El triunfo de la onomatopeya

Para cualquier adulto que haya tenido hijos en la ¨²ltima d¨¦cada y media, la oveja Shaun es un personaje familiar. Entre las habituales mediocridades televisivas para entretener a los cr¨ªos (y tambi¨¦n puntuales joyas), los siete minutos de cada episodio de la serie hom¨®nima brit¨¢nica, producida por la factor¨ªa Aardman, eran un oasis repleto de singularidades: fant¨¢stica creatividad en los dise?os, silencio absoluto con la ausencia de di¨¢logos, f¨¦rtil imaginaci¨®n en la composici¨®n de los gags y complicad¨ªsima fusi¨®n entre ingenuidad para ni?os muy peque?os y sutileza para mayores.

Aunque, en realidad, el paradis¨ªaco oasis est¨¢ en un lugar llamado Aardman, irreductibles ante la maquinaria de la animaci¨®n digital con series, cortometrajes y pel¨ªculas forjados a partir de la artesan¨ªa tradicional de la plastilina, el modelado y el stop motion. Una animaci¨®n fotograma a fotograma, m¨¢s lenta y por tanto m¨¢s cara, que ha dado lugar a repetidos logros y cuyo ¨²ltimo eslab¨®n es La oveja Shaun. La pel¨ªcula: Granjagued¨®n, secundo largometraje sobre el personaje, nacido como rol secundario en una espectacular pieza de los pioneros Wallace y Gromit del a?o 1995, ganadora del Oscar al mejor corto: Un afeitado apurado.

Quiz¨¢ el gran reto de estas pel¨ªculas de Aardman, al menos de las silentes sin di¨¢logos, est¨¢ en mantener el list¨®n del entretenimiento y la calidad durante alrededor de una hora y media. Y si ya era complicado en los cortos de Wallace y Gromit, de unos 30 minutos, el salto mortal con la oveja desde los cap¨ªtulos de apenas un rato hasta el relato c¨®mico de aventuras de duraci¨®n cinematogr¨¢fica est¨¢ndar es un reto may¨²sculo. Y en Granjagued¨®n, dirigida por Richard Starzak, lo logran con su inconfundible estilo, muy aut¨¦ntico en cuanto a sus formas y tambi¨¦n deudor del cine c¨®mico mudo, sobre todo del slapstick de Harold Lloyd, partiendo de un humor f¨ªsico de vuelos, ca¨ªdas y carreras de eficacia imperecedera y formidable coreograf¨ªa.

Bastante mejor que Cavern¨ªcola (2018), la hasta ahora ¨²ltima producci¨®n de Aardman, que a pesar de estar dirigida por uno de sus jefes, Nick Park, acusaba un cierto cansancio humor¨ªstico e inventivo, Granjagued¨®n solo hace dudar cuando se inmiscuyen en el ya algo cansino humor referencial sobre mitos del audiovisual, donde a¨²nan alg¨²n acierto (Expediente X) y un pu?ado de obviedades (E. T., del que entresacan adem¨¢s buena parte de su estructura, y Tibur¨®n). Sin embargo, en la suma de peque?os grandes momentos son imbatibles.

La maravilla de que un simple parpadeo de una oveja con los ojos ligeramente hacia un lado o hacia el otro, o realizado con m¨¢s lentitud o velocidad, pueda expresar cosas tan distintas es algo ¨²nico. Y en los tiempos que corren, conquistar la sonrisa c¨®mplice de grandes y peque?os sin una sola frase, ¨²nicamente con gru?idos, onomatopeyas, interjecciones y expresividad, un triunfo.