¡®Western Stars¡¯: El eterno y rentable viaje interior de Bruce Sprinsgteen
El artista presenta en Londres la pel¨ªcula que acompa?a a su ¨²ltimo ¨¢lbum
Estados Unidos lleva m¨¢s de 240 a?os cont¨¢ndose a s¨ª mismo y al resto del mundo su propia historia a trav¨¦s de leyendas. Bruce Springsteen es una de ellas. En la d¨¦cada de los ochenta, cuando Ronald Reagan infund¨ªa en todo el pa¨ªs un patriotismo beligerante y un capitalismo salvaje, el ¨¢lbum Born in the USA fue la conciencia deseada por millones de estadounidenses, que necesitaban escuchar de nuevo que eran un pueblo bueno en el fondo y simple en las formas, orgullosos de su pa¨ªs y de sus peque?as comunidades, de coraz¨®n limpio y generoso. Las small towns?de la Am¨¦rica profunda se llenaron de adolescentes con sus Levi?s 501, su gorra de b¨¦isbol en el bolsillo trasero, sus camisetas de algod¨®n blanco sin mangas y sus pick ups de segunda o tercera mano, que conduc¨ªan sin rumbo hasta anochecer cada s¨¢bado. Ha llovido mucho desde entonces.
Springsteen se ha convertido en un cl¨¢sico y su excepcional m¨²sica es una parte fundamental de la historia del rock. Est¨¢ en un momento vital inmune a la cr¨ªtica. Todo lo que haga ser¨¢ consagrado de antemano por su legi¨®n de admiradores, o acogido con indiferencia por los que nunca se subieron al carro. Los que se atrevan a cuestionar sus nuevas canciones ser¨¢n vistos de inmediato como puristas gru?ones empe?ados en aguar la fiesta.
El boss present¨® este s¨¢bado en Londres una nueva pel¨ªcula: Western Stars. Durante dos d¨ªas, el director de cine Thom Zimny grab¨® al artista, a su mujer, Patti Scialfa, a una peque?a banda y a 30 m¨²sicos de una orquesta de viento y cuerda, en el interior de un establo centenario. Forma parte del rancho que Springsteen tiene en el desierto californiano, al este de la ciudad de Los ?ngeles. En un escenario que es en s¨ª mismo una met¨¢fora, con madera envejecida que huele a whisky ahumado y restos de paja que forman ya parte de la decoraci¨®n, suenan todos los temas del nuevo ¨¢lbum, que tiene el mismo nombre que la pel¨ªcula. "En cada canci¨®n escribes tu vida interna y tus luchas diarias. Pero procuro que sean peque?as historias, y me gusta relatarlas de un modo muy cinematogr¨¢fico. Creo que todos mis temas tienen mucho contenido visual", explica el cantante. Camisa de cuadros, vaqueros y botas de piel gastada y puntas imposibles.
Hay una Am¨¦rica del hombre de Marlboro que retiene su imagen poderosa y evocadora. Es el dif¨ªcil equilibrio entre la soledad buscada y querida y la necesidad de construir comunidad y lazos de vecindad. Western Stars intercala en cada una de las canciones im¨¢genes id¨ªlicas del desierto y mustangs salvajes en un galope desbocado. Springsteen caminando entre cactus gigantes bajo un cielo limpio y cegador; Springsteen sorbiendo un chupito de bourbon mientras escucha las historias de viejos amigos en la misma barra de bar construida en el establo; Springsteen perdido en sus pensamientos mientras conduce millas y millas de una eterna carretera, al volante ¡ªcomo no¡ª de una vieja pick up. Y sin embargo, en medio de una secuencia de postales estereotipadas, la voz del cantante y sus reflexiones suenan sinceras y conmovedoras. Sus luchas con cada uno de los fantasmas interiores que nunca le han abandonado, su salida de la depresi¨®n, sus intentos de domar d¨ªa a d¨ªa un car¨¢cter salvaje, su homenaje a los peque?os instantes de felicidad otorgados por todos los que le han querido durante 70 a?os de vida. Son precisamente las fotos rescatadas del caj¨®n y las viejas secuencias rodadas con una super-8 casera las que m¨¢s conmueven al espectador. Bruce con su gran amor, Patti, haciendo el tonto en la puerta de la caba?a donde pasaron su luna de miel. Bruce y Patti ensayando una escena rom¨¢ntica de cine mudo en medio de una mesa de picnic repleta de restos de comida, tequila y cerveza. Bruce a lomos de una Harley, con la cara de eterno rebelde. Bruce y Patti, abrazados a sus hijos.
"Fue un error no contar con Patti para la grabaci¨®n de este ¨¢lbum. Por eso hemos querido que tuviera un papel tan destacado en la pel¨ªcula", explica el cantante. Los nuevos temas de Springsteen beben de la m¨²sica popular estadounidense, bajo la inspiraci¨®n de compositores como Burt Bucharach o Jimmy Webb, que nunca llegaron a tener la proyecci¨®n internacional de otros artistas pero que forman parte del riego sangu¨ªneo que durante d¨¦cadas ha alimentado la Norteam¨¦rica profunda y aislada en s¨ª misma. Imposibles de interpretar en una gira en condiciones, el cantante ha decidido convertir su experiencia en pel¨ªcula. Y la m¨²sica ¨ªntima ha llevado a un filme ¨ªntimo. Conmueve ver a Patti acercarse al micr¨®fono y respaldar con su voz temas como Stones, mucho m¨¢s si se piensa que es el lamento y el rencor hacia pasados amores del cantante. Pero la gran presencia de la compa?era de Springsteen es sobre todo un ¨²ltimo plano, casi al final de la pel¨ªcula, cuando sobre la mano rugosa y ensortijada del cantante, al volante, se posa otra mano nudosa y trabajada que transmite, en ese momento, toda la ternura del mundo.
Western Stars es el producto de un hombre con m¨¢s de 10.000 horas de profesi¨®n a sus espaldas que se puede permitir ensayar con lo que le d¨¦ la gana. Ning¨²n tema llega a tocar al coraz¨®n. Quiz¨¢ casi lo consiguen el que da t¨ªtulo al ¨¢lbum, o Sleepy Joe's Cafe?y Moonlight Motel. Este ¨²ltimo porque ayuda a entender que Springsteen, en paz consigo mismo y acompa?ado de familia y amigos, se ha ganado el derecho a creerse un cowboy y a meditar como Marco Aurelio.
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