Boris Vian en el Pompidou
En la versi¨®n teatral de 'La espuma de los d¨ªas' firmada por Mar¨ªa Velasco queda apenas el aroma de la novela original, pero la funci¨®n se sigue con inter¨¦s
Para Boris Vian, la hierba es roja, y debajo, crece una cosecha fruct¨ªfera de lanzagranadas. Su novela La espuma de los d¨ªas narra los avatares que llevan a dos parejas de veintea?eros desde la plenitud al ocaso s¨²bito. Del universo surreal del autor de ?le-de-France, de su inventiva l¨¦xica y de sus criaturas gir¨®vagas, en la versi¨®n de Mar¨ªa Velasco queda apenas el aroma. La dramaturga burgalesa muestra desde su propia perspectiva la peripecia amorosa y la irrupci¨®n de la fatalidad en la vida de unos personajes que doblan de largo la edad de los de Vian. El Par¨ªs que habitan no tiene el color virado ni est¨¢ fuera de su eje: es realista y plenamente actual. Y el Jean-Paul Sartre de pim pam pum de la novela no aparece por lado alguno, aunque tambi¨¦n aqu¨ª todo lo sobrevuele una angustia existencial.
La funci¨®n se sigue con inter¨¦s, avanza sin desmayo: Velasco enhebra las transiciones del lenguaje verbal al coreogr¨¢fico sin soluci¨®n de continuidad. Sus cuatro int¨¦rpretes tienen peso, presencia y singularidad. Magn¨¦tico, el paso a dos de la cicl¨®nica Chlo¨¦ de Lola Jim¨¦nez con su aspiradora giratoria, trasunto del rat¨®n parlante de la narraci¨®n original. Euf¨®nico en grado superlativo, el d¨²o entre Chlo¨¦ y la perturbadora Alise pluriling¨¹e de Natalie Pinot. Miguel ?ngel Altet (Colin) lleva atl¨¦ticamente el peso del discurso frontal de la autora, aunque en un par de soliloquios utilice ese tono did¨¢ctico, de superioridad moral, que caracteriza ciertos espect¨¢culos de Rodrigo Garc¨ªa. Fabi¨¢n Augusto Boh¨®rquez le imprime dignidad al vapuleado Chick. ?Un reproche? Que la autora deje muy en segundo plano lo que acontece entre Alise y Chick: querr¨ªamos saber m¨¢s de ellos.
La espuma de los d¨ªas. Texto y direcci¨®n: Mar¨ªa Velasco, inspirada en Boris Vian. Hasta el 22 de diciembre.
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