Gaud¨ª y Mir¨®, compa?eros de clase
Una exposici¨®n en la Fundaci¨®n Joan Mir¨® pone en evidencia las m¨²ltiples e inopinadas afinidades creativas entre el arquitecto y el pintor
El arquitecto Antoni Gaud¨ª y el pintor Joan Mir¨® solo parecen compartir su genialidad a la hora de crear edificios, el primero, y pinturas y esculturas, el segundo, pero nada m¨¢s. De entrada, se asocian a mundos personales y art¨ªsticos alejados y opuestos. Pero la percepci¨®n comienza a cambiar al percatarse de que cuando Gaud¨ª falleci¨® atropellado en 1926 por un tranv¨ªa al cruzar la Gran V¨ªa cuando iba a rezar a Sant Felip Neri, Mir¨® ten¨ªa 33 a?os y comenzaba a despuntar en Par¨ªs, por lo que, con seguridad, habr¨ªa visitado alguno de los ic¨®nicos edificios que Gaud¨ª hab¨ªa construido y que sorprend¨ªan a todos, para bien o para mal, tanto como ahora.
Pintor y arquitecto coincidieron en las aulas del Cercle de Sant Lluc
Pero Mir¨® y Gaud¨ª ya se conoc¨ªan antes de este fatal atropello. En 1907, con 14 a?os, los padres del futuro pintor que lo hab¨ªan matriculado para estudiar perito mercantil en la Escuela de Comercio de Barcelona accedieron a que diera rienda suelta a su creatividad y que se matriculara tambi¨¦n en Bellas Artes de la Llotja. Y en 1913, tras comprobar que lo suyo era la pintura y nada m¨¢s, sigui¨® form¨¢ndose en el Cercle de Sant Lluc. Y all¨ª estaba Gaud¨ª, que era socio de esta prestigiosa instituci¨®n desde 1899. Y aunque parezca incre¨ªble los dos asistieron juntos a las mismas clases de modelo al natural. El principiante, para conseguir mayor destreza. El experto, que acababa de concluir La Pedrera, pero cre¨ªa que siempre era momento para aprender, para conseguir mayor realismo en las figuras que creaba para la Fachada de la Natividad de la Sagrada Familia. ¡°Nosotros ¨¦ramos unos chicos j¨®venes y ¨¦l un se?or mayor, pero ven¨ªa a dibujar como uno de nosotros. Era un hombre modesto, iba como un aprendiz y eso dice mucho de su moral. Era un gran personaje y nosotros lo sab¨ªamos¡±, explic¨® en 1978 Mir¨® a Paloma Chamorro en uno de los tres programas de Trazos que dedic¨® al pintor al cumplir 85 a?os.
A Mir¨® le fascin¨® compartir espacio con una persona tan reputada como Gaud¨ª; una admiraci¨®n que le marc¨® para siempre y que qued¨® reflejado en su obra, de forma inopinada tal y como recoge la clarificadora exposici¨®n Mir¨®-Gaud¨ª-Gomis que puede verse en la Fundaci¨®n Joan Mir¨® hasta el 6 de octubre.
¡°Pienso de Gaud¨ª, a quien de una piedra le nace un campo de estrellas, con un crisantemo en medio¡±, escribi¨® Mir¨®, el artista que llev¨® las Constelaciones a la pintura. A Mir¨® le atra¨ªa de Gaud¨ª su ritmo y la estructura de su arquitectura, c¨®mo cuestionaba los procedimientos arquitect¨®nicos y utilizaba los materiales m¨¢s insospechados para expresarse. A los dos les apasion¨® la naturaleza como principio para generar sus obras, utilizando objetos cotidianos y elementos encontrados ¡ªimpagable la foto de finales de los cuarenta de Mir¨® en ba?ador mirando una ra¨ªz que el mar acababa de arrojar a la playa de Mont-roig¡ª y los incorporan a su trabajo, d¨¢ndoles una nueva vida como seres fant¨¢sticos y misteriosos.
En el minuto 46:12, Joan Mir¨® explica que coincidi¨® en clase con Antoni Gaud¨ª.
Si Gaud¨ª emple¨® ¡ªjunto a su fiel y genial ayudante Josep Maria Jujol¡ª el trencad¨ªs, monocromo o multicolor, Mir¨® lo incorpora como material ideal para soportar la intemperie a obras monumentales y p¨²blicas como Dona i ocell (22 metros), que hizo en 1983 y que est¨¢ considerada una s¨ªntesis de la iconograf¨ªa mironiana y el mejor homenaje del pintor al arquitecto. En una carta que escribe Mir¨® a Josep Llu¨ªs Sert en 1960 que acaba de construirle un taller en Palma de Mallorca le dice: ¡°Ser¨ªa apasionante espectacular con nuevas materiales locales e incrustaciones de materiales, como hac¨ªa Gaud¨ª¡±.
Gaud¨ª estuvo en el punto de mira de Mir¨® en obras como los murales de la Unesco de Par¨ªs y en el Laberinto de la Fundaci¨®n Maeght de Saint-Paul-de-Vence, creados los dos junto al ceramista Josep Llorens Artigas. Cuando Mir¨® recibi¨® el encargo del mural le dijo a su amigo artesano que buscar¨ªan la inspiraci¨®n en el primitivismo de Altamira, en las pinturas rom¨¢nicas del Pirineo y en el gran c¨ªrculo que Gaud¨ª fij¨® en el Park G¨¹ell. Pasear por el bello laberinto de la Maeght es la misma experiencia que hacerlo entre las columnas de piedra del parque de Gaud¨ª. No son las ¨²nicas obras. En 1976 una de las obras que Mir¨® regal¨® a Barcelona fue el Mosaico del Pla de l¡¯Os (1976), tristemente famoso tras el atentado en La Rambla de 2017. En 1981 se instal¨® en Chicago la obra conocida como Miss Chicago, revestida con miles de fragmentos de cer¨¢mica monocroma. En la exposici¨®n de la Mir¨® pueden verse 13 de los 21 grabados de Serie Gaud¨ª, creados en 1979 tambi¨¦n con trozos de cer¨¢mica reutilizados.
La muestra cuenta con un a?adido: las fotograf¨ªas de Joaquim Gomis de la arquitectura de Gaud¨ª realizadas desde los a?os cuarenta, que, junto a las esculturas del artista evidencian sus coincidencias. Gomis, adem¨¢s de primer presidente de la Fundaci¨®n Mir¨®, fue un impulsor de Gaud¨ª. De hecho, en 1952 cre¨® y presidi¨® la Asociaci¨®n Amigos de Gaud¨ª, que organiz¨® exposiciones en Barcelona, como la del Salon del Tinell de 1956 con enormes fotos que luego viajaron a Nueva York para la muestra que organiz¨® el MoMA al a?o siguiente.
A Gaud¨ª y a Mir¨® tambi¨¦n les une el procedimiento en el que elaboraron muchas de sus obras: utilizaron el modelado directo de objetos, Gaud¨ª incluso de seres vivos (como animales dom¨¦sticos), los dos de objetos inanimados. ¡°Las fotograf¨ªas de Gomis evidencian que los dos llegaron a lo mismo. Experimentando para superar los l¨ªmites de sus disciplinas¡±, explica Teresa Montaner, que junto a Ester Ramos ¡ªlas dos del departamento de colecciones de la Fundaci¨®n¡ª comisarian la muestra a partir de los fondos y del archivo del centro desde donde se gestiona el fondo fotogr¨¢fico de Gomis, pese a que est¨¢ depositado en el Arxiu Nacional de Catalunya. ¡°Gaud¨ª y Mir¨® fueron dos visionarios con voluntad de riesgo y de traspasar l¨ªmites. Los dos volvieron a los or¨ªgenes, a la fuerza del hombre primitivo¡±, subraya Montaner.
Las comisarias han dispuesto juntas obras como Cap, realizada por Mir¨® en 1949, al lado de fotos del detalle de una de las chimeneas de la terraza de La Pedrera. En otra pueden verse los detalles de los adornos de hierro forjado del interior de la Sagrada Familia junto a la escultura Mujer, de 1970. En una tercera, otro detalle, el de un muro de piedra del Park G¨¹ell junto a Muchacha, de 1967. En las tres est¨¢ clara la sinton¨ªa, coincidencias e inspiraci¨®n com¨²n a partir de formas y elementos de la naturaleza.
Las fotos de Joaquim Gomis unen a los dos creadores en la Fundaci¨®n Mir¨®
En la exposici¨®n hay una imagen en la que acaban unidos para siempre arquitecto, pintor y fot¨®grafo. Es la foto que hizo Odette, compa?era de Gomis, en 1944 en la que se ve a Mir¨® junto al fot¨®grafo en la terraza de la Casa Batll¨® presidida por el perfil del drag¨®n dormido que corona el edificio de Gaud¨ª. Seguro que en esta visita Mir¨® tom¨® nota de muchos de los detalles de esta obra ¨²nica para llevarlas a sus nuevas creaciones.
Babelia
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