Pedro Almod¨®var: ¡°Un director es un compendio de frustraciones¡±
El cineasta presenta su libro 'Dolor y gloria', que va m¨¢s all¨¢ de la mera traslaci¨®n del guion de su ¨²ltima pel¨ªcula


"No es el libro de la pel¨ªcula, sino un artilugio literario fascinante". Bob Pop arranc¨® ayer la presentaci¨®n del libro Dolor y gloria (Reservoir Books), de Pedro Almod¨®var, con esta jugosa definici¨®n delante de una audiencia entregada que abarrotaba la sala Equis, en Madrid, y que disfrut¨® de las preguntas del periodista, que al inicio, para despejar dudas de su nula imparcialidad, aclar¨® lo fan que es del cine de Almod¨®var, y de las respuestas largas y vibrantes del autor del volumen. "Enfrentarse al libro de Dolor y gloria como si fuera un fetiche o una operaci¨®n de mercadotecnia es perderse un disfrute enorme", subrayaba Pop. Cierto: Dolor y gloria no es el t¨ªpico libro al uso, sino que contiene textos sobre el proceso creativo, el storyboard, fotograf¨ªas... e incluso un texto de un Almod¨®var ficticio que nunca hubiera dirigido una pel¨ªcula. Tal vez, porque, como aclar¨® su autor, Almod¨®var es tan cineasta como escritor, aunque no qued¨® claro si son dos luchando por ganar al otro o las dos caras de un mismo artista.
"Desde mi m¨¢s tierna infancia lo que quer¨ªa ser era escritor. Lo primero que escrib¨ª fue a los ocho a?os, una historia de ficci¨®n sobre un cordero que se llamaba Inmaculado", confes¨® en su primera larga intervenci¨®n el cineasta, para deleite del p¨²blico. Sigui¨® escribiendo en su adolescencia en Extremadura, pero algo se cruz¨® en su vocaci¨®n literaria: una c¨¢mara Super 8. "Algunas de las historias que ten¨ªa escritas empec¨¦ a ilustrarlas con im¨¢genes. Ah¨ª hubo un cambio con respecto a la literatura. Porque pens¨¦ que no ten¨ªa tanto talento como escritor y que la narraci¨®n en im¨¢genes me resultaba m¨¢s asequible". Y en ese larga cambiada, remat¨®: "Siempre he estado a punto de dirigir mi gran novela. Nunca lo hecho".
Almod¨®var ahond¨® en lo que significa ser director de cine: "Un director de cine es un compendio de frustraciones". Porque el buen cineasta tiene que saber de m¨²sica, literatura, vestuario, actuaci¨®n... "El guion es un elemento herm¨¦tico. Yo lo lleno de anotaciones, solo espero que esas anotaciones no ahoguen a los actores". Bob Pop puso como ejemplo lo que puede leerse al inicio, en la secuencia de las lavanderas en el r¨ªo, sobre el jab¨®n que atrae a los peces: "Dices que es un jab¨®n casero que no hace espuma, que deja grumos no contaminantes. Eso es pura poes¨ªa". A lo que el cineasta aclar¨® que en esa frase se esconden numerosas aclaraciones para el equipo t¨¦cnico, en especial para el encargado de los efectos especiales. "Soy muy exhaustivo en la narraci¨®n, y los pocos guiones que he le¨ªdo no cuentan tanto. Lo que pretendo es que el actor, cuando lea el guion, sepa desde el primer momento qu¨¦ es lo que tiene que hacer, a qu¨¦ gesto debe acudir o qu¨¦ tono tiene que usar".
"A m¨ª lo que me interesa en realidad es la representaci¨®n. La ficci¨®n completa la realidad"
El realizador, que se mostr¨® bastante en forma, jovial, ahond¨® en las numerosas interrelaciones que en su obra se dan entre la realidad y la ficci¨®n. "Las primeras l¨ªneas salen impulsadas por la realidad: algo que he le¨ªdo en el peri¨®dico, que me han contado o que he visto por televisi¨®n", Arranca una "realidad interior". "Lo que importa es que sea veros¨ªmil cinematogr¨¢ficamente", dicho lo cual cont¨® que la relaci¨®n entre ficci¨®n y realidad en su caso es una carretera de ira y vuelta. ¡°Antes de hacer Mujeres al borde de un ataque de nervios nunca hab¨ªa tirado nada contra la pared. Despu¨¦s del rodaje, me vi a m¨ª mismo haci¨¦ndolo numerosas veces¡±. Lo mismo confes¨® de los gestos de Antonio Banderas en la secuencia de su reencuentro con el examante que encarna Leonardo Sbaraglia en Dolor y gloria. "No son m¨ªos, sino que los cre¨® Banderas. Y ahora esos gestos los he copiado y absorbido". Tal vez, porque como resumi¨® el autor, "a m¨ª lo que me interesa en realidad es la representaci¨®n". Y en esa respuesta, asegur¨®: "La ficci¨®n completa la realidad. Yo nunca he tenido un gran amor que haya vuelto, como tambi¨¦n entiendo que no se puede hacer terapia escribiendo".
Para Almod¨®var, "escribir es reescribir. Se podr¨ªa pensar que uno escribe. No. Yo reescribo". Y al final cont¨® dos claves de su obra. La primera es que si se aburre mucho en casa, se pone a escribir. "Y escribo locuras. Algunas de esas locuras acaban encontrando un espacio espec¨ªfico. Por ejemplo, el corto El amante menguante [contenido en Hable con ella]. Con ¨¦l resolv¨ª un problema, y es que yo no quer¨ªa mostrar la violaci¨®n, pero de alguna manera hab¨ªa que rese?¨¢rsela al espectador". Almod¨®var escribe textos que guarda en el ordenador. "Ah¨ª estaban El primer deseo, que forma parte de Dolor y gloria, desde los noventa, como La adicci¨®n, que se convirti¨® en el texto teatral al que da base al personaje de Asier Etxeandia". Su segunda clave es m¨¢s divertida. "Billy Wilder llenaba los cajones de historias y gracietas que se le ocurr¨ªan. Yo compro cosas, por ejemplo, joyas para amigas, y muchas me las quedo, los objetos se me acumulan en los cajones. Esas cosas acaban formando parte de mis pel¨ªculas". El mejor ejemplo: el buzo de la ba?era de ?tame. "Pues s¨ª, estaba en mi casa".
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