El gueto que noque¨® al Taj Mahal
Dharavi, la barriada que inspir¨® ¡®Slumdog Millionaire¡¯, ya es, seg¨²n TripAdvisor, el destino indio favorito. Un dilema entre la experiencia cultural y las vacaciones en la miseria ajena
Admirar esqueletos de fachadas y techumbres de pl¨¢stico rotas o deleitarse con el brillo marm¨®reo de un monumento de la realeza con sus c¨²pulas y minaretes. Caminar en el barrizal por callejuelas sin asfaltar o sobre el pulcro empedrado en torno a fuentes y canales. Visitar la anarqu¨ªa geom¨¦trica de un barrio marginal o la simetr¨ªa de una maravilla arquitect¨®nica mundial. Perderse, en definitiva, en el ruidoso caos de personas, veh¨ªculos y animales de la India urbana actual o hacerlo en el silencio de un mausoleo del siglo XVII. Ante tantos dilemas, los turistas se decantan por lo primero frente a lo segundo. O as¨ª lo refleja el portal de viajes TripAdvisor, que sit¨²a el slum de Dharavi por delante en n¨²mero de visitas de su principal competidor nacional: el Taj Mahal.
Seg¨²n esta web, el famoso monumento indio al amor ¡ª¡°una l¨¢grima en la mejilla del tiempo¡±, en la descripci¨®n del poeta Tagore¡ª ha sido desbancado por el conocido gueto de Bombay, el m¨¢s densamente poblado de India y uno de los mayores de Asia, como el destino m¨¢s visitado del pa¨ªs en 2019. Sexto entre las ¡°10 primeras experiencias culturales de viajeros del mundo¡±, seg¨²n la web, el suburbio ha visto crecer las rutas guiadas para visitantes en busca de nuevas emociones. Una modalidad de turismo no exenta de pol¨¦mica, aunque las agencias afirman que revierten su beneficio en la econom¨ªa local, empleando a residentes del slum m¨¢s solicitado.
¡°Las visitas aumentan desde hace cinco a?os por nuestra buena reputaci¨®n dentro y fuera de la comunidad¡±, cuenta Kristin Templin, directora ejecutiva de Reality Tours&Travel, la agencia m¨¢s longeva y exitosa de la barriada marginal. ¡°Las rese?as de TripAdvisor de nuestros clientes subrayan que su experiencia reveladora ayuda a derribar estereotipos negativos sobre el barrio¡±, a?ade. En 2005, sus fundadores vieron que ¡°Dharavi ten¨ªa potencial tur¨ªstico para que sus residentes contasen la intensa historia de su comunidad, frente al retrato de un lugar inseguro, sucio y pobre¡±, dice Templin. Desde entonces, sus 40 gu¨ªas locales ofrecen visitas guiadas por 1.200 rupias (15 euros) en Bombay y Delhi, adem¨¢s de paquetes vacacionales a otros destinos en India.
Templin cree, sin embargo, que TripAdvisor basa su estudio en rese?as de clientes y no en n¨²meros reales. As¨ª lo piensa tambi¨¦n Zeeshan Shaikh, director de Be The Local Tours&Travels, que a?ade otros motivos, como la retirada del Taj Mahal del libro de visitas oficiales: ¡°Mucha gente llega al monumento sin contactar con agencias. En cambio, en Dharavi necesitas un gu¨ªa¡±. Su oferta incluye hacer la compra, cocinar y almorzar con residentes del barrio. ¡°La gente viaja en busca de un intercambio cultural y esto es lo que nosotros ofrecemos¡±, explica. E insiste en que los j¨®venes de Dharavi ingresan en el mercado laboral gracias al turismo.
Es el caso de Ankit Gajakosh, que pag¨® sus estudios trabajando como gu¨ªa por cuenta ajena hasta que hace tres a?os cre¨® su propia agencia, Mumblu Tours. Gajakosh dice que la competitividad entre la decena de agencias ha forzado reducir los precios a 500 rupias (6 euros) para visitas que, en total, re¨²nen hasta 300 turistas diarios en temporada alta, entre diciembre y enero. ¡°La gente visita este slum porque es ¨²nico¡±, asegura: ¡°Quieren ver c¨®mo se vive aqu¨ª y sus residentes est¨¢n encantados de mostrar su cultura¡±.
La pobreza y el espect¨¢culo
Uno de los miles de suburbios que salpican Bombay, Dharavi conserva un legado de siglos. Las f¨¢bricas coloniales brit¨¢nicas multiplicaron la migraci¨®n nacional a la ciudad. M¨¢s de un mill¨®n de personas de todo origen y religi¨®n se asentaron en el antiguo islote de apenas dos kil¨®metros cuadrados, ahora en el coraz¨®n de la ciudad india del entretenimiento.
El crecimiento de la capital financiera del pa¨ªs no acab¨® con el enjambre de talleres de curtidos, bordados, reciclados y dem¨¢s trabajos informales, que tienen una facturaci¨®n anual estimada en 1.000 millones de d¨®lares (901 millones de euros). Atra¨ªdos por la pel¨ªcula Slumdog Millionaire (dirigida por Danny Boyle y Loveleen Tandan en 2008 y que obtuvo ocho Oscar), los turistas se ven seducidos por un lugar amenazado por el urbanismo, que mezcla pinceladas de arte callejero moderno y un mundo artesanal extinto. Un tipo de gentrificaci¨®n no aceptado por todos, a la luz del rechazo a las fotos que un viandante solitario hace cerca de la colonia de los alfareros.
¡°Visitamos ¨¢reas familiares reservadas y avisamos para que no se tomen fotos, pero los turistas sacan los m¨®viles a escondidas¡±, asegura Shaikh, que diferencia entre dos tipos de clientes: ¡°Est¨¢n los que se piensan err¨®neamente que esto son favelas y a los que intentamos mostrar la realidad. Pero tambi¨¦n los hay interesados en la arquitectura o estudiantes de comercio de California y Sud¨¢frica que quieren ver los talleres de microfinanciaci¨®n del barrio¡±.
La espa?ola Gorane Carreira visit¨® Dharavi con un grupo hace cuatro a?os, como parte de sus estudios de comercio. ¡°Fue educativo ver que se autogestionan. Aunque tengo sentimientos encontrados sobre la visita¡±, reconoce. ¡°Los gu¨ªas saben el perfil del turista y ense?an casas con familias hacinadas o ba?os p¨²blicos. Algunos abandonaron la visita y otros sacaron fotos para colgarlas en las redes¡±, recuerda Carreira, hoy asesora de inversiones de la oficina del Gobierno vasco en Bombay. ¡°Ninguno se quej¨®, pero muchos residentes se met¨ªan en sus casas al vernos y cerraban las puertas. Siento que se comercia con la desgracia de otros¡±.
Steven Titus, originario del sur del pa¨ªs y de los pocos indios que han hecho rutas guiadas en Dharavi, tiene una opini¨®n diferente: ¡°La visita cambi¨® mi opini¨®n acerca del slum. Sus habitantes tienen su vida hecha all¨ª y negocios pr¨®speros¡±. Fuzel Sayed, nacido en Dharavi, se muestra m¨¢s cr¨ªtico: ¡°Quiz¨¢ la intenci¨®n inicial era mostrar esta realidad. Pero imagino que la competencia lleva a que se dramaticen m¨¢s las visitas para atraer clientes¡±. Aunque reconoce que no ha hablado con gu¨ªas ni turistas, este gestor de una tecnol¨®gica piensa que el imperativo econ¨®mico se impone: ¡°Hay algo s¨¢dico en todo este negocio. A la gente le gusta el morbo m¨¢s que cualquier otra cosa¡±.
¡°Si se hace de forma responsable y si los residentes quieren, el turismo refuerza la inmersi¨®n cultural¡±, arguye Templin. Ella cree que muchas cr¨ªticas son fruto de la arrogancia. ¡°La gente de Dharavi tiene vida, trabajo y familia. ?Por qu¨¦ iban a preocuparse por lo que piensen los visitantes de ellos? ?Se preocupan acaso los espa?oles por lo que piensa un turista de visita en Madrid?¡±.