Vibraci¨®n y memoria
El primer diccionario s¨¢nscrito-espa?ol, llevado a cabo por ?scar Pujol, es un hito que va m¨¢s all¨¢ de las palabras para ofrecer una visi¨®n de conjunto de la civilizaci¨®n india
Este volumen de 1.500 p¨¢ginas, con m¨¢s de 64.000 voces y alrededor de cinco millones y medio de caracteres, encapsula 20 a?os del trabajo del sanscritista catal¨¢n ?scar Pujol. Tuve la suerte de conocer los inicios del proyecto, cuando Pujol trabajaba en un despacho diminuto, atiborrado de libros, del Multiflat de la BHU, la universidad p¨²blica de Benar¨¦s. Pujol pasar¨¢ a la historia por esta haza?a tan necesaria. Los motivos son evidentes. La lengua s¨¢nscrita tiene una antig¨¹edad de m¨¢s de 3.000 a?os y una tradici¨®n literaria ininterrumpida comparable a la grecolatina. Estas tres lenguas cl¨¢sicas, como la mayor¨ªa de las lenguas actuales de Europa, incluidas las eslavas, se encuentran relacionadas con el s¨¢nscrito. Tambi¨¦n con el antiguo persa y las lenguas iran¨ªes. A pesar de sus divergencias hist¨®ricas y culturales, el viejo mundo se encuentra unificado ling¨¹¨ªsticamente y desde Dubl¨ªn hasta Calcuta se hablan lenguas de origen indoeuropeo.
Bajo la ¨¦gida del s¨¢nscrito, los matem¨¢ticos indios inventaron el cero y el sistema decimal, y en ese idioma se escribieron los primeros tratados astron¨®micos y las primeras enciclopedias de medicina. La l¨®gica, la jurisprudencia y la filosof¨ªa de la India antigua est¨¢n escritas en s¨¢nscrito. Un idioma que funcion¨® como lengua franca en el subcontinente como m¨¢s tarde lo hizo el lat¨ªn en la Europa medieval y moderna. A ello se a?ade una tradici¨®n ling¨¹¨ªstica que asombra por su rigor y antig¨¹edad. Desde una ¨¦poca temprana, y guiados por gram¨¢ticos como Panini, Katyayana o Pata?jali, los eruditos reflexionaron sobre la naturaleza y posibilidades del habla, desarrollando una filosof¨ªa del lenguaje que en Occidente tendr¨ªa que esperar hasta el siglo XX, inaugurando la ciencia de la gram¨¢tica, la prosodia y la fon¨¦tica, probablemente las m¨¢s antiguas que ha conocido la historia.
Es dif¨ªcil decir qu¨¦ es una palabra. Todav¨ªa hoy nos vemos confundidos por ellas. Nos hechizan y ciegan, nos revelan y ocultan. Quienes dominan las palabras dominan el mundo. Quiz¨¢ esto se deba a que la palabra habita dos mundos, el f¨ªsico y el mental. La palabra es sonido y representaci¨®n, es forma y significado. Pertenece tanto a lo material y sensible (que todos compartimos) como al ¨¢mbito inmaterial de los significados (donde ya no compartimos tanto). Pata?jali se plante¨® seriamente la cuesti¨®n y, ante esa doble naturaleza, abri¨® una tercera v¨ªa. Defini¨® la palabra como sphota. La palabra no era ni el sonido f¨ªsico ni la representaci¨®n mental, sino el lugar donde conflu¨ªan lo manifiesto y aquello que se manifiesta. Es decir, la fuente de toda realidad y la realidad misma. De ah¨ª que su naturaleza no pudiera reducirse ni a materia ni a esp¨ªritu. Esa era la magia de la palabra, ese el poder sagrado de la lengua.
La civilizaci¨®n v¨¦dica se erigi¨® sobre las palabras. No hay grandes capiteles, frisos o estatuas; tampoco coliseos, calzadas o acueductos. De vibraci¨®n y memoria est¨¢ hecho este mundo antiguo y para conservarlo, en primer lugar, tenemos al maestro, que es a su vez heredero de otros maestros, en una ininterrumpida tradici¨®n oral que se remonta tres milenios. El maestro del habla, que en la India se llama pandit, es el que conserva la vibraci¨®n, tanto interna como externa, pues la palabra tambi¨¦n resuena en el interior. Es el custodio de la inflexi¨®n y la entonaci¨®n de la voz. Para lo segundo, la memoria, hay una larga tradici¨®n oral, que no fue eclipsada por la aparici¨®n de la escritura y, m¨¢s tarde, de la imprenta, el libro y los ordenadores.
Las vibraciones sonoras (palabras recordadas) transmitidas oralmente de maestro a disc¨ªpulo fueron custodiadas, a trav¨¦s de los siglos, en la memoria viva de prestigiosas familias de brahmanes. Sus m¨¦todos de recitaci¨®n, conservaci¨®n y control constituyen un hito en la historia de la inteligencia. Mientras el libro escrito puede pisotearse o arrojarse al fuego, la memoria no puede profanarse. Adem¨¢s de su componente dram¨¢tico, la recitaci¨®n es m¨¦todo de conservaci¨®n y control. El perfeccionamiento del mismo condujo a la creaci¨®n de 11 modalidades de recitaci¨®n, 3 de ellas las m¨¢s antiguas y usadas. Se parte de la idea de que un mismo texto puede ser ¡°interpretado¡±, en sentido musical, de diversas maneras. Cada una de ellas se aprende de manera independiente y, una vez se consiguen memorizar las 11, compararlas permite detectar errores o alteraciones. No sabemos en qu¨¦ ¨¦poca surgieron estos m¨¦todos, pero su ¨¦xito es indudable. Los textos s¨¢nscritos se han transmitido de este modo a lo largo de tres milenios. Curiosamente, hoy la gran mayor¨ªa de esos textos est¨¢n publicados o subidos a la Red; no obstante, siguen existiendo recitadores que los preservan en la experiencia viva y consciente.
Hay dos aspectos de este diccionario que tendr¨¢n repercusi¨®n m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras. En primer lugar, la doble etimolog¨ªa, la tradicional de los gram¨¢ticos indios y la cient¨ªfica moderna, de la filolog¨ªa comparada contempor¨¢nea, fundamentalmente alemana. Un planteamiento que hace posible fundir lo antiguo con lo moderno y ofrecer una visi¨®n de conjunto de la civilizaci¨®n india, tanto desde fuera como desde dentro. La mirada distante y fr¨ªa del acad¨¦mico se funde con la c¨¢lida de la tradici¨®n. El segundo aspecto, no menos importante, es que no estamos tan s¨®lo ante un diccionario. El volumen es tambi¨¦n una enciclopedia que recoge, en entradas rigurosas y extensas, los principales conceptos de la filosof¨ªa s¨¢nscrita, de la tradici¨®n del yoga, de conocimientos bot¨¢nicos y de los personajes y divinidades de las grandes leyendas y epopeyas.
Borges dec¨ªa que la civilizaci¨®n india ya lo hab¨ªa pensado todo. De ese mundo nos quedan las palabras, que el doctor Pujol ha tenido la paciencia de recoger y ordenar para que est¨¦n a disposici¨®n del lector en espa?ol. Un tesoro de palabras que nos permitir¨¢ asomarnos a ese fascinante mundo antiguo que, parad¨®jicamente, sigue vivo en la memoria de muchos.
Diccionario s¨¢nscrito-espa?ol. ?scar Pujol Riembau. Herder, 2019. 1.504 p¨¢ginas. 120 euros.
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