Cabras, sexo y una huella en la arena
El n¨¢ufrago de Defoe es tambi¨¦n, quiz¨¢, una f¨¢bula de lo peor que podemos dar de nosotros en una isla


Quiz¨¢ lo que m¨¢s me ha chocado en la relectura de Robinson Crusoe que estoy haciendo en Formentera a ver qu¨¦ pasa es descubrir c¨®mo Robinson se deshace sin escr¨²pulos, ahogando a las cr¨ªas, de la mayor¨ªa de la prole de los dos gatos que rescata del barco y que comparten su exilio. A diferencia de ¨¦l, yo cuido y alimento a los gatos de Formentera que se cruzan en mi camino. Mi inter¨¦s con la fauna local nunca es utilitarista, como la suya, ni siquiera con los pulpos. Tambi¨¦n con las cabras ¡ªhay un reba?o en un campo junto al que paso cada d¨ªa¡ª mantengo excelentes relaciones, mientras que Robinson las explota despiadadamente.
No se infiera de esto, por favor, que tengo una especial intimidad con las cabras. Como por lo visto s¨ª la tuvo el escoc¨¦s Alexander Selkirk (1676-1721), marinero real que pas¨® cuatro a?os y cuatro meses solo, abandonado por sus camaradas corsarios por pelma y revoltoso, en la isla M¨¢s a Tierra, del archipi¨¦lago de las Juan Fern¨¢ndez (rebautizada con sentido publicitario por el Gobierno chileno Isla Robinson Crusoe en 1966) y cuyas peripecias, entre otros relatos del g¨¦nero, inspiraron a Defoe, que habr¨ªa ido de copas con ¨¦l. El n¨¢ufrago hist¨®rico, explica Diana Souhami en La isla de Selkirk (Tusquets, 2002), se beneficiaba a las cabras el t¨ªo para ¡°aliviar su soledad¡±. Tambi¨¦n apunta Souhami que Selkirk, que luego fue b¨ªgamo, se masturbaba en la isla contra las palmeras, lo que parece una pr¨¢ctica er¨®tica extrema, adem¨¢s de inc¨®moda.
En las aventuras de Robinson Crusoe (ni en las m¨ªas, puntualizo) no encontramos nada de eso. De hecho, las referencias a su vida sexual que nos proporciona el protagonista de Defoe son contad¨ªsimas y se limitan a un p¨¢rrafo en que afirma que en su cuarto a?o en la isla se hab¨ªa ¡°alejado de todas las iniquidades del mundo¡±. Y asegura: ¡°No ten¨ªa la concupiscencia de la carne, ni la concupiscencia de los ojos¡±. Resulta un poco raro, ciertamente... aunque la concupiscencia de los ojos en una isla desierta y sin Internet, ya me dir¨¢n.
En mi estancia isle?a con Robinson me estoy dando cuenta de que en realidad, pese a la fascinaci¨®n que desde ni?o he tenido por ¨¦l, somos muy distintos. Me molestan su conversi¨®n y su ret¨®rica religiosa puritana, sus jeremiadas, su obsesi¨®n laboral (¡°muy raras veces estaba ocioso¡±) y que est¨¦ tan encantado de conocerse (aunque es verdad que no hab¨ªa nadie m¨¢s). Tambi¨¦n su sentido de la propiedad, que le lleva a considerarse gobernador y hasta rey soberano de la isla, vamos que lo dejas aqu¨ª, en Formentera, y acaba de presidente del Consell Insular. Es un tipo muy autoritario. Si estuvi¨¦ramos juntos no dudo de qui¨¦n ser¨ªa Viernes¡ Me har¨ªa cortarme el pelo, me obligar¨ªa a llevar siempre ba?ador, elegir¨ªa cada d¨ªa ¨¦l a qu¨¦ playa vamos y tendr¨ªa que escuchar su lectura de las Escrituras, en vez de Spotify y las cigarras.
En el a?o 27 del naufragio de Robinson rescatan de los can¨ªbales al padre de Viernes y a un marino espa?ol. La isla ya empieza a estar tan poblada como Formentera, m¨¢s a¨²n porque en esas llega un barco ingl¨¦s en el que ha habido un mot¨ªn. Robinson y su tropa capturan a pistoletazos el nav¨ªo en un episodio que es puro relato de aventuras y recuerda mucho La isla del tesoro (Stevenson admiraba Robinson Crusoe y, de hecho, toda la peripecia del n¨¢ufrago Ben Gun se puede ver como un homenaje).
Con el barco a su disposici¨®n, Robinson se larga de la isla sin ninguna nostalgia ¡ªa m¨ª me tendr¨¢n que sacar de Formentera a rastras¡ª, llev¨¢ndose como recuerdos el gorro de piel de cabra, el parasol y el loro. La novela ¡ªque tuvo dos continuaciones no muy afortunadas¡ª no se cierra con la salida de la isla. Robinson, acompa?ado por Viernes, viaja (a Espa?a entre otros lugares) y vive diversas peripecias. En 1694 regresa de visita a su isla, que considera de su propiedad, aunque solo se queda 20 d¨ªas. De Viernes ya no nos dice nada m¨¢s (en la continuaci¨®n, Nuevas aventuras de Robinson Crusoe, nos enteramos de que ha vuelto con ¨¦l a la isla y muere luego de tres flechazos). Del loro, Robinson apunta que quiz¨¢ siga vivo en Brasil.
Pensando en Robinson desde Formentera, con el libro en las manos, sentado en la arena a la orilla del mar refulgente, bajo un cielo que se extiende sobre el agua en una comuni¨®n de colores tan conmovedora como perfecta, se me ocurre que esa es la principal diferencia con el c¨¦lebre n¨¢ufrago. ?l, exitoso superviviente, fervoroso y eficiente colonizador, nunca se par¨® a apreciar las maravillas de su isla, no se detuvo a disfrutar de su belleza, igual que luego no valor¨® la amistad de Viernes. Se podr¨¢ decir que Robinson no estaba precisamente de vacaciones y que ya nos gustar¨ªa tener su tenacidad y su valor, pero someter un mundo como ¨¦l lo hizo es probablemente una forma de destruirlo. Quiz¨¢ Robinson Crusoe no es solo una f¨¢bula sobre lo mejor que podemos dar de nosotros mismos en una isla, sino tambi¨¦n, qui¨¦n lo iba a pensar, de lo peor.
El criado Viernes, la soledad y las relaciones sin Tinder
Robinson encuentra el primer rastro humano en su isla un mediod¨ªa en la playa, a los 15 a?os de llegar: es la huella de un pie en la arena. Se pega un susto may¨²sculo. Descubre que los can¨ªbales visitan el lugar. En el a?o 23 de su estancia observa un barco espa?ol que naufraga sin supervivientes. Le asalta el dolor de no tener compa?¨ªa, habiendo estado tan cerca de conseguirla, y decide entonces rescatar a un prisionero de los can¨ªbales como m¨¦todo pre-Tinder. As¨ª, en el a?o 25 se hace con el sorprendido y agradecido indio caribe que denomina ¡°mi salvaje¡±, apuesto y bien parecido. Le hace saber que su nombre ser¨¢ Viernes, por el d¨ªa en que lo salv¨® (sus captores probablemente lo denominaban men¨² del viernes) y, asegura, ¡°tambi¨¦n le ense?¨¦ a decir Amo y que ese era mi nombre¡±. La relaci¨®n es b¨¢sicamente de sumisi¨®n. Sin embargo, entre l¨ªneas parece haber m¨¢s cosas. No es nunca un amigo del protagonista, sino todo lo m¨¢s ¡°un criado fiel, afectuoso y sincero, sin prontos, malhumores ni ego¨ªsmos¡±. Le resulta a Crusoe tan agradable que dice que no le hubiera importado no abandonar ya nunca la isla. Esa relaci¨®n ha hecho verter r¨ªos de tinta y ha sido explorada en novelas y pel¨ªculas. Robinson anota que los tres a?os que vivieron juntos fueron ¡°perfecta y completamente felices¡±, aunque habr¨ªa que ver qu¨¦ pensaba Viernes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma

M¨¢s informaci¨®n
