Los negros no construyen palacios y otras teor¨ªas racistas y falsas de la arqueolog¨ªa
Un libro recopila episodios de la historia de la arqueolog¨ªa como las teor¨ªas racistas que durante a?os distorsionaron el estudio de las civilizaciones africanas
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En 1949, el periodista alem¨¢n C. W. Ceram, seud¨®nimo de Kurt Wilhelm Marek, public¨® el m¨¢s conocido de los libros de divulgaci¨®n arqueol¨®gica que jam¨¢s se ha escrito, Dioses, tumbas y sabios. La obra, en estos 70 a?os, ha vendido millones de ejemplares (se sigue reeditando) y ha sido traducida a 28 idiomas. Ahora, el antrop¨®logo ingl¨¦s Brian Fagan ha publicado Breve historia de la arqueolog¨ªa (Biblioteca Nueva), un trasunto actualizado de la obra de Ceram y que hila, p¨¢gina tras p¨¢gina, los m¨¢s espectaculares hitos de la arqueolog¨ªa y la paleontolog¨ªa universales.
Con estilo ameno y did¨¢ctico ¡ªFagan no da nada por supuesto¡ª, reconstruye la historia desde la tarde del 25 de noviembre de 1922 en la que Howard Carter hall¨® la tumba del fara¨®n Tutankam¨®n, en Egipto, hasta la jornada de caza de 1868 en la que Modesto Cubillas, un pe¨®n del marqu¨¦s de Santuola, encontr¨® la entrada a la cueva de Altamira (Cantabria).
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El libro, siempre salpicado de an¨¦cdotas, recorre todos los continentes y hace hincapi¨¦ en algunas de las culturas m¨¢s desconocidas para el gran p¨²blico. En Zimbaue, en mitad de las sabanas y pr¨®xima a humildes chozas construidas con varillas y arcilla, se levanta una colina de grandes piedras rodeada de una imponente muralla p¨¦trea y coronada por una acr¨®polis de forma c¨®nica y erigida sin cemento. Al excavar la edificaci¨®n a finales del siglo XIX ¡ªera un palacio¡ª, aparecieron cuentas de vidrio de la India, porcelana china, oro, objetos de cobre, marfil de elefante¡ Una tecnolog¨ªa y arte que no cuadraba con la que dispon¨ªan los empobrecidos habitantes de la zona. Fue construida, seg¨²n los an¨¢lisis de radiocarbono, entre el 950 y el 1450 de nuestra era.
El complejo monumental contraven¨ªa las teor¨ªas racistas y de superioridad blanca que imperaban en el sur de ?frica en aquellos a?os. As¨ª que los colonos blancos decidieron que la gran ciudad no hab¨ªa sido levantada por los atrasados bant¨²es, sino por los muy desarrollados europeos que la abandonaron por causas desconocidas. ¡°Entonces pod¨ªa argumentarse que sus sucesores ¡ªlos blancos que estaban desplazando a los lugare?os y qued¨¢ndose con sus tierras¡ª solo recuperaban la tierra que hab¨ªan tomado los africanos cuando derrocaron a este reino [blanco] que alguna vez fue grandioso¡±, escribe Fagan. Las excavaciones que los colonos de origen europeo encargaron a un periodista sin experiencia arqueol¨®gica llamado Richard Hall confirmaron sus aseveraciones racistas: m¨¢s abalorios de oro, lingotes de cobre, gongs de acero, fina porcelana... Inconcebible para un africano.
Pero en 1928, la afamada arque¨®loga inglesa Gertrude Caton-Thompson lleg¨® a Zimbabue. Excav¨® de manera profesional la ciudad y demostr¨® que el complejo palaciego parti¨® de ¡°una peque?a aldea de agricultores africanos antes de expandirse de manera sorprendente, construir edificaciones en piedra y recintos amurallados¡±. ¡°Este sitio arqueol¨®gico hab¨ªa sido inspiraci¨®n y construcci¨®n totalmente africana¡±, concluy¨®.
Los colonos blancos se enfurecieron e impidieron nuevas investigaciones en las tierras que hab¨ªan arrebatado a los bant¨²es. As¨ª nadie volvi¨® a excavar hasta 1950, cuando una dataci¨®n de radiocarbono confirm¨® los estudios de Caton-Thompson, que explicaban que ¡°las interpretaciones racistas del pasado no se sosten¨ªan frente a los datos argumentados provenientes de una buena excavaci¨®n¡±.
El libro cuenta tambi¨¦n la historia del brutal y violento emperador chino Qin Shihuangdi, que inger¨ªa grandes cantidades de mercurio porque cre¨ªa que este le har¨ªa inmortal. Pero fue justo al contrario: lo mat¨® en el 210 a. C. De hecho, por si el metal l¨ªquido no le confer¨ªa la vida eterna, se fue construyendo a lo largo de su reinado, a unos 40 kil¨®metros de la ciudad de Xian, un indescriptible t¨²mulo sepulcral. Alrededor de 700.000 hombres trabajaron d¨ªa y noche para cumplir los deseos de su amo. Un ej¨¦rcito de artesanos cre¨® as¨ª un reino subterr¨¢neo rodeado de una muralla de cinco kil¨®metros, con r¨¦plicas de palacios y edificios, cuyos techos estaban cubiertos de perlas para imitar las estrellas. R¨ªos y lagos de mercurio regar¨ªan aquel inframundo para siempre. Acabado el trabajo, sus constructores fueron asesinados, todo tapado por un t¨²mulo de 43 metros de alto y recubierto de ¨¢rboles para borrar su rastro.
Para imaginarse la magnitud de la obra, hay que recordar que en 1974 un grupo de excavadores abri¨® un pozo a unos 2,5 kil¨®metros del escondido t¨²mulo. Encontraron un soldado de terracota de tama?o natural. "Luego hallaron otro, y otro, y otro,,,", dice Fagan. Solo en ese punto se encontraron 11 corredores paralelos de m¨¢s de 200 metros de longitud repletos de soldados que formaban 40 columnas de cuatro filas cada una. Cada militar vest¨ªa una cota de malla de cables de cobre. Todos los personajes ten¨ªan un rostro distinto, "sin expresi¨®n, sin emoci¨®n aparente". Iban recubiertos de uniformes brillantes, ahora de color marr¨®n claro por el paso de los siglos. Luego, aparecieron seis carros con caballos, rodeados de cuadrillas de infanter¨ªa. Solo los oficiales que conduc¨ªan las monturas "mostraban una ligera sonrisa".
En 2012, se hall¨® el primer complejo palaciego completo de Xian, con un patio central y un edificio adyacente. "Habr¨¢ arque¨®logos trabajando en los memoriales de Qin durante muchas generaciones", m¨¢xime cuando se ha localizado tambi¨¦n el gran palacio imperial, donde puede estar la tumba del s¨¢trapa. Pero el Gobierno chino ha parado los trabajos. Temen que la tecnolog¨ªa disponible no se halle a la altura de la importancia del yacimiento. Y luego est¨¢ el mercurio, el que mat¨® al emperador, y cuyos "r¨ªos y lagos subterr¨¢neos" tambi¨¦n podr¨ªan acabar con la vida de los arque¨®logos.
Como estos relatos, otros 40 en 352 p¨¢ginas.
Breve historia de la arqueolog¨ªa (2018). Brian Fagan. Traducci¨®n de Cecilia S¨¢mano. Biblioteca Nueva, 2019. 352 p¨¢ginas. 22 euros.
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