La Polic¨ªa Nacional retira de una subasta una pieza procedente de un convento andaluz
Un 'San Jer¨®nimo' del pintor Sebasti¨¢n Mart¨ªnez se ofertaba para este mi¨¦rcoles a partir de 120.000 euros. Procede del convento del Corpus Christi de C¨®rdoba, cerrado en 1992
La Polic¨ªa Nacional ha acudido lunes por la ma?ana a la casa de subastas Isbilya, en Sevilla, y ha ordenado la retirada de la venta de un San Jer¨®nimo del pintor Sebasti¨¢n Mart¨ªnez (1615-1667), que se iba a ofertar este mi¨¦rcoles a partir de 120.000 euros. Hasta nueva orden, la pintura permanecer¨¢ en los almacenes de este establecimiento, dirigido por Jos¨¦ Mu?oz, que asegura que es la primera vez que le ocurre algo as¨ª en siete a?os de negocio. La pintura, de mediados del siglo XVII, formaba parte del convento de dominicas del Corpus Christi de C¨®rdoba, cerrado en 1992. La Brigada de Patrimonio Hist¨®rico de la polic¨ªa recibi¨® la denuncia de un particular, que alertaba de su salida a subasta.
El Ministerio de Cultura ha informado a este peri¨®dico de que "se ha contactado con la Brigada de Patrimonio Hist¨®rico y con la Junta de Andaluc¨ªa para que contrasten la informaci¨®n y determinen si se trata de la misma obra que se ten¨ªa por ubicada en el convento cordob¨¦s".
La Polic¨ªa ha llamado a declarar a dos testigos para que confirmen que el cuadro del pintor barroco se encontraba en la iglesia del cenobio cuando fue clausurado hace 27 a?os. Si esto fuera as¨ª, y dado que no hay denuncia de robo del mismo, la pintura se habr¨ªa vendido de una manera ilegal antes de llegar a manos del actual propietario, tal y como especifica el art¨ªculo 28 de la Ley de Patrimonio Hist¨®rico de 1985. La Iglesia tiene prohibido el libre comercio de sus bienes; solo puede hacerse cargo de ellos el Estado.
En menos de una semana la Brigada de Patrimonio Hist¨®rico de la Polic¨ªa Nacional ha tenido que intervenir en el mercado del arte antiguo en dos ocasiones. El mi¨¦rcoles pasado los efectivos del cuerpo que vela por la protecci¨®n del patrimonio art¨ªstico requisaron una talla de Jos¨¦ de Mora, procedente del convento de Nuestra Se?ora de los ?ngeles de Granada, cerrado en 2018. En estos momentos, la Polic¨ªa realiza la investigaci¨®n de la venta de la talla Santa Margarita de Cortona, denunciada por otro particular y por el Ministerio de Cultura.
La pintura retirada de la venta, como la escultura de Jos¨¦ de Mora, tambi¨¦n es propiedad de Nicol¨¢s Cort¨¦s, que le compr¨® a Jos¨¦ Mu?oz la pintura hace tres a?os por 200.000 euros. ¡°Soy una v¨ªctima¡±, declara el galerista, que denuncia un mercado fuera de control ¡°hasta que la Iglesia y el Estado no pongan orden¡±. Explica que las dos obras intervenidas recibieron en su d¨ªa los permisos de exportaci¨®n de la Junta de Calificaci¨®n, Valoraci¨®n y Exportaci¨®n de Bienes del Ministerio para su venta en el extranjero. El San Jer¨®nimo ha estado en Londres.
Cort¨¦s asegura que la obra ha llegado a sus manos despu¨¦s de tres due?os. Tiene constancia de que hace 25 a?os la adquiri¨® el anticuario, ya fallecido, Enrique Santos. Como en el caso de la escultura de Jos¨¦ de Mora, no investig¨® la procedencia m¨¢s all¨¢. ¡°Investigo hasta donde puedo. La Polic¨ªa Nacional tampoco puede saber de d¨®nde ha salido¡±, a?ade. Jos¨¦ Mu?oz, tampoco: ¡°No sab¨ªamos a qui¨¦n le compr¨¢bamos la obra. Ser¨ªa una locura si tuviera que verificar de d¨®nde llega cada pieza. Nosotros, en la galer¨ªa, la estudiamos y la ponemos a la venta. No preguntamos m¨¢s¡±, cuenta. Ambos comerciantes se justifican con que pensaban que la venta del lienzo hab¨ªa sido anterior a la Ley de 1985.
Sin embargo, como en el caso de la talla, ning¨²n especialista ni comerciante que hicieron circular revis¨®, al parecer, las fuentes bibliogr¨¢ficas. A pesar de que los inventarios de la Iglesia est¨¢n pendientes de elaborar y publicar, existe un cat¨¢logo publicado en 1997 por CajaSur que recorre la historia del convento para ¡°perpetuar la memoria art¨ªstica del cenobio¡± y en el que ya se deja constancia de esta pintura en el a?o del cierre, 1992, cuando se convirti¨® en la sede de la Fundaci¨®n Antonio Gala para j¨®venes creadores.
¡°Estas obras estaban pues revestidas de un halo sagrado, dotadas de una misteriosa potencia, eran puertas hacia lo divino, y en eso radicaba su valor. Aunque obras humanas, una vez consagradas no ten¨ªan precio, quedaban fuera de todo posible comercio y constitu¨ªa un terrible pecado, un sacrilegio, mercadear con ellas¡±, escribe Manuel P¨¦rez Lozano en dicho cat¨¢logo. Si se confirma la venta fraudulenta -la pieza pasar¨ªa a las colecciones del Estado- y se?alar¨ªa al convento o su entorno como responsables de la operaci¨®n.
P¨¦rez Lozano indica que la calidad de las obras del antiguo convento crece con los cuatro ¨®leos de Sebasti¨¢n Mart¨ªnez que decoraban sus paredes. El conjunto estaba formado, adem¨¢s de San Jer¨®nimo, por el Nacimiento, Inmaculada Concepci¨®n y San Francisco. Todas ellas se conservan en el Monasterio de Santa Mar¨ªa de Gracia, de C¨®rdoba. En el cat¨¢logo ya se dice que el San Jer¨®nimo fue vendido a un anticuario de Madrid, destruyendo de esta manera la integridad del grupo. Otro experto en pintura Barroca como Benito Navarrete ha publicado que el anticuario lleg¨® a exponerlo en 1998 en Feriarte. Es decir, era una pieza cuya venta hab¨ªa sido denunciada por la historiograf¨ªa del arte, aunque el mercado prefiri¨® obviarlo.
Un pintor imaginativo
Sebasti¨¢n Mart¨ªnez Domedel es un pintor insigne de maneras ¡°caprichosas¡±, como escribi¨® de ¨¦l Antonio Palomino. Un pintor de ¡°estilo muy intensivo, imaginativo e inusual¡±. ¡°Extravagante¡±, ¡°pero con buen gusto y correcci¨®n, y con gran templanza¡±, apunt¨® el Vasari de la pintura espa?ola. El pintor de Ja¨¦n fue disc¨ªpulo de Alonso Cano, como queda claro en la forma de componer como en los efectos lum¨ªnicos. Este San Jer¨®nimo es buena prueba de ello. Palomino recuerda que estando Sebasti¨¢n Mart¨ªnez en Palacio, lleg¨® el rey Felipe IV mientras el pintor trabajaba y se refiri¨® a ¨¦l por su apellido. A partir de entonces acostumbr¨® a firmar como ¡°Mart¨ªnez fecit¡±, y no con su nombre entero.
Babelia
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