El ¨²ltimo viaje de Santiago Auser¨®n por las tierras del maestro Guayabero
La m¨²sica popular cubana ha sido una escuela a lo largo de toda la carrera del artista
Del ¨²ltimo viaje a Cuba de Santiago Auser¨®n, el verano pasado, cuando actu¨® en el Festival del Cine Pobre de Gibara, en Holgu¨ªn, tierra de su querido Faustino Oramas, EL Guayabero, al primero que realiz¨® en 1984 gracias al primer dinero gordo ganado con Radio Futura, han pasado 35 a?os, nadie lo dir¨ªa. Entre rones, lo record¨¢bamos en uno de los improvisados camerinos de la F¨¢brica del Arte de La Habana el pasado mes de julio, cuando se present¨® all¨ª como Juan Perro, heter¨®nimo que mucho tiene que ver con Cuba pues fue en La Habana donde Auser¨®n grab¨® en 1994 Ra¨ªces del viento, su primer disco como solista, durante unas jornadas memorables en los legendarios estudios de la Egrem donde el percusionista Tata G¨¹ines ejerci¨® de maestro de ceremonias y tambi¨¦n de vigilante para que aquel ¨¢lbum no sonara ¡°gallego¡±.
En 1991, con la ayuda del poeta y periodista Bladimir Zamora, Auser¨®n ya hab¨ªa hecho Semilla del son, aquella inmortal antolog¨ªa que se adelant¨® a su tiempo en el rescate de la m¨²sica popular cubana y de sus grandes soneros. Pero, a lo que vamos: si 1984 fue el a?o del primer contacto, cuando descubri¨® en una tienda de Centro Habana una cinta de sones de doble sentido de un tal Faustino Oramas; y 1989 fue el de visitar al Guayabero en su tierra holguinera, encuentro que le cambi¨® la vida; y 1991 el de Semilla del son; y tres a?os despu¨¦s el de la grabaci¨®n de Ra¨ªces, con Javier Colina al contrabajo e invitados cubanos de lujo como el gran Tata, el tresero Pancho Amat o el guitarrista Sergio Vitier, queda claro que para Auser¨®n la m¨²sica popular cubana ha sido una pasi¨®n vital y una escuela a lo largo de su carrera.
En uno de sus muchos viajes a la isla, el a?o pasado, Auser¨®n present¨® junto a la Orquesta Sinf¨®nica Nacional su disco Vagamundo, en el que mostr¨® c¨®mo la canci¨®n popular espa?ola ha integrado influencias lejanas, especialmente la mezcla de tradiciones europeas y africanas provenientes del Nuevo Mundo. ¡°A mi generaci¨®n le toc¨® en suerte renovar una circulaci¨®n internacional de ritmos y melod¨ªas en la cual Espa?a hab¨ªa participado activamente siglos atr¨¢s, si bien la memoria de estos hechos se hizo borrosa. Explorando con Radio Futura el horizonte de la canci¨®n urbana, recuperando con Juan Perro sones de raigambre diversa, el compromiso con el verso cantado se ha convertido en un viaje apasionante¡±, cont¨® entonces.
Terminado el concierto fuimos a escuchar al grupo de jazz Interactivo en el Teatro Bertold Bretch. A las dos de la madrugada, Juan Perro, o Santiago Auser¨®n, o quien fuese en ese momento, se subi¨® al escenario y de modo natural enton¨® unos versos de Miguelito Cun¨ª en una versi¨®n loca de la Guantanamera. Y como si nada.?
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