El oto?o (electoral) de don Juan
En la historia de la literatura el mito va adquiriendo vida propia y se constituye en un icono de esa modernidad susceptible de manipulaci¨®n y enriquecimiento
1. Mito
En su primeriza Teor¨ªa de la novela (1916), Georg Luk¨¢cs afirma que la novela (moderna) es la ¨¦pica de un mundo que ha sido abandonado por Dios y fecha su nacimiento en la publicaci¨®n del Quijote, justo en el filo de las grandes convulsiones de la primera modernidad. En Mitos del individualismo moderno (Akal, 2003), Ian Watt ¡ªque, despu¨¦s de Luk¨¢cs, ha sido uno de los m¨¢s importantes estudiosos del realismo en la novela¡ª explicaba que los cuatro grandes mitos modernos ¡ªdon Quijote, don Juan, Robinson Crusoe y Fausto¡ª se forjaron entre los siglos XVI y XVIII, y tres de sus protagonistas sufrieron a la postre el castigo a su individualismo por parte de la vieja sociedad: don Juan y Fausto son condenados al infierno, y don Quijote se convierte en sujeto de las burlas de sus contempor¨¢neos.
?nicamente Robinson parece librarse, aunque solo parcialmente: los 28 a?os que pasa en solitario en la isla ¡ªen la que vence a la naturaleza y se convierte en un individuo moderno¡ª son, en realidad, el castigo por haber desobedecido a su padre, un honesto burgu¨¦s de Hull que representa el mundo contra el que se rebela. Los cuatro personajes expresan en su car¨¢cter las ansiedades de la modernidad: narcisismo, soledad, exaltaci¨®n del yo; ninguno se casa o mantiene una relaci¨®n estable; todos tienen un ayudante, que es, de alg¨²n modo, su persona de confianza y que constantemente pone en cuesti¨®n sus resoluciones (Catalin¨®n, Sancho Panza, Viernes y, s¨ª, incluso Mefist¨®feles).
Carmen Becerra Su¨¢rez, editora del estupendo volumen El mito de Don Juan (Biblioteca Castro), se concentra en la m¨¢s hisp¨¢nica de esas figuras, que a lo largo de los siglos se enriquecer¨¢ e ir¨¢ adquiriendo su car¨¢cter poli¨¦drico gracias tambi¨¦n a las aportaciones extranjeras: Commedia dell¡¯Arte, Moli¨¨re, Mozart/Da Ponte, Hoffmann, Byron, Pushkin, Baudelaire, Dumas (padre), M¨¦rim¨¦e, Montherlant, Max Frisch, Bataille, por solo citar algunas reelaboraciones del gran palimpsesto m¨ªtico. Para observar la evoluci¨®n del personaje en la tradici¨®n literaria espa?ola, Becerra incluye completas (y sin m¨¢s aparato cr¨ªtico, como es habitual en la Biblioteca Castro, que un documentado pr¨®logo) cinco piezas donjuanescas: en primer lugar, su seminal plasmaci¨®n barroca con El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina; luego, dos dramas seguidistas en los que se acent¨²a el ¡°car¨¢cter rufianesco y canalla¡± del personaje (La venganza en el sepulcro, de Alonso de C¨®rdoba y Maldonado, finales del XVII, y No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague, y convidado de piedra, de Antonio de Zamora, 1713), y por ¨²ltimo, dos importantes piezas del Romanticismo que tambi¨¦n beben de la leyenda del seductor Juan de Ma?ara (sobre todo de su presunto arrepentimiento y conversi¨®n) y terminan de perfilar el mito: el largo poema El estudiante de Salamanca (1836-1840), de Espronceda, y Don Juan Tenorio (1844), de Jos¨¦ Zorrilla. En ellas pueden observarse las variantes e ¡°invariantes¡± del escenario donjuanesco: la muerte ¡ªy el castigo¡ª, el ¡°grupo femenino¡± victimado y el ¡°h¨¦roe¡±. Y comprender c¨®mo, m¨¢s all¨¢ de sus autores y reint¨¦rpretes, don Juan va adquiriendo vida propia y se constituye en un icono de esa modernidad gozosamente susceptible, como todos los grandes mitos, de manipulaci¨®n y enriquecimiento.
2. C¨¢rceles
De las novedades escritas por mujeres que me han llegado ¡ªy entre las que Un coraz¨®n demasiado grande, el estupendo libro de relatos de Eider Rodr¨ªguez (Literatura Random House), ha renovado la enorme satisfacci¨®n que proporcionan los inesperados o tard¨ªos ¡°descubrimientos¡± literarios¡ª destaco dos obras gr¨¢ficas. El placer, de Mar¨ªa Hesse, es a la vez un libro confesional y militante acerca de lo que su t¨ªtulo indica y, de modo especial, del placer referido a la sexualidad de la mujer. Hesse resume (y denuncia) la historia y las mitolog¨ªas que hicieron de la vagina un tab¨² para sus ¨²nicas propietarias y administradoras, a la vez que propone, desde su propia experiencia (contrastada con la de notables mujeres), caminos y formas de empoderamiento de la propia sexualidad. Especial atenci¨®n en la reivindicaci¨®n del derecho a gozar libremente, solas o acompa?adas, que merecen la vulva y el cl¨ªtoris, as¨ª como la reivindicaci¨®n de la masturbaci¨®n y de las herramientas para lograr el orgasmo, como el succionador del cl¨ªtoris, un juguete er¨®tico cuya demanda se ha disparado ostensiblemente desde el MeToo.
Muy diferente, y m¨¢s dif¨ªcil de encontrar en librer¨ªas, porque se trata de un libro autoeditado (informaci¨®n en barojaes.wixsite.com/website), es Prisi¨®n preventiva, de Carmen Mart¨ªn Baroja, un relato autobiogr¨¢fico ilustrado con 60 dibujos a la acuarela que refleja la vida cotidiana de las internas en la c¨¢rcel de mujeres de Carabanchel en 1994, cuando su autora pas¨® all¨ª dos meses en situaci¨®n de prisi¨®n preventiva a resultas de una falsa denuncia. Contra mi costumbre ¡ªno escribo acerca de libros autoeditados; con los otros me basta y me sobra¡ª, lo consigno aqu¨ª porque me parece un testimonio importante.
3. Sisa
Ahora que, finalmente, hemos sido convocados otra vez a la abstenci¨®n ¡ª?uy!, perd¨®n; quiero decir a las urnas¡ª, supongo que no queda m¨¢s remedio que hacer acopio de buenas lecturas para limitar a¨²n m¨¢s el tiempo que dedicamos a los inevitables shows teledirigidos. Empiezo con los dos vol¨²menes (con textos en catal¨¢n y en castellano) de Els llibres gal¨¤ctics 1966-2018 (Anagrama; un sello con un cat¨¢logo catal¨¢n significativamente cada vez m¨¢s activo), una recopilaci¨®n de textos, canciones y pensamientos de Jaume Sisa y sus heter¨®nimos a cargo de Ignasi Duarte. Si usted, improbable y distante lector/a, se emocion¨® con la letra y la m¨²sica de Qualsevol nit pot sortir el sol (1975), ¨¦cheles un vistazo: le abrir¨¢n el apetito lector. Y el catal¨¢n ¡ªmucho m¨¢s f¨¢cil de leer que de escribir¡ª no es un obst¨¢culo insalvable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.