Danza en el Ebro despu¨¦s del fuego
El festival Deltebre Dansa congrega a 200 bailarines en la regi¨®n afectada por el mayor incendio del verano
El lunes 8 de julio, mientras 200 artistas de 50 nacionalidades se instalaban en el pueblo de Deltebre para participar en su festival de danza, en plena desembocadura del Ebro en Tarragona, el ide¨®logo y director de todo ese tinglado estuvo desaparecido. Roberto Olivan, core¨®grafo y bailar¨ªn que ha trabajado en algunas de las compa?¨ªas m¨¢s prestigiosas del mundo como la de Anne Teresa de Keersmaeker, estaba bailando en uno de los bosques quemados hace tres semanas en el peor incendio de lo que llevamos de verano en Espa?a: cerca de 6.000 hect¨¢reas de ¨¢rboles y cultivos arrasadas. Todas las comarcas vecinas est¨¢n desde entonces implicadas en la captaci¨®n de dinero para restaurar lo devorado por el fuego y a Olivan se le ocurri¨® grabar una pieza de videodanza entre las cenizas para ayudar a visibilizar la campa?a. Su coreograf¨ªa es m¨¢s que un lamento: es una llamada a la regeneraci¨®n.
Precisamente ese fue uno de los objetivos que animaron a Olivan, nacido en la ciudad contigua de Tortosa, a impulsar un festival de baile en Deltebre hace 15 a?os. Esto es el sur de Catalu?a y la actividad cultural es m¨¢s bien escasa. El tiempo ha demostrado que un buen proyecto puede hacer que un pueblo agr¨ªcola de 11.000 habitantes acabe amando una disciplina tan abrupta para el gran p¨²blico como la danza contempor¨¢nea y se codee con figuras internacionales como Win Vandekeybus, Akram Khan, Israel Galv¨¢n, Sharon Fridman o Marlene Monteiro Freitas. El certamen acaba de ser seleccionado como finalista al premio al mejor festival del a?o que concede la Asociaci¨®n Europea de Festivales.
La edici¨®n de este a?o, que se celebra hasta el pr¨®ximo domingo, tiene como cabeza de cartel a la bailaora Roc¨ªo Molina. Pero el Deltebre Dansa no se distingue solo por los espect¨¢culos que programa, sino tambi¨¦n por su apartado de formaci¨®n. Bailarines de todo el mundo compiten por ser elegidos como alumnos de los talleres que prestigiosos core¨®grafos imparten cada d¨ªa en varias carpas y espacios repartidos por el pueblo.
¡°En realidad, el festival naci¨® de unos talleres de formaci¨®n. Poco a poco, gracias a la calidad de los profesores que ven¨ªan, se fue corriendo la voz entre la profesi¨®n y as¨ª fuimos creciendo e incorporando cada vez m¨¢s programaci¨®n de espect¨¢culos¡±, explica Olivan. Hay tambi¨¦n cada vez m¨¢s circo. ¡°La danza y el circo son dos disciplinas que tienen mucho en com¨²n y de su hibridaci¨®n est¨¢n naciendo espect¨¢culos espl¨¦ndidos. Por eso apostamos por esta mezcla¡±, a?ade el director.
El entorno natural ¡ªgrandes extensiones de cultivos de arroz que parecen flotar sobre el r¨ªo, humedales plagados de aves y puestas de sol espectaculares¡ª contribuye al atractivo de este festival. En ediciones pasadas se hicieron muy populares sus performances en el barro de los arrozales.
Este a?o no hay ninguna prevista, pero el maridaje de arte y naturaleza sigue siendo clave. La programaci¨®n del s¨¢bado pasado incid¨ªa en ello con una ruta de varios espect¨¢culos al aire libre en paisajes singulares del delta del Ebro. Socarrel, una coreograf¨ªa del propio Olivan, se present¨® junto al mirador Zigurat, el m¨¢s alto de la zona, con vistas excepcionales de la desembocadura. Hubo tambi¨¦n un concierto sobre bicicletas, varias actuaciones en un pinar y otra en un espacio en desuso de la antigua C¨¢mara Arrocera de Deltebre, cedido por el Ayuntamiento para su rehabilitaci¨®n como centro de creaci¨®n. Se present¨® all¨ª Mirage, un sorprendente trabajo de la compa?¨ªa h¨²ngara Hodworks que enamor¨® al p¨²blico por su sentido del humor y las virguer¨ªas f¨ªsicas que ejecutaron sus int¨¦rpretes.
Otro gran logro del festival es la devoci¨®n por la danza que ha conseguido despertar entre los habitantes de toda la comarca. Edgar Cid, 23 a?os, natural de Tortosa, vio su primer espect¨¢culo en una de sus carpas cuando era adolescente y se enganch¨®. ¡°Empec¨¦ apunt¨¢ndome a los talleres de iniciaci¨®n gratuitos que nos ofrecen a la gente de la zona y termin¨¦ apunt¨¢ndome a cursos profesionales en Austria y Francia. No creo que vaya a dedicarme a esto, de hecho, estoy estudiando magisterio, pero ya no puedo dejar de bailar¡±, confiesa el joven. Hace a?os que no se pierde una edici¨®n del festival y trabaja como voluntario en la organizaci¨®n a cambio de clases.
El domingo pasado, m¨¢s de medio centenar de habitantes de Deltebre salieron al escenario de la gran carpa central del festival, instalada junto al r¨ªo, para mostrar el espect¨¢culo que hab¨ªan creado entre todos tras una semana de trabajo con el core¨®grafo Erick Jim¨¦nez. Ni?os, j¨®venes, discapacitados, hombres y mujeres de todas las edades ¡ªsobre todo mujeres de activas asociaciones vecinales¡ª bailaron sin complejos ante sus paisanos distintas piezas nacidas durante los ensayos, inspiradas, por ejemplo, en los movimientos de la siega del arroz. Fue emocionante para todo un pueblo que ya no imagina vivir sin danza.
Cultura para reconstruir la econom¨ªa
La pieza de videodanza que Roberto Olivan grab¨® la semana pasada en los bosques quemados de la Ribera de Ebro tiene el objetivo de difundir la campa?a Rebrotem. Se trata de una iniciativa puesta en marcha por los vecinos de los municipios afectados por el incendio para captar fondos para reconstruir cuanto antes las explotaciones agr¨ªcolas arrasadas por el fuego. "Eso es lo que tenemos que hacer con car¨¢cter de urgencia. Pero la campa?a tiene tambi¨¦n el objetivo de divulgar y defender la vida rural por medio de actividades culturales. Este es un territorio agr¨ªcola que a menudo se siente olvidado. Queremos llamar la atenci¨®n sobre ello", explica su portavoz, Roger Heredia.
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