¡®Euphoria¡¯, el alucinante viaje de ser joven y estar perdido
M¨¢s all¨¢ de escenas expl¨ªcitas y excesivas, la serie protagonizada por una excelente Zendaya encuentra su camino a trav¨¦s de una apuesta est¨¦tica potent¨ªsima
La primera temporada de Euphoria ha sido todo un viaje, una experiencia casi sensorial a trav¨¦s de los ojos de un grupo de j¨®venes de 17 a?os para los que todo son preguntas y solo tienen una certeza: el presente. La serie creada por Sam Levinson ha revolucionado los dramas juveniles para alzar la voz de una generaci¨®n perdida y extrema en busca de s¨ª misma.
Euphoria habla de drogas, de sexo, de ansiedad, de problemas de identidad, del miedo a qu¨¦ pensar¨¢n de m¨ª los dem¨¢s... Prioriza la forma por delante del contenido y consigue que eso juegue a su favor. M¨¢s all¨¢ de las escenas expl¨ªcitas y excesivas que hicieron que se hablara de ella en el principio (como la ya famosa secuencia de los 30 penes del segundo cap¨ªtulo), la serie encuentra su camino en una banda sonora y una apuesta est¨¦tica potent¨ªsimas, con un uso de los colores, la luz y la c¨¢mara que le da un estilo inconfundible.?
El ritmo de Euphoria es el de la juventud, el de un viaje psicotr¨®pico en el que lo mismo est¨¢s en lo m¨¢s alto de la monta?a rusa como te hundes en la m¨¢s pura miseria. En esta primera temporada que acaba de terminar con un final abierto a tantas interpretaciones como espectadores tiene (y que seguir¨¢ con una segunda entrega ya confirmada), los comienzos de cap¨ªtulos, que repasan a toda velocidad y con la narraci¨®n en off de la protagonista la vida de los personajes centrales, han sido brillantes. Casi tanto como las interpretaciones, con una Zendaya sublime al frente.
El excelente cuarto cap¨ªtulo, narrado a ritmo de thriller y rodado con enorme maestr¨ªa, se queda grabado en la memoria, as¨ª como el final de temporada al m¨¢s puro estilo videoclip interpretado por la propia Zendaya y del que no desvelaremos m¨¢s para quien a¨²n no lo haya visto y quiera hacerlo. Seguro que Euphoria no es para todos los p¨²blicos. Ni pretende serlo. Seguro que exagera, que la juventud de hoy no vive tan intensamente, ni se maquilla as¨ª, ni viste as¨ª. Pero s¨ª se sufre as¨ª y se sue?a as¨ª. Porque todos lo hicimos; de otra forma, a otro nivel, pero lo hicimos. La oscuridad de la serie se apodera del espectador que comienza el viaje desde la distancia y lo termina dej¨¢ndose llevar de la mano de una de las propuestas m¨¢s radicales y m¨¢s originales del verano.
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