Una f¨¢brica de armas para conquistar al p¨²blico
Los Premios Princesa de Asturias concentran parte de su programaci¨®n en La Vega, un enorme complejo industrial en Oviedo abandonado desde 2012
Hace tiempo que los ca?ones callaron. No quedan balas, ni fusiles, as¨ª que ya solo disparan las palabras. ¡°El trabajo todo lo vence¡±, reza una frase pintada en una pared de la antigua F¨¢brica de Armas de La Vega, en Oviedo. ¡°Ganar¨¢s el pan con el sudor de tu frente¡±, golpea una r¨¢faga de may¨²sculas azules desde otro muro. Tantas certezas deb¨ªan motivar ¡ªsi es que lo consegu¨ªan¡ª a los obreros que aqu¨ª pasaban sus jornadas. Pero, ahora que todos se han marchado, parecen hablarle a la propia f¨¢brica: en efecto, en los ¨²ltimos a?os, le est¨¢ costando esfuerzos y l¨¢grimas sobrevivir. La Vega, como se le conoce com¨²nmente, lleva desde 2012 cerrada: 118.730 metros cuadrados de edificios, callejuelas y espacios verdes, abandonados a su destino. Alg¨²n ovetense dice que podr¨ªa ser como Matadero, no vaya a ser que aludir a Madrid despierte m¨¢s inter¨¦s fuera de Asturias y contribuya a una soluci¨®n. Porque, de momento, La Vega apenas abre unos d¨ªas al a?o: por La noche blanca de los museos, alg¨²n encuentro puntual y, sobre todo, los Premios Princesa de Asturias.
Por segunda edici¨®n consecutiva, la fundaci¨®n que entrega (este viernes) los galardones ha rescatado de la melancol¨ªa esta ¨¢rea, tan extensa como 12 campos de f¨²tbol, y la ha llenado de ideas. Lo cual ha tra¨ªdo consigo otra invasi¨®n: la del p¨²blico. El a?o pasado, La Vega fue dedicada a Martin Scorsese, Princesa de Asturias de las Artes. Pero, ahora, la apuesta se ha ampliado a todos los protagonistas. Se ha proyectado Tr¨ªptico, obra audiovisual de Rino Tagliaferro, que da vida a las obras de El Bosco, en colaboraci¨®n con el Museo del Prado; se ha estrenado el espect¨¢culo Why, de Peter Brook; se ha celebrado un peculiar concierto que mezcla la sinfon¨ªa de los instrumentos con la que producen las plantas. Hay un jard¨ªn sensorial permanente, encuentros con los distintos galardonados por las ma?anas y las tardes, y pel¨ªculas cada noche. Y tambi¨¦n se exponen los dibujos que alumnos de varios colegios han dedicado a las bi¨®logas Joanne Chory y Sandra Myrna D¨ªaz, Princesa de Asturias de Investigaci¨®n. En una historieta, la estadounidense da vida a una musculada superplanta y termina brindando con ella con champ¨¢n.
¡°Queremos extender el mensaje de los premiados a la sociedad y que acercarse a ellos sea una experiencia. Buscamos durante a?os ubicaciones y propuestas arriesgadas, pero no pod¨ªamos montar cada a?o un espacio ef¨ªmero en un sitio diferente¡±, explica Teresa Sanjurjo, directora de la Fundaci¨®n Princesa de Asturias, sobre la elecci¨®n de La Vega. ¡°Y la reacci¨®n de la gente est¨¢ siendo fenomenal¡±, remata. Teatro, cine, arte, m¨²sica, deporte y ciencia. Y todo con aforo completo o casi. Ni los cristales rotos, los pilares ennegrecidos o los muebles vetustos rompen el hechizo. Tal vez, m¨¢s bien, lo refuerzan. Basta darse un paseo por la f¨¢brica para comprobar que tiene armas de seducci¨®n masiva: conquista desde los ni?os hasta los jubilados.
Se dir¨ªa que solo faltan los pol¨ªticos. Porque La Vega sigue atrapada en un laberinto administrativo que no parece vislumbrar ninguna salida. Varios medios locales ofrecen una cronolog¨ªa tan s¨®lida como frustrante de esta odisea. Naci¨® como monasterio, fundado en 1153 por do?a Gontrodo Petri, una de las pocas mujeres que la Edad Media quiso recordar: c¨¦lebre concubina del rey Alfonso VII, se convirti¨® entonces en abadesa de Santa Mar¨ªa de la Vega. No quedan apenas vestigios de aquella estructura, que a finales del siglo XIX pas¨® a ser f¨¢brica de armas, tras la expulsi¨®n de las monjas por decisi¨®n estatal. El cierre en 2012 puso punto final a ese cap¨ªtulo industrial de La Vega. Y empez¨® un ep¨ªlogo que todav¨ªa se escribe hoy.
Se turnan los alcaldes y los ministros de Defensa ¡ªpropietaria del espacio¡ª pero el resultado no cambia. Ni el anterior regidor, el socialista Wenceslao L¨®pez, ni el actual, el popular Alfredo Canteli, han logrado desentra?ar el enredo. Que la cabeza al frente del ministerio cambiara hasta cinco veces estos a?os no ayud¨®. La f¨¢brica, adem¨¢s, es uno de esos lugares donde tener un Gobierno en funciones s¨ª cuenta. Y para mal. De ah¨ª que las negociaciones se encuentren ¡°en stand-by¡± a la espera de que haya Ejecutivo, como reconoci¨® la alcald¨ªa de Oviedo.
Defensa descart¨® el alquiler, por considerar que el arrendamiento de un bien p¨²blico ¡°no es posible¡±. La cesi¨®n a cambio de nada tampoco convence al ministerio. Queda la compra: el valor del espacio oscila entre una treintena y una cincuentena de millones de euros, seg¨²n las tasaciones. A lo que, presumiblemente, habr¨ªa que sumar otra inversi¨®n en las propias estructuras. Centro cultural, f¨¢brica de ideas, complejo industrial: cada partido tiene un plan para La Vega. Ninguno, sin embargo, pasa del papel.
A saber si el ejemplo de los Princesa de Asturias sirve de ayuda. Sanjurjo espera que s¨ª, pero predica prudencia y sensatez: ¡°El a?o pasado se habl¨® del tema, tambi¨¦n en la prensa y entre la ciudadan¨ªa. Pero hay que evitar la tentaci¨®n de caer en respuestas binarias. La situaci¨®n es compleja y requiere mucho an¨¢lisis¡±. Mientras en la f¨¢brica decenas de ni?os entregados aprenden de las bi¨®logas premiadas por qu¨¦ salvar el planeta es importante, aumenta la frustraci¨®n por lo que puede ser y no es. Otra de las frases en las paredes de La Vega asegura: ¡°Cada operaci¨®n requiere la herramienta apropiada¡±. Aqu¨ª, de momento, nadie la ha encontrado.
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