El viaje al ¨¦xito de tres amigos donostiarras
Con los premios a Mejor Direcci¨®n y Mejor Guion, Aitor Arregi, Jon Gara?o y Jose Mari Goenaga ven recompensado su distanciamiento de los temas vascos
En l¨ªnea recta, en paralelo a la playa de la Zurriola, que acota por el norte el barrio donostiarra de Gros, entre las oficinas de la productora Moriarti, en Pasaia, y el Kursaal, el palacio donde se celebraran las galas del festival de San Sebasti¨¢n, hay poco m¨¢s de cuatro kil¨®metros. Es la distancia que hay entre el lugar en que se re¨²nen tres amigos apasionados del cine, Aitor Arregi, Jose Mari Goenaga y Jon Gara?o, un tr¨ªo de guipuzcoanos que llevan en la brecha desde inicios de este siglo cuando empezaron a dirigir cortos, y el escenario donde han recibido por La trinchera infinita la Concha de Plata a la mejor direcci¨®n y el premio al mejor guion (este, para Goenaga y Luiso Berdejo), la confirmaci¨®n de que su salto al espa?ol -abandonando su habitual euskera- y su mayor ambici¨®n (la trama se desarrolla fuera del Pa¨ªs Vasco, en la M¨¢laga de la Guerra civil y su larga y terrible posguerra) es el camino a seguir. "Hemos hecho dos largos en euskera, pero hemos rodado cortos y documentales en castellano, ingl¨¦s, ¨¢rabe e incluso en butan¨¦s. No se nos ha hecho tan extra?o, aunque s¨ª nos preocupaba que resultara cre¨ªble la forma de hablar de los personajes", aseguran.
Ni?os mimados del certamen donostiarra, para eso compiten en casa, en el festival se han podido ver Lucio (2007) y las pel¨ªculas de ficci¨®n 80 egunean (2010), Loreak (2014) y Handia (2017). Han ido escalando posiciones en la industria cinematogr¨¢fica nacional, han aumentado sus reconocimientos: Handia obtuvo 10 Goyas. Hasta La trinchera infinita, nunca se hab¨ªan puesto los tres al alim¨®n detr¨¢s de las c¨¢maras, por culpa de un rodaje dividido en dos partes -en cada una hubo dos directores, y repiti¨® Goenaga- para que su protagonista, Antonio de la Torre, engordara para hacer cre¨ªble su envejecimiento. Tras varios d¨ªas neg¨¢ndolo, Arregi (42 a?os), Gara?o (44 a?os) y Goenaga (43 a?os) han reconocido con los premios en la mano que efectivamente sienten que han crecido. "Al final, s¨ª que hemos sido m¨¢s ambiciosos en la fotograf¨ªa, en la planificaci¨®n, en la atm¨®sfera de sonido", contaron. Puede que no tanto en tem¨¢tica: Handia ya era compleja en su viaje hist¨®rico al Euskadi de la segunda mitad del siglo XIX.
Los tres funcionan como cooperativa creativa, aunque alguna vez (cuentan siempre entre risas) han tenido que desempatar para resolver dudas: "Ventajas de ser impares". Aunque en La trinchera infinita, la historia de un topo escondido durante 33 a?os en su casa, mientras la vida transcurre en las habitaciones de al lado y en la calle, pareciera que la voz cantante la llevar¨ªa Goenaga, han mantenido su forma de trabajar. "Es una estrategia, pensamos que hubiera uno fijo", dec¨ªa Goenaga. "Al que los actores pudieran tener como interlocutor". Gara?o explicaba: "En pre y posproducci¨®n estamos los tres, en el rodaje somos dos porque uno se encarga de los actores y otro del equipo t¨¦cnico. Todos en todo ser¨ªa ingobernable".
Han hecho La trinchera infinita porque creen que no hay muchas pel¨ªculas, m¨¢s bien pocas, sobre el golpe de estado de Franco y el posterior conflicto: "La Guerra civil y sus consecuencias son lo suficientemente complejas como para alargarse hasta hoy. No pretendemos para arrojar luz, solo queremos que al p¨²blico le diga algo. Creemos que lo que pasa actualmente est¨¢ directamente enlazado con lo que ocurri¨® hace d¨¦cadas", responden. Y aunque han acabado cansados por haber simultaneado dos proyectos: la posproducci¨®n de Handia se pis¨® con la preproducci¨®n de La trinchera infinita, ya hay "un par de ideas por ah¨ª". Su cine tambi¨¦n es infinito.
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