El regreso de las pasiones pol¨ªticas
William Davies y Fr¨¦d¨¦ric Lordon revisan el canon filos¨®fico introduciendo el an¨¢lisis de las emociones como herramienta para entender las din¨¢micas econ¨®micas, sociales e ideol¨®gicas
Desde principios de este siglo, pr¨¢cticamente todas las ¨¢reas de las ciencias sociales han experimentado un creciente inter¨¦s por cuestiones relacionadas con las emociones. Este ¡°giro afectivo¡±, como a veces se ha denominado, ha llevado a problematizar algunos consensos ampliamente compartidos acerca de la subjetividad humana, en especial nuestra capacidad para discernir con precisi¨®n entre la raz¨®n y los afectos. Por eso, al margen de las extrapolaciones ¡ªde rigor discutible, dicho sea de paso¡ª de los avances neurocient¨ªficos a las ciencias humanas, tal vez el hito m¨¢s conocido de este cambio de paradigma sean los trabajos de econom¨ªa conductual que han sacado a la luz sesgos cognitivos y emocionales que intervienen en nuestras decisiones econ¨®micas. En el ¨¢rea de la sociolog¨ªa, autoras interesadas en las relaciones de g¨¦nero como Arlie Russell Hochschild o Eva Illouz han puesto el foco en las elaboraciones colectivas de las pasiones como un factor determinante de las din¨¢micas pol¨ªticas, laborales o familiares. A su vez, la historia de las emociones es un campo en r¨¢pido desarrollo y en politolog¨ªa, por mencionar s¨®lo algunas ¨¢reas de estudio; el an¨¢lisis de las pasiones es un ingrediente central de la ingente producci¨®n contempor¨¢nea en torno al populismo.
Davies concluye que las normalizaci¨®n de las opciones reaccionarias est¨¢ relacionada con el ¡°auge del sentimiento¡±
No es un territorio enteramente inexplorado y, de hecho, este cambio de perspectiva ha supuesto una revisi¨®n del canon filos¨®fico precedente. En particular, la tradici¨®n filos¨®fica racionalista ¡ªcon Descartes como cabeza de turco¡ª ha sido acusada de una lista de agravios tan extensa como inveros¨ªmil. Por el lado positivo, este revisionismo intelectual ha permitido rescatar de su posici¨®n relativamente marginal en la historia de la modernidad a autores cl¨¢sicos que prefiguraron la centralidad contempor¨¢nea de las pasiones: Montaigne, ?tienne de La Bo¨¦tie, Graci¨¢n, Pascal y, por supuesto, Spinoza, cuya recepci¨®n ha sido tradicionalmente un baluarte del inter¨¦s por las emociones y la cr¨ªtica del cartesianismo.
Precisamente el economista y fil¨®sofo Fr¨¦d¨¦ric Lordon interviene en la discusi¨®n contempor¨¢nea sobre las pasiones desde posiciones abiertamente spinozianas. La sociedad de los afectos es, en realidad, una recopilaci¨®n de art¨ªculos heter¨®clitos conectados por el proyecto de desarrollar una perspectiva estructuralista en torno a las emociones en la que, con la mediaci¨®n de autores como Gilles Deleuze o Pierre Bourdieu, la distancia entre filosof¨ªa y ciencias sociales queda difuminada. Lordon contin¨²a aqu¨ª la cr¨ªtica de la subjetividad capitalista que hab¨ªa iniciado en obras anteriores ¡ªvarias de ellas traducidas al castellano¡ª y cuyo rasgo m¨¢s distintivo es la b¨²squeda de un an¨¢lisis de los afectos que evite tanto su interpretaci¨®n psicologicista como su reducci¨®n a epifen¨®menos triviales de grandes procesos impersonales. Las emociones, para Lordon, deber¨ªan ser entendidas como estructuras encarnadas, como una personificaci¨®n de din¨¢micas sociales. Como suele ocurrir con los intentos de solucionar los grandes dilemas te¨®ricos a trav¨¦s de una reformulaci¨®n conceptual, se trata de una excelente idea que falla en su realizaci¨®n. La disyuntiva entre ¡°estructura y agencia¡± ¡ªla relaci¨®n entre los procesos an¨®nimos y la acci¨®n individual¡ª es extremadamente perseverante en ciencias sociales. No es un falso dilema, sino un problema real que afecta de lleno a la investigaci¨®n emp¨ªrica y no resulta evidente que se disuelva apelando a conceptos spinozianos como conatus, tal y como sugiere Lordon.
La obra de William Davies ocupa un lugar diferente en la constelaci¨®n de los estudios afectivos contempor¨¢neos. Su anterior ensayo, La industria de la felicidad, le dio a conocer en todo el mundo como uno de los polit¨®logos m¨¢s brillantes de su generaci¨®n. Era una obra muy original, que trataba de explicar algunos cambios emocionales recientes ¡ªcomo la generalizaci¨®n de la depresi¨®n o el inter¨¦s de las grandes empresas en la gesti¨®n de los afectos¡ª no subrayando su car¨¢cter excepcional, sino incidiendo en su continuidad: desde sus or¨ªgenes, el capitalismo siempre se ha distinguido por fomentar el desajuste emocional y ha desarrollado herramientas tanto para rentabilizarlo como para contener sus dimensiones m¨¢s conflictivas.
Estados nerviosos propone una argumentaci¨®n similar, pero ahora para hacerse cargo de un terreno emergente relacionado con las pasiones pol¨ªticas t¨ªpicas de una ¨¦poca tumultuosa, en la que las opciones reaccionarias e iliberales se est¨¢n normalizando en el contexto de una crisis econ¨®mica cronificada. Es, por tanto, un ensayo mucho m¨¢s tentativo que Davies articula a trav¨¦s del an¨¢lisis de dos procesos hist¨®ricos. En primer lugar, una reconstrucci¨®n del ascenso de los expertos como un elemento crucial en la creaci¨®n del espacio p¨²blico moderno. La confianza en el saber experto logr¨® contener las pasiones pol¨ªticas abriendo un espacio de neutralidad que, si no eliminaba los conflictos, s¨ª establec¨ªa din¨¢micas de mediaci¨®n con aspiraciones consensuales. Davies no idealiza esa situaci¨®n; al contrario, se?ala que el declive actual de los expertos tiene mucho que ver con el lado oscuro de la tecnocracia: su autoritarismo y su ninguneo de la realidad de amplios segmentos sociales. En segundo lugar, Davies estudia el ¡°auge del sentimiento¡± en la pol¨ªtica contempor¨¢nea poniendo cuidado en evitar los diagn¨®sticos catastrofistas y mostrando, en cambio, que se trata de un fen¨®meno coherente con las din¨¢micas de mercantilizaci¨®n dominantes en los ¨²ltimos 40 a?os, que han ensalzado la figura del emprendedor y normalizado la idea de destrucci¨®n creativa.
Las p¨¢ginas m¨¢s sugerentes y originales del ensayo de Davies son justamente aquellas en las que se muestra emp¨¢tico con el ascenso del populismo y la desconfianza en los expertos como un momento de repolitizaci¨®n que podr¨ªa servir para ampliar los l¨ªmites de la democracia m¨¢s all¨¢ del parlamentarismo y el sistema de partidos.
La sociedad de los afectos. Fr¨¦d¨¦ric Lordon. Traducci¨®n de Antonio Oviedo. Adriana Hidalgo editora, 2018. 364 p¨¢ginas. 19 euros.
Estados nerviosos. William Davies. Traducci¨®n de Vanesa Garc¨ªa Cazorla. Sexto Piso, 2019. 352 p¨¢ginas. 22,90 euros.
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