Muere Daniel Johnston, cantautor de culto del rock independiente
El m¨²sico y dibujante estadounidense, muy influyente en la escena 'underground' desde los a?os 80, ha fallecido a los 58 a?os de un ataque al coraz¨®n
Daniel Johnston estaba obsesionado con el amor y ten¨ªa mucho miedo del demonio. Podr¨ªa hacerse un recorrido por su discograf¨ªa solamente saltando del amor ¨CSilly love, Crazy love, I live for love¨C al miedo ¨CEvil magic, devil town, Don¡¯t play cards with Satan¨C y entre medias de esa tensi¨®n encontrar toda la ternura, honestidad y humor que lo convirtieron en un artista de culto de la m¨²sica popular estadounidense. Johnston (California, 1961) sufr¨ªa desde muy joven un trastorno bipolar severo y brotes psic¨®ticos. Este martes muri¨® de un ataque al coraz¨®n en casa de sus padres, en Texas, tras haber sido hospitalizado d¨ªas antes por problemas hep¨¢ticos causados por d¨¦cadas de medicaci¨®n psiqui¨¢trica.
Su tercera obsesi¨®n fue la fama.¡°Hola, soy Daniel Johnston y voy a ser famoso¡±, sol¨ªa decir a cualquier desconocido con el que se cruzara por las calles de Austin, donde se mud¨® finales de los setenta con sus cuatro hermanos y sus padres, una familia de fundamentalistas pentecosteses. Y la fama para ¨¦l eran los Beatles. Todo el mundo quiere ser como The Beatles, / Yo tambi¨¦n¡±, cantaba ya en 1983.
Cada centavo que ganaba en aquella ¨¦poca sirviendo hamburguesas en un McDonalds lo gastaba en comprar casetes donde grababa sus canciones caseras, las coloreaba a mano con sus dibujos y las regalaba por la calle a qui¨¦n pareciera interesado. Como a Laurie, una chica que trabajaba en una tienda de discos y que un d¨ªa le lanz¨® un beso. Desde entonces se convirti¨® en su musa, su amor plat¨®nico. Laurie tambi¨¦n tiene una canci¨®n: Ella siempre me hizo sentir como en casa / con ella nunca me sent¨ª fuera de lugar. Aunque, en la ficci¨®n del m¨²sico, se casara con un enterrador, tuviera un hijo y quedara para siempre no como una persona, sino como una memoria.
Arrancaban los noventa, los tiempos de la explosi¨®n del rock alternativo en EE UU y la caza de las multinacionales en busca del ¨²ltimo tesoro indie. Apadrinado por grandes nombres como Sonic Youth, Yo la Tengo, Teenage Fun Club o Built To Spill, lleg¨® a grabar en una major. El disco de 1994, Fun, para Atlantic, fue un desastre comercial, y a la vez una de sus cimas compositivas. Con un sonido m¨¢s pulido que su inicial y caracter¨ªstico lo-fi descacharrado, Johnston suena lleno de confianza. Tanta como para recuperar el teclado en temas redondos como Delusion & Confusion o My Little Girl.
El prestigio acumulado por el californiano durante estas d¨¦cadas se puede medir por los miembros de su banda durante la gira de 2017: integrantes de Wilco, Built to Spill y Fugazi le acompa?aron hace dos a?os en la que ya se promocion¨® como su despedida de la carretera por el empeoramiento de su salud. Sus ¨²ltimos conciertos apenas superaban la media hora, con un Johnston cada vez m¨¢s ensimismado, agarrado al micro con las manos temblando, lanzando canciones sin apenas pausas.
Kurt Cobain tambi¨¦n fue uno de sus admiradores. Mencion¨® uno de sus discos entre los m¨¢s influyentes de su vida y son un icono de los noventa las fotograf¨ªas del l¨ªder de Nirvana con la camiseta de la rana alien¨ªgena Jeremiah, uno de sus dibujos cl¨¢sicos y portada de su ¨¢lbum Hi, how are you.
La cuarta obsesi¨®n de Johnston fueron los c¨®mics. En sus visitas a las tiendas de tebeos sol¨ªa intercambiar sus dibujos a rotulador por alg¨²n n¨²mero de Marvel. El Capit¨¢n Am¨¦rica, el fantasma Casper, criaturas con el cr¨¢neo hueco, tent¨¢culos, ojos saltones, su dulcinea Laurie y, por supuesto, el demonio fueron completando un imaginario que podr¨ªa enmarcarse en la copiosa y enigm¨¢tica corriente del outsider art, o arte surgido de la enfermedad mental, y que ha sido comparado por la cr¨ªtica con los mundos del ilustrador Raymond Pettibon o el vi?etista gonzo Robert Crumb.
En la d¨¦cada de los 2000 su trabajo trascendi¨® los rincones de culto, alcanzando reputadas galer¨ªas y museos como el Whitney de Nueva York o La Casa Encendida de Madrid, que expuso en 2012 los dibujos de su colecci¨®n personal, atesorada por su exm¨¢nager Jeff Tartakov. En un libro monogr¨¢fico sobre su obra visual, editado en espa?ol por Sexto Piso en 2014, el gran guionista estadounidense de c¨®mic alternativo Harvey Pekar subray¨® la importancia de escapar a cualquier glamurizaci¨®n de la locura: ¡°Daniel Johnston no es grande porque tiene trastorno bipolar, sino a pesar de ello¡±. No siempre fue posible: hasta el mundo de la moda hizo caja gracias a sus monigotes.
En 1985, un Johnston veintea?ero con flequillo y mejillas rosadas ¨Clejos a¨²n de la imagen desali?ada, ojeras, p¨®mulos hundidos y boca balbuceante por d¨¦cadas de medicaci¨®n¨C, gan¨® un concurso en la MTV. Tres a?os despu¨¦s fue internado en un psiqui¨¢trico tras atacar a Steve Shelley, el bater¨ªa de Sonic Youth. Al salir, lo primero que hizo fue dar un concierto en el tot¨¦mico club neoyorquino CBGB. Dos a?os despu¨¦s estaba tocando para miles de personas en el festival de Austin. Durante el viaje de vuelta a Houston en la avioneta privada de su padre sufri¨® un brote psic¨®tico. Arranc¨® las llaves del aparato en pleno vuelo y las tir¨® por la ventana. Padre e hijo salieron ilesos. El documental The devil and Daniel Jonhston, premiado en Sundance en 2006, retrat¨® las peripecias del hombre obsesionado con el amor, el diablo, los c¨®mics y los Beatles.
Babelia
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