Una escuela del futuro, hace cien a?os
Una exposici¨®n recuerda los objetivos y los logros del Instituto-Escuela con motivo del centenario de la revolucionaria instituci¨®n
La escuela del futuro ya se pens¨® hace m¨¢s de un siglo. Esa impresi¨®n queda tras la visita a la exposici¨®n que este jueves se inaugura en la Fundaci¨®n Francisco Giner de los R¨ªos-Instituci¨®n Libre de Ense?anza de Madrid. La escuela del futuro ser¨ªa una escuela en la que los ni?os no utilizar¨ªan libros de texto sino que los elaborar¨ªan ellos mismos. Una escuela en la que los profesores no dictar¨ªan lecciones magistrales, sino que ayudar¨ªan a los alumnos a aprender a trav¨¦s de las experiencias. Una escuela en la que los ni?os no permanecer¨ªan encerrados en el aula, sino que har¨ªan excursiones y visitas a lugares de inter¨¦s para que esa b¨²squeda activa de conocimiento los llevara a hacerse nuevas preguntas. ¡°?Y si eso ya se pens¨® hace ciento y pico de a?os y no solo fue un proyecto sino que fue una realidad?¡±, se pregunta Carlos Wert, comisario junto a Antonio Moreno, Eugenio Otero y Mar¨ªa del Mar del Pozo de la exposici¨®n Laboratorios de la nueva educaci¨®n. En el centenario del Instituto-Escuela, organizada por la propia fundaci¨®n junto con Acci¨®n Cultural Espa?ola y la Residencia de Estudiante. ¡°?No ser¨¢ necesario hacer un regreso al futuro?¡±, se pregunta el experto.
El Instituto-Escuela de Madrid, creado en 1918, fue una instituci¨®n p¨²blica que ensay¨® nuevos planes y m¨¦todos educativos y adem¨¢s implant¨® proyectos para formar a los profesores que llevaran a cabo esa revoluci¨®n, incluso con viajes de formaci¨®n en el extranjero. El germen surgi¨® d¨¦cadas antes, cuando en 1876 se fund¨® la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, impulsada por, entre otros catedr¨¢ticos, Francisco Giner de los R¨ªos para modernizar la cultura y la sociedad espa?ola a trav¨¦s de la educaci¨®n. Eran tiempos dif¨ªciles, en los que se suspendi¨® la libertad de c¨¢tedra en la Universidad a cualquier ense?anza contraria a la fe cat¨®lica, a la monarqu¨ªa o al sistema pol¨ªtico vigente. Y aunque en un principio la intenci¨®n era crear una universidad libre a semejanza de la existente en Bruselas desde 1834, el proyecto se modific¨® para empezar a formar a los nuevos ciudadanos desde ni?os.
¡°Cuando hace siglo y pico se habla de la ¡®nueva educaci¨®n¡¯, que era un fen¨®meno mundial, ya hay una versi¨®n espa?ola, que es la Instituci¨®n Libre de Ense?anza¡±, explica Wert. Y de ello deja constancia la exposici¨®n, que recorre a trav¨¦s de paneles, v¨ªdeos, fotograf¨ªas y materiales escolares, la historia de ese apasionante y revolucionario proyecto. Junto a esos elementos tambi¨¦n se exhiben algunas obras pl¨¢sticas de artistas que de alguna manera estuvieron vinculadas al movimiento educativo. Hasta se muestra una fotograf¨ªa del escultor estadounidense Alexander Calder durante su representaci¨®n de El circo m¨¢s peque?o del mundo en la Residencia de Estudiantes en 1933.
¡°?Transformad esas antiguas aulas!¡±, exclam¨® Giner de los R¨ªos en su discurso de apertura del curso 1880-1881, seg¨²n reza uno de los paneles de la exposici¨®n. Y en aquellos a?os se propugna que la ense?anza debe basarse en principios como ¡°despertar la curiosidad en el ni?o¡±, ¡°educar en el sentido hist¨®rico, para ver cada realidad actual como manifestaci¨®n ¨²ltima de un proceso¡± o ¡°familiarizar con las leyes de la materia¡±. Pero tambi¨¦n en otros, m¨¢s novedosos, como hacer excursiones al campo, trabajos manuales, practicar la gimnasia y los juegos, o emplear la m¨²sica y el canto. De todo se encuentran ejemplos en la exposici¨®n, con fotograf¨ªas de ni?os en el campo, tomando el sol en una terraza, conversando en el comedor o jugando en el patio. Tambi¨¦n con algunos de los objetos con los que jugaban o las piezas que creaban.
Y entre las decisiones m¨¢s revolucionarias de su sistema figura una: ¡°Sacaron completamente los libros de texto del aprendizaje escolar¡±, afirma el comisario Eugenio Otero, ¡°el conocimiento tiene que construirlo el ni?o, no tiene que recogerlo construido de los libros¡±. En ello abunda su colega Antonio Moreno: ¡°La metodolog¨ªa tradicional es una metodolog¨ªa de una persona que habla y los alumnos que escuchan. La que ellos propugnan es una metodolog¨ªa activa, participativa, que los propios alumnos con sus cuadernos de trabajo vayan elaborando incluso lo que es un libro. Es el trabajo colaborativo del que se habla ahora¡±. En las vitrinas de la sala de exposiciones de la Fundaci¨®n se muestran numerosos ejemplos de esos cuadernos, llenos de imaginativos esquemas, dibujos y gr¨¢ficos. Unas ilustraciones que se mueven animadas en un monitor cercano, gracias a un v¨ªdeo realizado a prop¨®sito para la exposici¨®n.
No solo teorizaron, lo pusieron en pr¨¢ctica. ¡°Los institucionalistas tienen claro que esto es un laboratorio porque lo que quieren es hacer ensayos de reforma para despu¨¦s generalizar la reforma¡±, asegura Jos¨¦ Garc¨ªa-Velasco, presidente de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, ¡°Giner no quer¨ªa esto para una minor¨ªa, quer¨ªa levantar el alma de todo el pueblo¡±. Por eso, se fueron creando diferentes centros experimentales para mejorar distintos aspectos de la ense?anza (formaci¨®n de profesores, horarios, programas¡). Con la creaci¨®n en 1907 de la Junta para Ampliaci¨®n de Estudios e Investigaciones Cient¨ªficas, ya desde la administraci¨®n, llegaron otras plataformas p¨²blicas que propugnaban la reforma del sistema educativo. Y finalmente naci¨® en 1918 el Instituto-Escuela, que tuvo reflejo en instituciones similares en Barcelona, Sevilla, Valencia y M¨¢laga. Pero el sue?o se rompi¨® bruscamente, como tantas cosas en aquellos a?os, por la sinraz¨®n del fuego y las bombas. ¡°Estas pr¨¢cticas se interrumpieron con la Guerra Civil, la dictadura franquista y la depuraci¨®n de la mayor parte de quienes participaron en aquella experiencia¡±, explican los organizadores.
Sin embargo, aquellas experiencias pueden ser ¨²tiles un siglo despu¨¦s. ¡°Hoy en d¨ªa, se necesita una educaci¨®n activa que forme personas capaces de gobernar su vida profesional y personal. Ya no solo es un deseo, es una necesidad. Una sociedad que quiera en este momento prosperar necesariamente tiene que formar ciudadanos con esas caracter¨ªsticas¡±, asegura Wert, bas¨¢ndose en el modelo del Instituto-Escuela.
¡°La educaci¨®n es cara pero la ignorancia es m¨¢s cara todav¨ªa¡±, a?ade Antonio Moreno, que explica que la muestra no solo tiene una importancia hist¨®rica, sino que puede ayudar a plantearse ahora la ense?anza del futuro. ¡°Esta exposici¨®n sirve para pensar en c¨®mo estamos ahora y en qu¨¦ es lo que podemos hacer. En aquel momento era una situaci¨®n decadente en Espa?a, con 11 millones de analfabetos de 20 millones de habitantes ?Qu¨¦ hay que hacer para salir de ese atolladero? Pues bueno, se hicieron preguntas y buscaron respuestas y las respuestas son exitosas en la medida que pudieron. ?Qu¨¦ hay que hacer ahora? Hacerse preguntas y buscar las respuestas, que es lo que realmente no se hace¡±.
Laboratorios de Educaci¨®n. En el centenario del Instituto-Escuela. Fundaci¨®n Francisco Giner de los R¨ªos-Instituci¨®n Libre de Ense?anza. Paseo General Mart¨ªnez Campos, 14. Hasta el 1 de marzo de 2020.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.