¡®Gran Hermano¡¯: algo m¨¢s que una espantada publicitaria

Dime con qui¨¦n andas y te dir¨¦ qui¨¦n eres, sentencia la implacable sabidur¨ªa popular. Las m¨¢s de cuarenta marcas que han retirado su publicidad de Gran Hermano, en protesta y repulsa por la presunta violaci¨®n sufrida dentro de la casa por la concursante Carlota Prado en 2017, han hecho una campa?a de publicidad por omisi¨®n. Podr¨ªan haberse retirado sin hacer ruido, pero rescindir sus contratos sin anunciarlo con solemnidad era como seguir anunci¨¢ndose, porque esas marcas est¨¢n en todas partes y el p¨²blico no las asocia con una cadena en concreto. Al proclamar, como Scarlett O¡¯Hara, que a Dios ponen por testigo de que nunca volver¨¢n a anunciarse en un programa tan turbio, refuerzan m¨¢s su reputaci¨®n que donando todos sus beneficios a los ni?os con c¨¢ncer.

Mediaset ha exhibido una torpeza inconcebible en un negocio basado en la imagen p¨²blica. Excus¨¢ndose con que el asunto est¨¢ en los tribunales, emiti¨® un comunicado en el que acusaba a su competencia de armar un complot, algo que solo podr¨ªamos creer si su competencia se hubiera infiltrado en Gran Hermano, hubiese grabado los hechos y, despu¨¦s, hubiese grabado a la concursante mientras los ve¨ªa. En un alarde ret¨®rico digno de Groucho Marx, ha dicho que reforzar¨¢ los controles para que no vuelva a pasar lo que, seg¨²n dice, tampoco pas¨®. Presentadores y trabajadores del programa, por su parte, prietas las filas. Ni una voz inc¨®moda. Ni en Corea del Norte tienen tanto control sobre las personas: de vez en cuando, se les escapa un disidente.

M¨¢s all¨¢ de las responsabilidades que determinen los jueces, los hechos que se conocen son lo bastante graves como para que se traduzcan en algo m¨¢s que una espantada publicitaria, y no me creo que no haya nadie del programa y sus alrededores que sienta asco y verg¨¹enza y tenga el valor de decirlo.