El zepel¨ªn varado
Un nuevo libro revela los desesperados intentos de reunir a Led Zeppelin para una gira multimillonaria
Disc¨²lpenme pero siguen apareciendo libros sobre Led Zeppelin. En su historia convergen abundantes mitos del rock: creatividad insospechada, excesos, tragedias y, ya puestos, satanismo. Cuando los gigantes caminaban sobre la tierra. 50 a?os de Led Zeppelin (Alianza editorial) recrea pin¨¢culos y abismos de un cuarteto que realmente dur¨® doce a?os. Pero no se detiene cuando se entierra a John Bonham: sigue con minuciosidad las andanzas de los supervivientes y la misi¨®n imposible de ¡°volver a juntar a la banda¡±.
Lo que sale ahora en Espa?a, en una traducci¨®n farragosa, es la edici¨®n actualizada de 2018. El autor, Mick Wall, comenz¨® como periodista cuando las revistas musicales ten¨ªan formato de peri¨®dico y urg¨ªa rellenar tanto espacio disponible. La clave: recoger todas las palabras excretadas por los entrevistados y salpimentarlas con t¨¦cnicas del nuevo periodismo.
Un truco favorito de Wall es el mon¨®logo interior. Introspecciones donde los protagonistas explican c¨®mo llegaron a ese lugar en tal momento, aqu¨ª espec¨ªficamente c¨®mo se apuntaron a un proyecto tan, vaya, mercenario. Visto desde el utopismo de 1968, sus inicios fueron dudosos, desde presentarse como The New Yardbirds a copiar el modelo de Truth, el disco de Jeff Beck, para confeccionar el primer elep¨¦ de lo que finalmente fue Led Zeppelin. Y no hablemos de los plagios.
Eh, que nadie se altere. No son pecados mortales: en los inicios, uno busca atajos. El planteamiento de Jimmy Page pod¨ªa parecer c¨ªnico ¨C¡°un grupo para el lucrativo mercado estadounidense, con sus radios de FM y sus ballrooms¡±- pero aquello adquiri¨® inmediatamente una din¨¢mica ¨²nica, con su impacto avasallador y su capacidad para crecer fuera del blues-rock.
Mandaba Page, que hasta se asegur¨® una porci¨®n mayor del pastel econ¨®mico, pero el cantante que finalmente eligi¨®, Robert Plant, result¨® ser un oyente voraz, un creador exigente y, con el tiempo, un tocahuevos. Los otros dos no entraban en la batalla de egos: el formidable John Paul Jones, disciplinado por Page, aceptaba hasta las humillaciones; Bonham prefer¨ªa investigar los l¨ªmites de la resistencia humana en cuesti¨®n de alcohol.
Cuando los gigantes caminaban sobre la tierra concluye con la degradaci¨®n art¨ªstica de Page, que lleva veinte a?os sin sacar m¨²sica nueva, ahora convertido en un nombre dorado a remolque de cualquiera que le ofrezca un cebo, por muy vulgar que sea. Se le pudo ver al servicio de Puff Daddy o respaldando a Leona Lewis, la triunfadora de un talent show, en una ceremonia de los Juegos Ol¨ªmpicos. Todo esto mientras espera el premio gordo, una gira de Led Zeppelin que podr¨ªa generar centenares de millones de libras para cada m¨²sico. Sus maniobras han fallado, incluyendo el hacer pruebas a diferentes vocalistas.
Se ha topado con un muro. Robert Plant no quiere. Por pudor: a su edad, se resiste a volver al papel de erotizado dios del rock, aullando ¡°Baby, baby, baby¡± y escenificando los enigmas de?Stairway to Heaven. Adem¨¢s, mantiene una digna carrera como solista que prefiere no ensuciar. Y, quiero imaginar, finalmente puede vengarse de tantos abusos de Page.
Todo esto se sugiere en los cap¨ªtulos finales de un tomo de 668 p¨¢ginas. D¨¦jenme confesar que amo los libros exhaustivos pero Mick Wall agota la paciencia de cualquiera: obedeciendo al a?ejo imperativo de cubrir espacio, dedica una parte desproporcionada a Jason Bonham, baterista como su padre y eterno candidato a miembro de Led Zeppelin 2.0. Uno termina pregunt¨¢ndose si este es el nivel general de la tribu: horteras malcriados.
Babelia
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