Todos nosotros
La 15? Bienal de Lyon, firmada por los comisarios del Palais de Tokyo de Par¨ªs, busca otra escala de lo moderno versionando qu¨¦ es el paisaje hoy
Sin duda, la bienal es el evento m¨¢s complejo de todos los que existen en la escena art¨ªstica y el m¨¢s espectacular en el sentido m¨¢s estricto de la palabra. Cuenta con varios h¨¢ndicaps: no siempre se comprende su magnitud, a veces se confunde su rol y es todo un reto seducir al espectador activo con el arte contempor¨¢neo. Aunque tambi¨¦n tiene virtudes: es un magn¨ªfico radar para conocer artistas, su relaci¨®n con un determinado contexto y el impacto econ¨®mico que todo ello genera, tanto para la ciudad como para el mercado del arte.
Es lo primero que se constata al llegar a la 15? Bienal de Lyon. Antes de su inauguraci¨®n ya hubo ventas. Los comisarios sonr¨ªen y los artistas tambi¨¦n. Cita redonda para este foro art¨ªstico convertido en sal¨®n global. Tanto unos como otros se han volcado en aligerar las cr¨ªticas que dej¨® en tierra de nadie aquel moderno mundo flotante que propuso la comisaria Emma Lavigne en 2017. Fue un chasco, una edici¨®n cargada de pr¨¦stamos y de grandes hits del arte reciente que quitaron magia a lo que puede ofrecer una bienal como esta, amable desde su escala en Lyon, una de las m¨¢s populares de Europa, y por donde han pasado las mejores cabezas curatoriales: de Nicolas Bourriaud, responsable de la Bienal de Estambul ¡ªque tambi¨¦n acaba de inaugurar¡ª, a Ralph Rugoff, que firma este a?o la bienal por excelencia, la de Venecia, abierta hasta el 24 de noviembre.
Los comisarios responsables este a?o, el equipo al completo del Palais de Tokyo (Daria de Beauvais, Vittoria Matarrese, Ad¨¦la?de Blanc, Claire Moul¨¨ne, Yoann Gourmel, Hugo Vitrani y Matthieu Leli¨¨vre), han apostado fuerte por las nuevas producciones y le han dado un giro aprovechando tambi¨¦n el cambio en la direcci¨®n art¨ªstica, con Isabelle Bertolotti cogi¨¦ndole el relevo a un Thierry Raspall que hab¨ªa llevado la bienal al estatus de la pereza. El macLYON sigue siendo una de las sedes habituales, aunque el m¨ªtico espacio de La Sucri¨¨re, la sede por excelencia estos a?os atr¨¢s, se ha cambiado por la antigua f¨¢brica de electrodom¨¦sticos de Fagor-Brandt, un espacio que conocen bien los amantes de la m¨²sica electr¨®nica asistentes a las Nuits Sonores. Una po¨¦tica met¨¢fora de lavado de cara, de flujo de capital, de informaci¨®n y de tradici¨®n que se ajusta muy bien a ese fresh impetus que clama Bertolotti desde el cat¨¢logo.
Para secundar esa energ¨ªa, los comisarios tiran tambi¨¦n de poes¨ªa, la de Raymond Carver, llevando uno de sus poemas al t¨ªtulo de la bienal. Where Water Comes Together with Other Water (Donde las aguas se mezclan) suena bien. Tiene algo de promesa, de fuerzas que suman, de contaminaci¨®n positiva. De manera directa, alude a los dos r¨ªos de Lyon, el Saona y el R¨®dano, un singular paisaje no s¨®lo f¨ªsico, sino tambi¨¦n cultural, pol¨ªtico y econ¨®mico sobre el que reflexionan el medio centenar de artistas aqu¨ª reunidos. A muchos los hemos visto antes en el Palais de Tokyo: Felipe Arturo en 2013, ?Mengzhi Zheng en 2015, Shana Moulton en 2016, Abraham Poincheval en 2017, Jean-Marie Appriou en 2018, Fernando Palma en 2019¡ Incluso el ¨²nico espa?ol, Escif, est¨¢ sacado de un cameo que el artista urbano tuvo en los muros del Palais el a?o pasado. Cuando preguntas por Espa?a, nadie sabe-nadie contesta. Un silencio por donde se esfuma la proyecci¨®n que el arte espa?ol tiene fuera.
En la Bienal de Lyon de este a?o hay un poco de Donna Haraway, de pensamiento l¨ªquido y?de?glo?balizaci¨®n 'low cost'
La lista de repes es mucho m¨¢s extensa y desconcierta. Los comisarios tiran de capital simb¨®lico hasta el extremo, es decir, capitalizan su trabajo en el Palais de Tokyo hasta convertirlo en marca. Y eso tiene cosas buenas y malas. ?Buenas? No hay que negarlo: el Palais de Tokyo sigue siendo un referente, accesible pero riguroso, quiz¨¢ menos te¨®rico que en los tiempos en que lo dirig¨ªan Nicolas Bourriaud y J¨¦r?me Sans, y m¨¢s mainstream, s¨ª, pero importante en la creaci¨®n de un modelo de centro de arte y de p¨²blico que no exist¨ªa en Par¨ªs, lugar de pocas sorpresas y extremadamente institucional con el arte contempor¨¢neo.
Tirar de lista conocida es algo habitual en los comisarios de todo el mundo. Es interesante meter la nariz en los archivos y ver c¨®mo determinados artistas aparecen siempre asociados a determinados comisarios. Hasta cierto punto es l¨®gico tener interlocutores habituales, artistas con los que se conecta bien. Pero aqu¨ª esa circunstancia excede la casualidad y dibuja una burbuja cerrada que nada tiene que ver con los cauces que se mezclan con otros r¨ªos que invoca como leitmotiv la bienal.
Lyon peca este a?o de espectacu?larizaci¨®n y de talla monumental, aunque el espacio no es nada f¨¢cil. En el macLYON la cosa es m¨¢s llevadera con las magn¨ªficas obras de Jos¨¨fa Ntjam y Ren¨¦e Levi, pero la antigua f¨¢brica de Fagor, con sus 29.000 metros cuadrados de ruido visual, compite con cualquier cosa que se coloque all¨ª. Quien tenga en mente el ca¨®tico pero sobrecogedor pabell¨®n franc¨¦s de Laure Prouvost en esta Bienal de Venecia, es aquello multiplicado por cien. Hay un poco de todo. Un poco de distop¨ªa, de antropoceno, de fin del mundo, de desecho, de tecnolog¨ªa punta y de ansiedad. Un poco de rob¨®tica, de slam rock, de maquillaje, de colores mutantes y de pos-Internet. Un poco de decorado brillante, de cuerpos flotantes y de materiales zombis. Un poco de todo lo que debe tener una bienal que mire al futuro. Todo muy Donna Haraway, pensamiento l¨ªquido y globalizaci¨®n low cost. Hay un programa off, un proyecto de residencias (Veduta) e intervenciones por la ciudad. El rescate hist¨®rico lo pone Gustav ?Metzger, el tono generacional lo firma Shana Moulton y el gran hallazgo es menos histri¨®nico y m¨¢s joven, de 1990, londinense: Holly Hendry.
Al final, el paisaje que traslada la bienal, ese que se queda con nosotros cuando cerramos los ojos, es inestable, precario, tentacular, corrosivo y hasta algo can¨ªbal. ?Convence? Tanto como los tiempos que corren.
Where Water Comes Together with Other Water. 15? Bienal de Lyon. Hasta el 5 de enero de 2020.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.