De dise?adora gr¨¢fica en la ciudad a pastora de ovejas en el campo

St¨¦phanie lleva los ojos ahumados, colorete en las mejillas y un corte de pelo sofisticado, a menudo aderezado de forma involuntaria por doradas briznas de paja. Es madre soltera que cambi¨® las eternas horas de trabajo ante un ordenador como dise?adora gr¨¢fica para tener su propia granja. Su vida gir¨® 180 grados a 350 kil¨®metros de distancia, la que separa Par¨ªs de Cotentin, en Normand¨ªa.

La directora Delphine D¨¦trie vio en su historia la oportunidad de hacer algo parecido. Al menos de forma moment¨¢nea. Conoci¨® a St¨¦phanie grabando un reportaje para la televisi¨®n protagonizado por varias mujeres granjeras y se sinti¨® especialmente identificada con ella. ¡°Mi trabajo como reportera no me llenaba, as¨ª que decid¨ª hacer algo parecido: salir de la rueda laboral en la que estaba atrapada y dedicarme a buscar un sentido a lo que hac¨ªa", cuenta D¨¦trie desde Francia a EL PA?S por tel¨¦fono. As¨ª que se march¨® al campo con su c¨¢mara para registrar un a?o en la vida de la mujer que lo hab¨ªa dejado todo para vivir lejos de la ciudad.

Cuenta la aventura en el documental A Modern Shepherdess (Una pastora moderna). Puede verse en la quinta edici¨®n del Another Way Film Festival, el festival de cine sobre progreso sostenible que se celebra del 24 al 27 de octubre 2019 en la Cineteca de Madrid.

Como muestra la pel¨ªcula, el reto de St¨¦phanie no solo depende de ella. Tiene que demostrar a la Administraci¨®n francesa durante sus primeros cinco a?os de actividad que su granja es capaz de dar beneficios. De lo contrario, le retirar¨ªan los permisos para tener este nuevo negocio. Algunos de sus vecinos han decidido no pon¨¦rselo f¨¢cil.

"El 2017, era un a?o crucial para ella, porque era el que se iba a decidir si continuaba con su producci¨®n o ten¨ªa que parar. As¨ª que fue el momento perfecto para rodar el documental", explica la cineasta francesa.

Con la herencia inevitable de una pionera en el g¨¦nero documental como Agn¨¨s Varda ¡ª"su forma de mirar la vida era tan libre que le permit¨ªa rodar de forma ¨²nica y especial", dice de la directora recientemente fallecida¡ª, A Modern Shepherdess narra lo que es ya una tendencia en Francia y otros puntos de Europa: profesionales urbanitas que lo dejan todo para irse al campo. "Un tercio de los nuevos due?os de granjas no ten¨ªa experiencia previa trabajando en el campo, proceden de otras industrias", cuenta D¨¦trie.

Cuenta su relato sin montar castillos en el aire: "La naturaleza es pura belleza, pero tambi¨¦n una amenaza constante.?St¨¦phanie no viv¨ªa en las nubes; tomo una decisi¨®n consciente. Sab¨ªa de los ara?azos, el sudor y el dolor que produce trabajar en el campo".

La c¨¢mara, a menudo colocada a ras de suelo para estar a la altura de los ojos de las ovejas, intenta generar empat¨ªa en el espectador "y tambi¨¦n aportar algo de humor", pero se atreve a plantear una relaci¨®n entre humano-animal que tambi¨¦n prescinde de ingenuidades. "La relaci¨®n con los animales de una granja es distinta de la que entendemos en la ciudad. No son mascotas. Hay un enorme respeto, pero a veces hay que ser duro con ellos", defiende la directora. Es algo que la protagonista de A Modern Shepherdess va descubriendo poco a poco.

La aventura de St¨¦phanie tiene un final feliz. "Ahora, adem¨¢s de lana de oveja, cultiva vegetales org¨¢nicos y crea mermeladas con ellos. Nunca va a ser millonaria, pero al menos ella est¨¢ haciendo lo que desea hacer", admite D¨¦trie.