Jessica Lange regresa a la Ruta 61
La c¨¦lebre actriz recorre con su c¨¢mara una de las rutas m¨¢s legendarias de Am¨¦rica. Una balada fotogr¨¢fica reunida en un libro y en una exposici¨®n
A lo largo de m¨¢s de 2.500 kil¨®metros, desde la ciudad de Wyoming, en Minnesota, hasta Nueva Orleans, en Luisiana, como si de una sombra de asfalto se tratara, la Ruta 61 sigue la senda de un r¨ªo: el Misisipi. Una distancia que, a la inversa, recorrieron numerosos afroamericanos en busca de una mejor fortuna en las industriales ciudades del norte. Un camino empapado por el lamento del blues, convertido en s¨ªmbolo de movimiento y libertad que, durante los ¨²ltimos seis a?os, ha recorrido en solitario Jessica Lange dando lugar a Highway 61, su ¨²ltimo proyecto fotogr¨¢fico.
Naci¨® en Cloquet en 1949. Una peque?a localidad de Minnesota cercana a la m¨ªtica carretera, a trav¨¦s de la cual se desplazaba con frecuencia para visitar a parientes cercanos, asistir a desfiles o ir de compras a Duluth, la ciudad donde naci¨® Bob Dylan, de cuyo sexto ¨¢lbum, Highway 61 Revisited se ha dicho que contiene toda la esencia de los sesenta. Fue el primer ¨¢lbum que compr¨® Lange. En 1965. ¡°Su Highway era muy distinta a la m¨ªa, pero la sac¨® a la luz. La hizo parecer importante. Me sent¨ª parte del secreto¡±, escribe la artista en el monogr¨¢fico publicado por powerHouse Books, que re¨²ne las 84 im¨¢genes que componen la serie, expuesta en la prestigiosa galer¨ªa neoyorquina de Howard Greenberg.
A los dieciocho a?os se march¨® de casa. A lo largo de la ruta, un autob¨²s la condujo hac¨ªa el sur; una nueva vida la esperaba. Pronto marchar¨ªa a Europa. En los ¨²ltimos tiempos, con frecuencia, ha vuelto a recorrer esos caminos: en un Mercedes-Benz 250S de 1967 (perteneci¨® al director de cine Milos Forman, quien lo utiliz¨® para abandonar Checoslovaquia en el 68, tras la invasi¨®n sovi¨¦tica), se desplaza ida y vuelta, desde su hogar en Nueva Orleans hasta la que describe como su caba?a en el norte de Minnesota. Atraviesa ocho estados. Se detiene solamente en aquellos lugares que instintivamente despiertan sensaciones olvidadas, que resurgen como huellas indelebles. Calles solitarias, moteles donde el tiempo parece haberse detenido, ¡°De ni?a sent¨ª aquella soledad y la siento a¨²n m¨¢s intensamente ahora¡±, escribe. Largos tramos ¡°vac¨ªos, desolados, como si guardaran luto por lo que ha desaparecido¡±.
En sus im¨¢genes la ausencia pesa tanto como la presencia. El viaje se presenta como ¡°un conducto entre mi pasado y mi presente¡±, anota. Un largo periplo que recorre su historia, as¨ª como la de los habitantes de una parte de Estados Unidos que vieron desaparecer ciudades, fabricas y vecindarios. Una nueva y silenciosa balada sobre los sue?os rotos de Am¨¦rica donde resuenan los ecos de Walker Evans, Robert Frank y William Eggleston, a quien se suele visitar en su paso por Memphis.
Se trata del tercer libro de fotograf¨ªa de la artista y de la segunda exposici¨®n realizada en la Howard Greenberg. ¡°Son im¨¢genes cl¨¢sicas de calle. Jessica pasa mucho tiempo observando y fotografiando lo que podr¨ªan ser escenas habituales para otros, pero son mucho m¨¢s. Es la mirada pulida de una fot¨®grafa¡±, afirma el galerista, una de las personalidades que m¨¢s ha contribuido en educar la mirada del p¨²blico en el medio fotogr¨¢fico, redescubriendo valores del pasado y posicionando a otros a trav¨¦s de un infalible instinto y perspectiva hist¨®rica. ¡°Su esp¨ªritu creativo y su compromiso con la verdadera fotograf¨ªa cl¨¢sica suma perfectamente a nuestro grupo de artistas. A¨²n trabaja con pel¨ªcula y utiliza impresiones de plata, algo que resulta bastante refrescante en estos d¨ªas, una pureza que parece haber desaparecido¡±.
Su formaci¨®n en la fotograf¨ªa es la de una autodidacta. Hija de un maestro y vendedor ambulante, se matricul¨® en la Universidad de Minnesota para estudiar Bellas Artes. Al mes se fug¨® con su profesor de fotograf¨ªa, Paco Grande, hijo del bioqu¨ªmico y nutricionista asturiano, Francisco Grande Covi¨¢n. Llegar¨ªan a Espa?a para pasar un tiempo en Andaluc¨ªa, donde Grande ten¨ªa algunos encargos fotogr¨¢ficos. Aqu¨ª comienza para Lange el contacto m¨¢s cercano con la fotograf¨ªa, que practicar¨¢ de forma puntal y sin ninguna implicaci¨®n.
Tras una estancia en Par¨ªs de dos a?os regresan a Nueva York. All¨ª conoce a Robert Frank, a Danny Lyon y a Garry Winogrand. Sin embargo, no fue hasta los noventa cuando comenz¨® su verdadera afici¨®n por esta disciplina art¨ªstica; de regreso de un viaje, el escritor Sam Shepard, su tercer marido, le regal¨® una Leica M6. Hac¨ªa m¨¢s de una d¨¦cada que su interpretaci¨®n en El cartero siempre llama dos veces (1981) la hab¨ªa convertido en uno de los grandes mitos er¨®ticos del cine americano. Una carrera cinematogr¨¢fica iniciada y tambi¨¦n casi aniquilada por las malas cr¨ªticas que recibi¨® con King Kong, en 1976, y coronada en 1982 por su primer Oscar por su interpretaci¨®n en Tootsie; el segundo llegar¨ªa en los noventa por su caracterizaci¨®n de una mujer maniacodepresiva en Cielo Azul; su ¨²ltima aparici¨®n en la pantalla, a los setenta a?os, ha sido en la serie de Netflix The Politician.
¡°Evidentemente el mundo del cine le ha aportado mucho en cuesti¨®n del uso de la luz¡±, destaca Anne Morin, directora de diChroma Photography y una de sus valedoras dentro del mundo de la fotograf¨ªa. ¡°En este trabajo la luz es protagonista, revistiendo las escenas y d¨¢ndoles una dimensi¨®n dram¨¢tica. Eso se debe a sus 35 a?os de actriz. Toda su capacidad narrativa procede de all¨ª¡±. Las im¨¢genes llevan como t¨ªtulo el nombre de los estados donde fueron realizadas. ¡°Est¨¢n delimitadas por un per¨ªmetro social no temporal, de ah¨ª que no se especifiquen las fechas en las que se tomaron. Ha querido simplemente documentar una ruta que para ella es una met¨¢fora de su propia vida¡±, se?ala Morin. La fotograf¨ªa es algo emocional para la artista, como es la interpretaci¨®n. Pero por contraposici¨®n a esta ¨²ltima disciplina, la pr¨¢ctica de la fotograf¨ªa la permite estar completamente sola. Escondida detr¨¢s de la c¨¢mara se vuelve invisible. Dispara con rapidez antes de ser reconocida, habiendo sabido reconocer el gesto preciso en los dem¨¢s, o un instante de revelaci¨®n en un paisaje.
¡°Se podr¨ªa describir como fotograf¨ªa vern¨¢cula¡±, afirma Mor¨ªn. ¡°Berenice Abbott hizo algo muy similar en los a?os 30 recorriendo la Ruta 1, desde Maine a Florida. La obra de Lange se inscribe dentro de una tradici¨®n americana que documenta los cambios urban¨ªsticos, as¨ª como en el estilo de vida. Es una obra muy americana. Describe el mismo ambiente que encontramos en la obra de Sam Shepard¡±. Es a ¨¦l, fallecido en 2017, a quien la autora dedica el libro. ¡°Es alguien muy libre en su manera de componer, de contar. Quiz¨¢ se deba a que es autodidacta¡±, destaca Morin. ¡°Me gusta mucho la materialidad de las fotograf¨ªas. hay algo muy palpable. Una atmosfera creada a trav¨¦s de una luz que le da un toque muy social. Sus connotaciones visuales son muy americanas. Pero tambi¨¦n se observan influencias de la fotograf¨ªa de Cartier-Bresson, de Koudelka y de ?lvarez Bravo. Tiene una gran cultura visual. Es tambi¨¦n una coleccionista¡±.
Highway 61 tiene impl¨ªcita la idea de un recorrido. La continuidad narrativa de un road movie. ¡°Se sit¨²a en la confluencia entre el mundo cinematogr¨¢fico y la fotograf¨ªa¡±, afirma Mor¨ªn. ¡°Son fotograf¨ªas muy densas que alcanzan una escritura muy propia. Son im¨¢genes precisas donde est¨¢ m¨¢s asentada la especificidad de su escritura. Podr¨ªa decirse que con este trabajo firma un lenguaje propio. Es una obra muy literaria. De la misma forma que la palabra es imagen, Gilles Deluze apunta que la imagen implica la palabra. Entre las im¨¢genes de Lange hay algo muy literario. Se ve la palabra. Veo a Sam Shepard, a Walt Whitman y a muchos de los grandes escritores americanos traspasar sus im¨¢genes¡±.
Jessica Lange: Highway 61. Howard Greenberg Gallery. Nueva York. Hasta el 18 de enero.
Highway 61. Jessica Lange. powerHouse Books. 176 p¨¢ginas. 83 d¨®lares.
Una selecci¨®n de las fotos de Lange en esta fotogaler¨ªa.
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