Condominio o habitaci¨®n propia
Un volumen de mujeres artistas recorre cinco siglos y 50 pa¨ªses. El resultado es irregular: es un gueto y sobran muchas
Entre las caracter¨ªsticas que definen el esfuerzo actual por hacer visibles los logros de las mujeres en la historia no est¨¢ la fluidez. Cualquier perspectiva ¡ªdesde el marxismo hasta el floreciente y ramificado cerezo feminista, la ecolog¨ªa, la afrodescendencia, el multiculturalismo¡ª servir¨¢ para confinarnos en un espacio seguro y abarcable, un zoo de cristal que se ir¨¢ ampliando a base de recuperar nombres olvidados, iconograf¨ªas radicales o un ancestro a¨²n m¨¢s antiguo del que se supon¨ªa hasta ahora. Pues bien, la reserva comienza a estar muy poblada ¡ªclaro que tambi¨¦n lo est¨¢ el entorno natural de los big five y sus secundarios¡ª porque tras ese irreductible deseo de igualdad hay algo que a algunas mujeres nos molesta profundamente, y es esa insistencia en arrebatarnos la habitaci¨®n propia para ubicarnos en un condominio, un gueto condescendiente ¡ªuna exposici¨®n de mujeres artistas en el ?frica poscolonial, una bienal de ¡°miradas de mujeres¡±, las ¡°pioneras¡± de las vanguardias¡ª, pues si bien es verdad que las cuotas obligatorias propician un nivel m¨¢s equitativo, tambi¨¦n lo es que el intento de naturalizar los actos sencillos ¡ªy grandes¡ª que permiten reconocernos suele acabar enmorcillado en cors¨¦s grandilocuentes, lemas y modas, por muy necesarios y admirables que se nos antojen. Visto el panorama, la vindicaci¨®n de los derechos de la mujer siempre ser¨¢ urgente y demanda empezar desde la base para infiltrarse con fluidez en el com¨²n saber de la historia.
Grandes mujeres artistas es un libro corpulento que resume la historia del arte hecho por 400 autoras a lo largo de cinco siglos; la primera, nacida en 1490 (la bolo?esa Properzia de Rossi), y la ¨²ltima, en 1990 (la neoyorquina ?Tschabalala Self). El t¨ªtulo hace referencia al pol¨¦mico ensayo de los setenta firmado por Linda Nochlin,?Por qu¨¦ no ha habido grandes mujeres artistas?, donde se instaba a los historiadores del arte a replantearse el modo en que rescataban nombres olvidados afirmando que ¡°aunque ha habido muchas artistas interesantes y muy buenas, ninguna de ellas se cuenta entre los m¨¢s grandes¡±.
En 1362, Boccaccio inclu¨ªa a varias pintoras entre sus 106 biograf¨ªas de mujeres ilustres, Plinio el Viejo escribi¨® en su Historia natural que la primera persona reconocida como artista fue una mujer, Kora de Sici¨®n (650 antes de Cristo), y el brit¨¢nico Walter Shaw Sparrow edit¨® a mediados del XIX el exhaustivo Women Painters of The World. Son algunos antecedentes de este ejemplar que edita la firma angloamericana Phaidon y en cuya introducci¨®n, que escribe Rebecca Morrill, se lee un apunte sobre la pintora Georgia O¡¯Keeffe y su negativa a prestar un cuadro para la exposici¨®n Mujeres artistas, 1550-1950, comisariada por?Nochlin en Los ?ngeles en 1976, alegando que no quer¨ªa darse a conocer como una mujer artista, sino como artista, a secas. Con una intenci¨®n opuesta nace este compendio, donde cada autora ¡ªabundan las escultoras, pintoras y fot¨®grafas¡ª desfila en orden alfab¨¦tico por cada p¨¢gina, que incluye un breve texto y una ilustraci¨®n, y en el ¨ªndice final aparecen agrupadas en una pasarela de movimientos art¨ªsticos (por ejemplo, Louise Bourgeois pertenece a la casilla de ¡°arte figurativo¡± (!), y Frida Kahlo, a la de ¡°Renacimiento mexicano¡±.
Entre la galer¨ªa de insignes (Sofonisba Anguissola, Marietta Robusti, La Tintoretta, Judith Leyster, Plautilla Nelli) se cuela un cifra indignante de autoras nada ¡°grandes¡± (Heather Phillipson, Patricia Piccinini, Nancy Rubins, Joana Vasconcelos, Xiao Lu. Lisa Yuskavage, Genieve Figgis, Rachel Harrison, Camille Henrot... El canon masculino tambi¨¦n est¨¢ plagado de mediocres, ?no quer¨ªamos igualdad?). Hay ausencias incomprensibles: la ¡°peligrosa¡± surrealista Honor¨¦ Sharrer, la artista multimedia Ren¨¦e Green o, si hablamos de espa?olas, Esther Ferrer o Elena Asins, por citar algunas. No son todas las que est¨¢n ni est¨¢n todas las que son, pero unas y otras comparten el haber sido dejadas de lado como ¡°grupo femenino¡± por el arte heroico.
Grandes mujeres artistas. Introducci¨®n: Rebecca Morrill. Traducci¨®n: Carmen Franch y Paloma Mu?oyerro. Phaidon, 2019. 464 p¨¢ginas. 49,95 euros.
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