Al rescate de la estrella del cine franc¨¦s que lider¨® la lucha feminista
Un documental recupera los videos activistas de la artista Carole Roussopoulos y la actriz Delphine Seyrig
En 1975 Carole Roussopoulos impart¨ªa talleres de v¨ªdeo "durante los fines de semana para grupos de seis mujeres", en Par¨ªs, en el distrito 14. En uno de ellos, cinco de las alumnas cuchicheaban muy nerviosas, y una le confes¨® a la profesora y activista feminista el motivo: "La otra compa?era es Delphine Seyrig". "Ah, muy bien, ?y?". "?No sabes qui¨¦n es Delphine Seyrig?". "No, ?por?". A?os m¨¢s tarde Roussopoulos confesar¨ªa: "Que no la conociera fue positivo porque nuestra relaci¨®n fue muy distinta". Seyrig fue una de las grandes estrellas del cine franc¨¦s, que colabor¨® con Bu?uel (La V¨ªa L¨¢ctea, El discreto encanto de la burgues¨ªa), Losey (Chantaje a una esposa), Duras (India Song), Akerman (Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080 Bruxelles), Truffaut (Besos robados) o William Klein (Mr. Freedom), y que actu¨® en grandes pel¨ªculas como Piel de asno, El a?o pasado en Maribaund o Chacal. Fallecida con solo 58 a?os por un c¨¢ncer de pulm¨®n en 1990, en una entrevista televisiva se neg¨® a ser calificada como intelectual porque no ten¨ªa estudios universitarios (aunque s¨ª de interpretaci¨®n): "Lo que s¨ª hago es leer, he le¨ªdo mucho, pero yo soy una actriz".
Seyrig nunca fue una estrella del cine al uso. Involucrada en el movimiento feminista, tras conocer a?Roussopoulos entendi¨® el poder¨ªo del audiovisual en su lucha. En 2009 Roussopoulos, pocos meses antes de morir, decidi¨® hacer un documental que mostrara la colaboraci¨®n entre ambas. No pudo terminarlo, y ahora Delphine et Carole, Les Insoumuses, de Callisto McNulty, remata aquella labor. Tras su estreno en la Berlinale, el festival de San Sebasti¨¢n lo ha programado en su secci¨®n Zabaltegi - Tabakalera.
En sus primeros trabajos como directora, Seyrig us¨® a Alexandra, la hija de Carole, como actriz. "Delphine entendi¨® r¨¢pidamente el uso subversivo del v¨ªdeo", recuerda Roussopoulos, que a su vez pose¨ªa otra biograf¨ªa especial. En 1970, tras ser despedida de Vogue, donde hab¨ªa trabajado durante tres a?os, su marido, Paul, y Jean Genet le convencieron de que invirtiera el dinero de la indemnizaci¨®n en comprarse una c¨¢mara de v¨ªdeo. Y as¨ª hizo: fue la segunda en adquirirla en Francia ("El primero fue Godard", recuerda entre risas en el documental). El tr¨ªo cre¨® el colectivo Video Out, y Carole empez¨® a grabar los grandes acontecimientos sociales de la ¨¦poca. Roussopoulos recuerda que el movimiento feminista en aquellos a?os llamaba la atenci¨®n por divertido: "Por ejemplo, fueron a poner coronas y ramos de flores al Arco del Triunfo, con pancartas donde se le¨ªa: 'M¨¢s desconocido que el soldado desconocido... es su esposa'. Y se colaron en el monumento". Tambi¨¦n grab¨® la primera gran manifestaci¨®n por los derechos de los homosexuales en Par¨ªs en 1971. "La c¨¢mara era una m¨¢quina milagrosa, que no necesitaba intermediarios entre la acci¨®n y yo misma".
Por su parte Seyrig se hab¨ªa convertido tambi¨¦n en portavoz -sin quererlo- del movimiento feminista. En una entrevista televisiva, advierte durante un rodaje de un filme de terror: "La leyenda de los vampiros se cre¨® para inyectar miedo a las mujeres, para que no salieran de casa, para que no fueran libres". En otra, preguntada por Simone de Beauvoir, confiesa: "Admiro el movimiento feminista que lucha por nuestros derechos. Yo lo descubr¨ª en 1969, con el manifiesto de las mujeres estadounidenses, que me influy¨® mucho m¨¢s que Mayo del 68". Seyrig lleg¨® a apuntarse al Manifiesto 343, que firmaron 343 mujeres prominentes confesando haber abortado -fuera cierto o no- y as¨ª llamar la atenci¨®n sobre esa ley en Francia.
Militante es alguien que abandona su vida para luchar por algo. Yo no lo soy. Yo soy una actriz que respira feminismo Delphine Seyrig
Roussopoulos segu¨ªa mientras grabando. Por ejemplo, la primera gran manifestaci¨®n feminista en Par¨ªs, celebrada el 20 de noviembre de 1971. En 1975, funda el colectivo de v¨ªdeo feminista Les Insoumuses en 1975: insoumuses es un neologismo que combina insoumise (disobediente) y musas: "As¨ª ense?¨¢bamos que las mujeres pod¨ªan contar su historia, ser sus hero¨ªnas".
Seyrig, que aparec¨ªa en numerosas ocasiones en televisi¨®n por su trabajo, cuenta: "Militante es alguien que abandona su vida para luchar por algo. Yo no lo soy. Yo soy una actriz que respira feminismo". Juntas dirigieron el documental sobre los derechos de las mujeres SCUM Manifesto, basado en el SCUM Manifesto escrito por Valerie Solanas. Como consideran que si Seyrig lee ante la c¨¢mara el texto el p¨²blico podr¨ªa no estar atento, deciden ponerla de lado en una mesa, y mientras lee, en una televisi¨®n se ve el telediario. En 1982, Roussopoulos, Seyrig e Ioana Wieder fundaron el Centro Audiovisual Simone de Beauvoir para documentar el movimiento de derechos de las mujeres. "Por un lado, recog¨ªamos todo el material disponible; por otro lado, empezamos a restaurar las primeras cintas de v¨ªdeo, que empezaban a deteriorarse".
Seyrig nunca dej¨® su trabajo profesional -mucho de su dinero lo invierte en su militancia-, decidida a usar su imagen en pos del feminismo. Como en 1975, cuando la dirigen tres mujeres: con Marguerite Duras y Chantal Akerman -fue presencia habitual en el cine de ambas, en India Song y Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080 Bruxelles, respectivamente, y con Liliane de Kermadec en Alo?se. Tambi¨¦n sufri¨® rechazos por su mensaje: Yes Montand se neg¨® a trabajar con ella.
Llegan sus trabajos conjuntos: graban y remontan una entrevista en televisi¨®n con Fran?oise Giroud, ministra de Asuntos Femeninos, y la proyectan en un cine de Par¨ªs ("la primera vez que se estrena en Francia una pel¨ªcula de v¨ªdeo"), titul¨¢ndola?Maso et Miso vont en bateau. Filman los encuentros de prostitutas, que intentan organizarse como colectivo en algunas ciudades francesas, en Les Prostitu¨¦es de Lyon parlent. Y adem¨¢s del SCUM Manifiesto, su mejor trabajo es Sois belle et tais-toi (1981), en el que Seyrig (directora) y Roussopoulos (c¨¢mara) interrogaron a actrices famosas europeas y estadounidense sobre su rol en la industria, sobre ser bellas y callarse delante de las c¨¢maras. Fue su momento cumbre, en el que pudieron dar rienda suelta a su ideal: "La prioridad del feminismo es escuchar a otras mujeres lo que nunca han podido contar".
Babelia
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