¡®Salvator Mundi¡¯: leonardesco s¨ª, de Leonardo no
El responsable del cat¨¢logo razonado del genio renacentista asegura que el pol¨¦mico cuadro es una idea del maestro ejecutada por sus ayudantes
Leonardo agarra el grafito del ayudante que no es capaz de rematar bien las manos. Apura para corregir la forma de los dedos maltrechos con una l¨ªnea segura y perfecta, n¨ªtida y firme. El maestro atiende a su disc¨ªpulo para que aprenda a hacer de lo r¨ªgido y macizo algo sutil y ligero. No permite que los j¨®venes de menos de veinte a?os toquen los pinceles ni los colores. A estos solo les permite practicar con un estilete de plomo. Es muy exigente con la formaci¨®n sin urgencias.
En?Salvator Mundi hay un ayudante mayor y experto. ¡°Creo que ha sido creada por su taller y por ¨¦l mismo. Pero dado el estado arruinado de la pintura y la restauraci¨®n parcialmente indocumentada, es muy probable que nunca sepamos con certeza si Leonardo es el autor¡±, cuenta Frank Z?llner (Alemania, 1953) a EL PA?S. Es el historiador del arte responsable de mantener actualizado el cat¨¢logo razonado de Leonardo da Vinci, Frank Z?llner, lo dice sin rodeos: ¡°No digo que?Salvator Mundi no sea obra de Leonardo¡±. Est¨¢ convencido de que el concepto y el dise?o son del autor de La Gioconda, la ejecuci¨®n no.
En ocasiones el pintor hace responsables a sus ayudantes del dise?o global. Otras veces rematan partes y en ocasiones copian. Y repitieron mucho, porque de las copias depend¨ªa el potencial comercial del taller de Leonardo. Sin embargo, busca algo m¨¢s que unas manos que le imiten y perpet¨²en el negocio: quiere pintores que no se conformen con la copia.
Nunca trabajaba solo, a pesar de que el mito lo haya devorado todo y muestre a un genio capaz de llevar a cabo experimentos y atender encargos. As¨ª intervino en la versi¨®n de La Gioconda del Prado y as¨ª pudo hacerlo en el Salvator Mundi, que no cuelga -informa ?lex Vicente-, a siete d¨ªas de la inauguraci¨®n, de las salas que el Museo del Louvre de Par¨ªs dedica a la muestra que recordar¨¢ a Leonardo en el 500? aniversario de su fallecimiento. Abud Dhabi no ha querido mandarlo y el cuadro m¨¢s caro del mundo (382 millones de euros, en 2017) no tendr¨¢ que enfrentarse al juicio de los expertos y al riesgo de una posible degradaci¨®n de categor¨ªa.?
Aspectos leonardescos
Porque Z?llner aclara que ¡°Leonardo ya no est¨¢ en el mercado¡±. El perito con la llave del cat¨¢logo del artista no sum¨® ninguna pintura nueva cuando revis¨® por cuarta vez -la pasada primavera- las ¨²ltimas atribuciones al maestro renacentista. Entre los 17 cuadros (31 con obras de taller) no incluy¨® a Salvator Mundi. Le resulta muy extra?o que Leonardo aceptara pintar un tema tan poco din¨¢mico, porque ¡°el tipo de icono de Salvator requiere una vista frontal¡± y Da Vinci ¡°es conocido por temas m¨¢s din¨¢micos¡±.
?Hay alguna caracter¨ªstica en esta pintura propia de la manera de Leonardo? ¡°Dir¨ªa que el sfumato es muy parecido al de Leonardo, aunque algo exagerado. La difusi¨®n de la luz tambi¨¦n es similar¡±, contesta. Sin embargo, no se conoce estudio pormenorizado de la obra. Su estancia en el Louvre habr¨ªa servido para desentra?ar sus secretos. A Z?llner le gustar¨ªa poder estudiarla en unas condiciones ¨®ptimas, junto con un grupo de expertos, sin prisa. ¡°Y en un terreno neutral y no con alg¨²n propietario a mis espaldas¡±, cuenta.
Es un caso parecido a?La Gioconda del Museo del Prado, de la que Z?llner piensa que es una versi¨®n simult¨¢nea a la que conserva el Louvre. Ve toques del maestro en el cuadro del Prado y por eso cree que la obra del museo espa?ol constituye ¡°una obra muy importante para la comprensi¨®n del procedimiento del taller de Leonardo¡±. En esa l¨ªnea opina Carmen Bambach, la conservadora de dibujo en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, que va m¨¢s all¨¢ y atribuye el trabajo a uno de sus ayudantes, Boltraffio.
Giovanni Antonio Boltrafio fue uno de sus mejores asistentes, un dibujante excepcional. La colaboraci¨®n entre ambos se estrecha a comienzos de la d¨¦cada de los noventa del siglo XV, durante el auge del trabajo del maestro al servicio de la corte de Ludovico Sforza, en Mil¨¢n. Tienen el taller en un peque?o estudio del barrio artesanal de la ciudad y culminan entre ambos la?Madonna Litta (1491-1495), mientras Leonardo resuelve el mural del refectorio de Santa Maria del Grazie, con la??ltima cena.
El error de la National Gallery
Bambach piensa como Z?llner que Leonardo debi¨® retocar algunas partes, como las manos, el orbe de cristal o la base de la manga. El director de documentales Ben Lewis desvela en su libro El ¨²ltimo Leonardo (que en un mes publicar¨¢ en castellano Paid¨®s) que Bambach fue una de las protagonistas en el punto crucial en el que el cuento de?Salvator Mundi cambi¨®.
National Gallery de Londres, 2008, el entonces due?o de la pintura, Robert Simon (la compr¨® junto con Alex Parish por 1.175 d¨®lares en 2005), cruza el Atl¨¢ntico para mostrarla a cinco expertos en Leonardo, entre ellos est¨¢ Martin Kemp y Bambach. Seg¨²n ha podido saber Lewis, hubo una conversaci¨®n informal en el taller de conservaci¨®n del museo, pero no se tomaron notas ni hubo un informe de atribuci¨®n y Bambach mostr¨® claras dudas. Sin embargo, Luke Syson comunic¨® al entonces director Nicholas Penny que los expertos hab¨ªan acordado que era de Leonardo y pod¨ªan incluirla en la exposici¨®n de 2011 como nuevo descubrimiento-bomba. Syson era su comisario y responsable del cambio.
Acaba la exposici¨®n en la National Gallery y Simon y Parish lo venden por 72 millones de euros, en 2013, a un intermediario suizo que lo revende a los pocos d¨ªas a Dmitry Rybolovlev por 115 millones de euros. Este decide subastarlo en la sede que Christie's tiene en el Rockefeller Center, la noche del 15 de noviembre de 2017, cuando en unos pocos minutos se convierte en la obra de arte m¨¢s cara gracias al tiki-taka de dos pujantes an¨®nimos -clasificados en la jerga como UHNWI (Ultra High Net Worth Individuals o Individuos con Patrimonio Neto Muy Alto)- y al remate del pr¨ªncipe saud¨ª Bader al Saud.
?Cometi¨® un error la National Gallery al considerarlo Leonardo? ¡°Sinceramente, creo que los museos p¨²blicos no deber¨ªan exhibir pinturas de esta categor¨ªa cuando todav¨ªa est¨¢n en el mercado. Ni pinturas de antiguos maestros ni obras de arte contempor¨¢neo. Pero este punto de vista parece ser demasiado idealista, ?no te parece?¡±, explica Frank Z?llner. Adem¨¢s, cree que no hay un error de atribuci¨®n, porque no se decide en un d¨ªa. ¡°Lleva tiempo, a veces mucho tiempo. Las atribuciones requieren de discusiones controvertidas¡±, explica para subrayar que lo que sucedi¨® en la National Gallery no fue una atribuci¨®n, sino una deflagraci¨®n comercial.
Babelia
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