Un ¡®thriller¡¯ titulado ¡®Las meninas¡¯
El documental 'El cuadro' ahonda en los m¨²ltiples misterios que esconde la obra maestra de Vel¨¢zquez
Mide 318 cent¨ªmetros de alto por 276 de ancho. Ha cumplido m¨¢s de 360 a?os, casi 363 si se asume la fecha oficial de su creaci¨®n, diciembre de 1656, en el alc¨¢zar de Madrid. Y en cada peque?o pedazo de la tela de Las meninas, de Diego Vel¨¢zquez, se esconden numerosos misterios como para que existan a¨²n hoy diversas teor¨ªas sobre su concepci¨®n y su significado. Aunque Manuela Mena, historiadora del arte y jefa de Conservaci¨®n de Pintura del siglo XVIII del Museo del Prado hasta su jubilaci¨®n el a?o pasado, apunte: "El enigma es nuestra ignorancia". La frase aparece en el documental El cuadro, de Andr¨¦s Sanz, que juega con el espectador al mostrarle todo tipo de dudas que se van resolviendo al avanzar el metraje. O no. "Yo quer¨ªa hacer una historia de detectives, nacida del recuerdo que tengo de mi visita de ni?o, con cinco o seis a?os, al Prado. Al entrar en la habitaci¨®n de Las meninas casi de noche, en invierno, vi un mont¨®n de gente, con sombras muy pronunciadas, y en una esquina, un espejo en tinieblas. No entend¨ª mucho, pero ped¨ª a mis padres una gu¨ªa del museo para comprenderlo", confiesa el cineasta, de 50 a?os.
Ah¨ª qued¨® una semilla que ha acabado, tras un lustro de trabajo, convertido en un largometraje que se proyecta estos d¨ªas en la Seminci de Valladolid antes de su estreno comercial el 8 de noviembre. En El cuadro Sanz ha contado con diversos elementos. Primero, con la aportaci¨®n de numerosos expertos a los que entrevista en una sala de interrogatorios policial, mirando a la c¨¢mara. "Yo soy como un fiscal, que pregunt¨® qu¨¦ ha pasado en esa habitaci¨®n y de ah¨ª tiro del hilo". As¨ª aparecen el historiador estadounidense Jonathan Brown; los conservadores del Museo del Prado Manuela Mena, Javier Port¨²s y Mat¨ªas D¨ªaz Padr¨®n; los historiadores de arte Fernando Mar¨ªas y Svetlana Alpers; el escritor F¨¦lix de Az¨²a; el ya fallecido exdirector del Prado Francisco Calvo Serraller -a ¨¦l est¨¢ dedicado el filme-; los expertos del Metropolitan Museum de Nueva York Keith Christiansen y Michael Gallagher, el pintor Antonio L¨®pez¡ Cada uno tiene sus teor¨ªas, algunos se contradicen e incluso sus testimonios chocan "en rivalidades de vida", como las define el director. Adem¨¢s, Sanz ha realizado animaciones stop motion para ilustrar la concepci¨®n de Las meninas y recrear la habitaci¨®n retratada, y buceado en im¨¢genes de archivo. Cuando Calvo Serraller, colaborador de arte de EL PA?S, habla de la melancol¨ªa que desprende la obra ("Porque sabemos qu¨¦ ocurri¨® despu¨¦s con los retratados") y de que "el porvenir queda en los que nos suceden", en los espectadores que pasar¨¢n ante Las meninas, un hombre alto y solitario mira el cuadro y, tras darse la vuelta, avanza hacia la c¨¢mara: es el entonces Pr¨ªncipe de Asturias y hoy rey Felipe VI, grabado por Pilar Mir¨®. "Nuestro documental est¨¢ hecho por una productora independiente. No es una obra institucional y no hemos contado con la colaboraci¨®n del Prado", recuerda Sanz, quien s¨ª cre¨® para el museo la videoinstalaci¨®n sobre El Bosco de 2016.
"Las meninas est¨¢ repleto de leyendas, empezando por las que construye Antonio Palomino", incide el cineasta. Palomino lleg¨® a la corte al poco de morir Vel¨¢zquez, y aunque investiga sobre el cuadro, no posee testimonios directos. "Un rato frente a Las meninas", asegura en pantalla Jonathan Brown, "y vendr¨¢n de golpe todos los misterios". Algunos ejemplos: Vel¨¢zquez no pudo pintarlo con un espejo, porque se autorretrata como diestro. No pudo estar retratando a los reyes, a los que se ve en el espejo, porque no caben tan juntos. Pinta los vestidos de seda con pinceladas impresionistas, de sensaciones, y en cambio detr¨¢s se ve minuciosamente pintada una manivela en manos de un aposentador. No pudo ponerse en 1656 la cruz de Santiago que luce orgulloso en el pecho porque no se le concedi¨® hasta dos a?os despu¨¦s. Y las radiograf¨ªas muestran una figura m¨¢s, tapada posteriormente por el cuerpo del pintor.
"Es una obra que genera pasiones", dice Sanz. Antonio L¨®pez asegura: "No se acaba de descifrar el enigma ni el placer de mirarlo. Es inagotable". Alpers reniega: "Un cuadro no es una pel¨ªcula. La gente no sabe mirar. Todo Vel¨¢zquez es complicado, pero no misterioso". A lo que Calvo Serraller replica: "Las meninas es un cuadro de fantasmas".
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