Descubierta una estrofa in¨¦dita de ¡®Las flores del mal¡¯ de Baudelaire
Los versos estaban manuscritos por el poeta en un ejemplar de la primera edici¨®n, que sale a subasta y completan un poema que le vali¨® al autor un juicio por ultraje a la moral
No ocurre cada d¨ªa que se encuentre un ejemplar autografiado por uno de los grandes poetas de la literatura occidental. Ni que sea de la primera edici¨®n de su obra m¨¢s conocida. Si el volumen contiene una estrofa in¨¦dita que, adem¨¢s, completa uno de sus poemas m¨¢s estudiados, el hallazgo ya es excepcional. Charles Baudelaire (1821-1867) dej¨® escritos cuatro versos hasta ahora desconocidos en un ejemplar de la primera edici¨®n de Las flores del mal. El 22 de noviembre las casas Art Valorem y Drouot lo pondr¨¢n a la venta, por un precio estimado de salida de entre 60.000 y 80.000 euros.
Myrtille Dumonteil, comisaria-tasadora de la casa Art Valorem, descubri¨® el ejemplar de Las flores del mal en septiembre mientras evaluaba los bienes de una casa en el marco de una sucesi¨®n de una familia cuya identidad no se ha divulgado. Lo encontr¨® dentro de una vitrina. ¡°Al abrirlo, vi que estaba dedicado y que era la edici¨®n original¡±, explica Dumonteil. Lo hoje¨®. Pasando las p¨¢ginas, cay¨® en las 52 y 53: el poema Les bijoux (Las joyas).
No es un poema cualquiera. Describe a una mujer desnuda que, conocedora de los gustos del poeta, ¡°solo hab¨ªa guardado sus joyas sonoras (¡), un mundo reluciente de metal y de piedra¡±. ¡°Amo el furor donde el sonido se mezcla con la luz¡±, escribe Baudelaire, antes de describir como la mujer ¡°ensaya poses¡± y observar que ¡°el candor unido a la lubricidad daban un encanto nuevo a sus metamorfosis¡±. Al final, una vez la l¨¢mpara apagada, constata c¨®mo, ¡°cada vez que lanzaba un suspiro llameante¡±, la chimenea ¡°inundaba de sangre esta piel de ¨¢mbar¡±¡
El poema de ocho cuartetos figuraba en la primera edici¨®n de Las flores del mal, de 1857. Tras el proceso al que fue sometido por ¡°ultraje a la moral y a las buenas costumbres¡±, fue uno de los seis censurados en las siguientes ediciones. Las joyas es un ejemplo perfecto de lo que en su tiempo incomod¨® y fascin¨® de Baudelaire, un poeta que ¡°mira al pasado y al futuro, que transmite los valores antiguos a las generaciones nuevas, que transmuta el pasado en presente y futuro, el ¨²ltimo cl¨¢sico y a la vez el primer moderno¡±, como escribi¨® Claude Pichois, responsable de las obras completas de Baudelaire en la colecci¨®n La Pl¨¦iade.
Con un pie en el clasicismo, se adentraba en los territorios hasta entonces poco explorados: el humo de la ciudad en vez de las flores del campo, los recovecos oscuros del alma humana en vez de las aspiraciones elevadas y celestiales. ¡°La belleza del Mal¡±, dec¨ªa ¨¦l.
Lo que Dumonteil encontr¨®, al llegar a las p¨¢ginas 52 y 53 mientras hojeaba el viejo ejemplar, fue una estrofa escrita a mano y a l¨¢piz al final de Las joyas. Una novena estrofa. La estrofa secreta. La escritura coincid¨ªa con la de la dedicatoria ¡°a Gaston de Saint-Valry / testimonio de amistad / Ch. Baudelaire¡±. Saint-Valry era un periodista amigo de Baudelaire.
¡°Fue una bella sorpresa descubrir la estrofa in¨¦dita. La dedicatoria y la estrofa estaban escritas con la misma caligraf¨ªa¡±, recuerda Dumonteil.
La estrofa, traducida, dice algo as¨ª como: ¡°Y entonces me sent¨ª lleno de esta Verdad: / Que el mejor tesoro que Dios guarda al Genio / Es conocer a fondo la terrestre Belleza / Para hacer surgir de ella el Ritmo y la harmon¨ªa¡±. El volumen incluye tambi¨¦n cuatro correcciones ortogr¨¢ficas que, al contrario que la estrofa, fueron incluidas en ediciones posteriores.
Edici¨®n de 1961
La existencia de la estrofa, as¨ª como la del ejemplar en cuesti¨®n, era conocida por el especialista en Baudelaire Yves-G¨¦rard Le Dantec, que aparec¨ªa citado en la secci¨®n de ¡°notas y variantes¡± de la edici¨®n de Las flores del mal en La Pl¨¦iade, de 1961. La nota en cuesti¨®n solo citaba el ¨²ltimo verso de la nueva estrofa. Nada m¨¢s. Tres d¨¦cadas antes, el 20 de febrero de 1928, Le Dantec hab¨ªa enviado una carta a la propietaria del ejemplar, suplic¨¢ndole que le permitiera difundir la estrofa secreta. ¡°Considero que no hay una nota, un escrito, ni siquiera una carta in¨¦dita de un hombre como Baudelaire que deban mantenerse desconocidas, todo lo que le concierne es interesante¡ lejos de depreciar tal tesoro, la divulgaci¨®n no puede m¨¢s que acrecentar su valor¡±, le escribi¨®.
No la convenci¨®, y ah¨ª siguieron el libro y la estrofa, ocultos hasta que Dumonteil los encontr¨®. ¡°Fue un gran momento: simplemente no hay que dejarlo pasar de largo¡±, resume. Enseguida lo llev¨® al librero-experto Emmanuel Lhermitte para que lo autentificara. ¡°Se sab¨ªa que el ejemplar exist¨ªa, pero no d¨®nde estaba. Es el ¨²nico testimonio de esta estrofa, no hay otro¡±, explica Lhermitte. Despu¨¦s de 38 a?os en la profesi¨®n, recuerda pocos momentos como este. ¡°Es uno de los descubrimientos m¨¢s bellos, si no el m¨¢s bello que he hecho¡±, afirma.
El debate literario ata?e ahora valor de la estrofa. ?Es un complemento a la dedicatoria de Baudelaire a Gaston de Saint-Valry, el regalo de amigo que hizo a un amigo, un homenaje? ?O tiene un valor literario aut¨®nomo y obliga a reformular el poema Los joyas y a releerlo bajo otra luz? ?Habr¨ªa que a?adirla en futuras ediciones de Las flores del mal? Lhermitte est¨¢ convencido de que no. ¡°Si hubiera que a?adir la estrofa al poema, Baudelaire lo habr¨ªa hecho en las ediciones posteriores¡±, responde. ¡°Creo que ahora habr¨¢ que citarlo en las notas¡±.
Odioso, infecto y repelente
"Lo odioso se codea con lo innoble; lo repelente se al¨ªa con lo infecto", se indign¨® el cr¨ªtico de Le Figaro tras la publicaci¨®n, el 25 de junio de 1857, de Las flores del mal. Baudelaire, con una m¨¦trica cl¨¢sica y un dominio de la ret¨®rica antigua, abordaba temas que no sol¨ªan asociarse con la poes¨ªa. Hablaba de cad¨¢veres p¨²tridos, de serpientes y tinieblas, de opio, de vampiros y de mujeres diab¨®licas. Otro art¨ªculo, que el propio Le Figaro recuper¨® hace unos a?os, dec¨ªa: "Todos estos horrores de fosa com¨²n expuestos en fr¨ªo, estos abismos de inmundicias rastreados a dos manos y en mangas de camisa deb¨ªan pudrirse en un caj¨®n maldito¡". El 20 de agosto del mismo a?o, Baudelaire y su editor fueron condenados por "ultraje a moral p¨²blica y las buenas costumbres". Y tuvieron que retirar seis de los poemas, entre ellos Les bijoux. La imagen del poeta maldito qued¨® fijada. Todos los que vendr¨ªan despu¨¦s se medir¨ªan con su talento, su imagen y su capacidad de escandalizar.
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