¡°Decir ¡®la jueza¡¯ es identificarse con el feminismo¡±
El periodista ?lex Grijelmo reivindica la conciliaci¨®n entre lenguaje e igualdad en su nuevo libro
El periodista ?lex Grijelmo (Burgos, 63 a?os) es consciente de que se ha metido en terreno resbaladizo con su nuevo libro, Propuesta de acuerdo sobre el lenguaje inclusivo (Taurus). Sin embargo, como se tiene "por una persona conciliadora, cercana a las reivindicaciones del feminismo y, a la vez, apasionado del lenguaje", espera que haya mezclado bien sus dos realidades.
Lo m¨¢s llamativo de esta obra es la explicaci¨®n hist¨®rica de por qu¨¦ obtuvo el masculino gen¨¦rico un valor inclusivo, que permite hablar de las personas de ambos sexos cuando se dice, por ejemplo, "los espa?oles". Niega, en contra de lo que se sostiene en el feminismo, que ese masculino se deba a la herencia de una sociedad patriarcal. "En el indoeuropeo, que es la madre de la mayor¨ªa de las lenguas de nuestro entorno, hab¨ªa un g¨¦nero para se?alar a las personas (lo animado) y otro para se?alar lo inanimado. El primero serv¨ªa para nombrar a personas de cualquier sexo. Pero hace miles de a?os naci¨® el g¨¦nero femenino por la necesidad de nombrar a las mujeres ante el papel primordial que adquirieron en las familias. Se crean as¨ª los g¨¦neros y el que val¨ªa antes para todos se desdobl¨® como masculino sin perder su funci¨®n inclusiva original".
"El problema", continua, "viene de la Grecia cl¨¢sica, cuando se empez¨® a reflexionar sobre el lenguaje y se habl¨® de g¨¦nero masculino, en vez de hablar de un g¨¦nero de lo animado. Si se hubiera hecho as¨ª, entender¨ªamos hoy por qu¨¦ hay un g¨¦nero que sirve para todas las personas y uno para las mujeres".
Precisamente, Grijelmo insiste en su libro en que "lo que no se nombra s¨ª existe" y no por ello se lo discrimina. "De ah¨ª que en el espa?ol existan el sobreentendido, la presuposici¨®n... Un ejemplo es la expresi¨®n ¡®violencia de g¨¦nero¡¯. En ella no se nombra de qu¨¦ g¨¦nero se trata, pero todos sobreentendemos por el contexto que es una violencia que ejercen los varones. No hay que confundir ausencia con invisibilidad". Y prefiere la expresi¨®n "violencia machista" a? "violencia de g¨¦nero" porque esta ¨²ltima "no condena lo que nombra; por ejemplo se dice ¡®pol¨ªticas de g¨¦nero¡¯ y ah¨ª es una palabra positiva".
Violencia machista
Director de la Escuela de Periodismo de UAM-EL PA?S y autor de 10 libros sobre lenguaje, Grijelmo incluye consejos sobre c¨®mo deben informar los medios de los casos de violencia machista (o de g¨¦nero). Adem¨¢s de desterrar expresiones tipo "crimen pasional", advierte de que no hay que tratar a la mujer como culpable por no denunciar un maltrato previo. "Hay que pensar en el ambiente de amenaza en que ha vivido, presentar una denuncia no es f¨¢cil".
En un libro repleto de ejemplos y en el que su autor huye de todo dogmatismo, se aborda el informe que el Gobierno de Pedro S¨¢nchez encarg¨® a la Real Academia Espa?ola para dictaminar si hay que cambiar la Constituci¨®n a un lenguaje m¨¢s igualitario con las mujeres. "?Esa reforma cambiar¨ªa los derechos de las mujeres? Creo que no. La Constituci¨®n, salvo en la sucesi¨®n de la Corona, otorga los mismos derechos a hombres y mujeres". Sin embargo, "hay que considerar como positivo el valor de denuncia que implica hablar as¨ª, con duplicaciones".
En esa l¨ªnea, se ocupa de palabras que el feminismo ha incorporado o que quiere se usen. "Decir 'la juez' o 'la jueza' transmite la misma informaci¨®n, pero hay una connotaci¨®n identitaria en la segunda. Quien dice 'la jueza' se identifica con el feminismo, pero el riesgo es que se considere que quien dice 'la juez' es un machista". Grijelmo abunda en que este tipo de duplicaciones se aplican para lo positivo o lo neutro, pero no para lo negativo: "Se dice los espa?oles y las espa?olas, los diputados y las diputadas, pero no los ricos y las ricas, o el criminal y la criminala". Y hay palabras que terminan en consonante a las que no se a?ade la a para el femenino, pero en otras s¨ª, como capitana. "Eso demuestra lo aleatorio del espa?ol y que no hay en ¨¦l un designio machista".
Este libro de tono conciliador incluye un apartado sobre las gu¨ªas de lenguaje no sexista. "Es una denominaci¨®n peligrosa porque si no las sigues, se deduce que usas un lenguaje sexista. Lo que hay que hacer es contar para esos textos con las fil¨®logas feministas, con las que suelo estar de acuerdo, pero se les hace poco caso".
Qu¨¦ hacer con el 'Diccionario'
Una pol¨¦mica en la que se moja Grijelmo es la de las palabras que se han eliminado del Diccionario, modificada su definici¨®n o marcado su uso como "despectivo" por la RAE. "Si hay un t¨¦rmino que usaron personajes machistas en la literatura, debe explicarse en alg¨²n sitio qu¨¦ significaba. A m¨ª no me gusta que se insulte, pero no por ello voy a pedir que desaparezcan los insultos del Diccionario".
Babelia
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