦ no me gusta en esta obra maestra? El co?azo abusivamente alargado de los hombres sin rostro, en plan Matrix y otras moderneces, con mi aguerrida ni?a Arya recibiendo hostias sin parar. Y existe un personaje que me da repel¨²s a lo largo de toda la serie. Es el cr¨ªo al que lanza desde una torre Jaime Lannister cuando era un malvado integral. Yo no lo har¨ªa nunca, o solo con resultados expeditivos. Es el pavo ese al que se le ponen los ojos en blanco y se convierte en cuervo. No lo soporto. Estoy por hacer un spoiler con personaje tan cansino. Y los creadores deben de haber estrujado su cerebro buscando un final a la altura del apasionante universo que crearon. Yo me quedo con Jon Nieve, solo para siempre, avanzando entre la nieve hacia un invierno desolador. Pero alguien ¨¦pico y noble deber¨¢ seguir guardando Invernalia por si retornan las bestias, no peores que los humanos.
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