Goya ya no tiene ni cabras en Fuendetodos
Solo 70 personas viven en el pueblo natal del artista. No hay escuela ni ni?os. Hasta el ganado desapareci¨®
Como en la oda a las cosas rotas de Neruda, en Fuendetodos, el pueblo natal de Francisco de Goya, m¨¢s universal que la Virgen del Pilar y que Bu?uel, se han ido rompiendo cosas, menos su casa, que subsiste al lado de un restaurante (La Maja, cerrado hace diez a?os) y de un museo que lleva su nombre en el que ahora se expone a Picasso, el otro gran artista espa?ol de la historia.
Al contrario que Picasso, que tiene en M¨¢laga un festejo perpetuo, a Goya no le asiste la suerte en Fuendetodos. Hasta las cabras (de ni?o pint¨®, con carboncillo, machos cabr¨ªos) propias del buen ganado que se cultiva en la Comarca de Belchite, han desaparecido. Jos¨¦ Gracia Gracia, que ahora tiene 66 a?os, fue cabrero desde ni?o. Se cans¨® y vendi¨® para carne o para pasto las trescientas que ten¨ªa. Hasta el pasto est¨¢ cansado.
Pero no se han ido s¨®lo las cabras. El museo proyectado como si fuera un Pompidou se qued¨® a medias y expone al aire su miseria como un grito molesto en el paisaje. Las autoridades van poco en auxilio de este lugar que, como dicen los artistas Ricardo Calero, vocacional apasionado de Goya, y su compa?ero Rafael Navarro, ganador en 2013 del Premio Arag¨®n de Fotograf¨ªa, ¡°ser¨ªa tratado de otro modo si estuviera en Francia, Italia o Inglaterra¡±. Ellos est¨¢n en la organizaci¨®n de Territorio Goya, que trata de resucitar el nombre de Fuendetodos.
No s¨®lo se ha detenido aquel museo. No existe ya el taller de grabado que prosegu¨ªa las instrucciones del maestro, al que vinieron artistas como Luis Gordillo, G¨¹nter Grass o John Berger. En una casa reposan cuatro mil grabados de Goya que no tienen quien los exponga. Ni en las carreteras se dice que aqu¨ª est¨¢ la cuna del pintor de Los desastres. Y en Fuendetodos ya no hay ni panader¨ªa.
Hay un industrial, Jos¨¦ Luis Ferruz, que hered¨® de su padre el amor a Fuendetodos; est¨¢ haciendo un hotel para deportistas del caballo, enfrente de la casa natal de Goya, y est¨¢ empe?ado en buscar que el Estado halle maneras de ayudar este lugar que es parte condenada de la zona m¨¢s despoblada de Arag¨®n. Que el gobierno y las otras entidades sepan que aqu¨ª hay ¡°un diamante que en cualquier otra parte dar¨ªa incre¨ªbles r¨¦ditos¡±.
En la tienda de alimentaci¨®n venden chorizos propios y loter¨ªa. La se?ora que hace la compra es Alicia C¨¢mara. Antes fue dependienta, ahora es ama de casa. Dice, como el cabrero, que los aragoneses no saben explotar lo que reluce. ¡°Porque somos¡±, y aqu¨ª los dos coinciden en los adjetivos, ¡°desastrados o dejados¡±. Dice Jos¨¦: ¡°?Si esto fuera catal¨¢n aqu¨ª habr¨ªa cuarenta restaurantes!¡±.
Aqu¨ª duermen setenta almas. Pronto es posible que Fuendetodos se funde con otros municipios y ni nombre tendr¨¢ el pueblo de Goya. Hay una cartera, Gloria Hern¨¢ndez, soriana de San Esteban de Gormaz. Lleva seis meses ¡°repartiendo cartas y dando consejo burocr¨¢tico a muchas personas mayores que sienten que conmigo pueden tener confianza. Soy una cara que da noticias¡±.
No se oye un ni?o desde hace a?os. Y no hay escuela. Dice el cabrero: "Un pueblo en el que se cierra una escuela est¨¢ condenado a desaparecer". Hay una luz: Territorio Goya, la iniciativa que lideran Calero y Navarro. El prop¨®sito es devolver al mapa del mundo el olvidado, entristecido, despoblado suelo por el que pis¨® en sus primeros a?os el m¨¢s importante pintor que tiene Espa?a. Dice Navarro: ¡°?Si ni siquiera en los Goya se nombra Fuendetodos!¡±.
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