El museo como campo de refugiados
The Phillips Collection lleva la m¨¢s ambiciosa reflexi¨®n art¨ªstica colectiva sobre el fen¨®meno migratorio al centro del poder pol¨ªtico de los Estados Unidos de Trump
Hab¨ªa cuadros, v¨ªdeos, instalaciones, fotograf¨ªas de premio Pulitzer. Pero, de todo lo que vio aquel verano de 2017 en la exposici¨®n La Tierra Inquieta, que la Trienal de Mil¨¢n dedic¨® a la crisis de los refugiados en el Mediterr¨¢neo, lo que m¨¢s sobrecogi¨® al coleccionista bonaerense Dani Levinas fue una humilde selecci¨®n de viejas portadas ilustradas de la revista italiana La Domenica del Corriere, que recog¨ªan el ¨¦xodo de italianos hacia Am¨¦rica de principios del siglo pasado. "Eran im¨¢genes muy parecidas a las que estamos viendo ahora", recuerda. "Eso ha estado ah¨ª siempre. Yo vengo de un pa¨ªs de emigrantes. Yo soy inmigrante en este pa¨ªs. Y s¨¦ el valor que tiene".
Levinas acababa de ser nombrado presidente del patronato de The Phillips Collection, museo con una exquisita colecci¨®n de arte contempor¨¢neo europeo y americano en Washington. El build the wall (construir el muro) ya era el canto de guerra de esa Am¨¦rica que quer¨ªa ser grande de nuevo. Y Levinas comprendi¨® que hab¨ªa que traer eso a Washington. Llam¨® por tel¨¦fono al museo. Resulta que Klaus Ottmann, jefe de comisarios, estaba en Europa. Se fue a ver la exposici¨®n y qued¨® igual de impresionado que Levinas. Decidieron traerla.
La trajeron, y la ampliaron. La enriquecieron con fondos de su propia colecci¨®n. Conectaron el Mediterr¨¢neo con el r¨ªo Grande. Miraron al origen mismo de este pa¨ªs, a la isla Ellis, punto de llegada en la costa de Nueva York de los migrantes que construyeron la naci¨®n. Y The Warmth of Other Suns (El calor de otros soles), t¨ªtulo robado de un exitoso libro de Isabel Wilkerson, tomado a su vez de un verso de Richard Wright, se ha convertido en una de las exposiciones del verano. Quiz¨¢ la m¨¢s ambiciosa reflexi¨®n art¨ªstica colectiva sobre el fen¨®meno migratorio, y justo en el centro del poder pol¨ªtico de los Estados Unidos de Donald Trump.
?Qu¨¦ ser¨ªa, por ejemplo, del expresionismo abstracto americano sin De Kooning, sin Gorky o sin Rothko, que eran todos inmigrantes?Dani Levinas
"Esta exposici¨®n no ser¨ªa igual en ninguna otra ciudad, por esa cercan¨ªa al poder", sostiene Ottmann. "Es sin duda la mayor exposici¨®n que ha hecho nunca este museo. Tiene tres componentes. Uno es la crisis global de refugiados, que era el tema de la exposici¨®n de Mil¨¢n. Los otros dos, que hemos aportado nosotros, son el foco hacia la frontera de EE UU con M¨¦xico, y una expansi¨®n hist¨®rica desde principios del siglo pasado hasta la actualidad".
Hay 25,9 millones de refugiados en el mundo, seg¨²n c¨¢lculos de la ONU. El doble que hace siete a?os, el n¨²mero m¨¢s alto desde la Segunda Guerra Mundial. Y si se suman las personas desplazadas a la fuerza dentro de su propio pa¨ªs, la cifra superar¨ªa los 70 millones. N¨²meros fr¨ªos a los que ese "calor de otros soles" dota de vida.
Los 'alien' de Trump
El arte contempor¨¢neo no ha sido ajeno al drama de los refugiados. En la ¨²ltima Bienal de Venecia, sin ir m¨¢s lejos, el suizo Christoph B¨¹chel plant¨® las ruinas de un barco que naufrag¨® en las costas de Sicilia con 700 migrantes a bordo. Pero la diferencia es que, en esta exposici¨®n, el refugiado no es solo un?alien, por utilizar el t¨¦rmino favorito de la Administraci¨®n Trump, sino un actor principal en la cultura y la civilizaci¨®n occidentales.
"Uno puede tener una preocupaci¨®n por la inmigraci¨®n", admite Levinas. "Pero en esta exposici¨®n, ves las cosas desde otro punto de vista. Ves al inmigrante no como el otro, sino como parte de nuestra historia. ?Qu¨¦ ser¨ªa, por ejemplo, del expresionismo abstracto americano sin De Kooning, sin Gorky o sin Rothko, que eran todos inmigrantes?".
As¨ª, el lienzo en el que Arshile Gorky se retrata junto a su madre adquiere otro significado cuando se sabe que el artista, superviviente del genocidio armenio, la vio morirse de hambre en 1919, un a?o antes de huir a Estados Unidos. Igual que los cuatro cuadros de Rothko, que lleg¨® a la isla Ellis con su familia en 1913, huyendo de los pogromos de la Rusia imperial, se ven de otra manera cuando, por los altavoces de la sala, se escuchan entrevistas a inmigrantes mexicanos realizadas por el Proyecto de Migraci¨®n Indocumentada de la universidad de California.
Junto a estos y otros grandes nombres, hay obras de artistas menos consagrados, un total de 75. Instalaciones, v¨ªdeos, cuadros, esculturas, adem¨¢s de documentos y fotograf¨ªa period¨ªstica. Un relato multiforme que discurre en paralelo al de la actualidad. La deriva del Open Arms. La matanza en El Paso contra una "invasi¨®n hispana". ?Qu¨¦ puede aportar el arte en medio de este bombardeo diario de noticias?
La respuesta, por ejemplo, se puede encontrar en la pieza Wonderland, del turco Erkan ?zgen. Se trata de un v¨ªdeo en el que un ni?o de 13 a?os, sordomudo, trata de explicar con gestos c¨®mo el Estados Isl¨¢mico arras¨® la ciudad siria de Kobane, donde viv¨ªa el peque?o, y c¨®mo logr¨® escapar a Turqu¨ªa. La dificultad de representar el trauma. La insuficiencia del lenguaje oral o escrito para contarlo. "Se necesita un artista para concebir ese v¨ªdeo", defiende Levinas. "C¨®mo un artista ve una situaci¨®n es diferente a c¨®mo la ve alguien de la calle. La empat¨ªa es fundamental en el arte. He visto a gente llorar en esta exposici¨®n. Los medios cambian, un d¨ªa dan una noticia y al d¨ªa siguiente dan otra. Cuando est¨¢s en un museo viendo arte, entiendes mejor los sentimientos".
Algo de eso intuir¨ªa la Administraci¨®n de Franklin D. Roosevelt cuando decidi¨® incorporar a fot¨®grafos en las caravanas con las que los habitantes del Medio Oeste rural, abatido por las sequ¨ªas, se dirig¨ªan a los campos de refugiados levantados en California para alojarlos. Muchos californianos se resist¨ªan entonces a acogerlos, y el trabajo de los fot¨®grafos se utiliz¨® para despertar las simpat¨ªas hacia aquellos desplazados. All¨ª estaba Dorothea Lange, cuyo retrato Madre migrante (1936), expuesto en la Phillips con otras nueve fotos suyas, se ha convertido en un s¨ªmbolo de la Gran Depresi¨®n, y del poder de la fotograf¨ªa para poner rostro humano a las grandes crisis humanitarias.
La cuesti¨®n es que una crisis humanitaria, aqu¨ª y ahora, se ha convertido en un asunto ferozmente pol¨ªtico y partidista. De ello da fe el hecho de que la autoridad del transporte p¨²blico de Washington rechaz¨® dar cabida a los anuncios de la exposici¨®n en los espacios publicitarios de metro y autobuses. Citaron art¨ªculos de su reglamento que proh¨ªben anuncios "destinados a influir a los miembros del p¨²blico en un tema sobre el que hay opiniones variadas" o "que pretenden influenciar en la pol¨ªtica". "Pero no estamos ante una cuesti¨®n pol¨ªtica, sino humanitaria", lamenta Levinas. "El arte siempre ha sido un reflejo de los tiempos. ?Qu¨¦ es el Guernica sino un p¨®ster de propaganda antifascista? No podemos evitar que haya puntos de vista diferentes, pero cuando el arte es bueno, es bueno".
Meses despu¨¦s, las autoridades reconocieron su error y acabaron abri¨¦ndose a la publicidad de la exposici¨®n. El escaso presupuesto publicitario de la Phillips ya hab¨ªa ido a otros soportes, pero aquello brind¨® una victoria moral de un proyecto que busca despolitizar lo que es una crisis humanitaria. "El arte tiene que estar por encima de todo eso", asegura Levinas. "Y, sobre todo, debe existir la oportunidad de verlo".?
Babelia
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