Circunspecci¨®n fucsia
Tras un pr¨®logo excelente, empieza a arquear la ceja pronto, en una l¨ªnea de aparatosa seriedad muy de la ¨¦poca y de la Disney de 2019
Han pasado seis a?os desde la primera entrega y los personajes tienen tres a?os m¨¢s. Pero en el camino de esa larga elipsis externa, de producci¨®n, y algo m¨¢s acotada en lo interno, del puro relato, se han perdido buena parte de sus mejores virtudes, que no eran pocas. Frozen ten¨ªa aroma a cl¨¢sico instant¨¢neo, era divertida, graciosa, aventurera, enigm¨¢tica, afligida y, sobre todo, estaba movida por las grandes pasiones del ser humano, ni?os inclusive, las m¨¢s terribles y las m¨¢s primitivas: el dolor, el poder como bendici¨®n y como maldici¨®n, la soledad, la angustia de sentirse diferente, la independencia y hasta el miedo a uno mismo. Frozen II es infinitamente menos trascendente y adem¨¢s es solemne, plomiza y de una magia pl¨²mbea.
FROZEN II
Direcci¨®n: Chris Buck, Jennifer Lee.
Int¨¦rpretes: Idina Menzel, Kristen Bell, Josh Gad, Evan Rachel Wood.
G¨¦nero: animaci¨®n. EE UU, 2019.
Duraci¨®n: 103 minutos.
La pel¨ªcula de 2013, inspirada en el cuento de Hans Christian Andersen La reina de las Nieves, era compleja siendo regocijante y festiva. Esta de 2019, tras un pr¨®logo excelente, empieza a arquear la ceja pronto, en una l¨ªnea de aparatosa seriedad muy de la ¨¦poca y de la Disney de 2019. Le ocurre pr¨¢cticamente lo mismo que a Mal¨¦fica: maestra del mal: una impostada circunspecci¨®n y una trama de fantas¨ªa, de luchas entre pueblos y descubrimiento de los or¨ªgenes, que remiten directamente al tono y a la narrativa de Juego de tronos. Lo peor de la exitosa serie de HBO va a ser tener que aguantar todos los suced¨¢neos que van a salir en los pr¨®ximos a?os.
Al menos siguen con la valent¨ªa del g¨¦nero musical, en su variante de expresi¨®n de sentimientos mediante las letras, a trav¨¦s de una banda sonora en la que hay una idea de conjunto alejada de la simple colecci¨®n de canciones. Quiz¨¢ tambi¨¦n demasiado severa y sin un himno tan pegadizo como la ya hist¨®rica Let It Go, pero que al menos converge bien con la modulaci¨®n del relato. Sin embargo, tras unos primeros veinte minutos muy buenos, con un precioso flashback de Elsa y Anna junto a sus padres cuando eran ni?as, tras la incursi¨®n en el llamado Bosque de las Sombras se empiezan a perder los posibles paralelismos sentimentales y vitales en beneficio de la fantas¨ªa pomposa.
Y aunque formalmente la mayor¨ªa de departamentos animados vuelven a lucirse, particularmente con esa maravillosa expresividad de rostros y miradas, algunos de los despliegues art¨ªsticos tambi¨¦n son harto discutibles, con menci¨®n especial a la textura y a las tonalidades del fuego, que tiene una presencia importante en una canci¨®n del m¨¢s bien cargante Olaf y en una fundamental secuencia de presunto impacto, y en ambos momentos se empe?an en tintarlo en la escala del fucsia. El fuego es rojo, y no fucsia. El rojo en el arte aporta calidez, energ¨ªa, ardor, seg¨²n las vivencias psicol¨®gicas del color descritas por Vasili Kandinsky. Y el fucsia, si acaso, para una pel¨ªcula de Tarta de Fresa, porque ni para subrayar apuntes sirve.
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