Los Simpson, un icono tan poderoso como un mito griego
30 a?os despu¨¦s, son much¨ªsimo m¨¢s que una serie. Son un icono cultural
Los Simpson ya lo han hecho es el t¨ªtulo de un episodio de South Park emitido el 26 de junio de 2002. Era el homenaje envenenado que los hijos dan a los padres: muchas gracias por desbrozar el camino, fuisteis pioneros y todo eso, pero ya apest¨¢is.
La familia de Springfield acaba de cumplir treinta a?os y aquel lejano reproche de 2002 se ha quedado cort¨ªsimo, aunque la culpa no sea suya: si comemos a diario cocido lebaniego, lo aborreceremos y acabaremos en la UCI, pero no podremos culpar a la tradici¨®n culinaria c¨¢ntabra de nuestro empacho. Lo cual no exime de admitir que todo lo que un d¨ªa Los Simpson tuvieron de nuevo, transgresor, atrevido y disparatado es hoy inercia, f¨®rmula, alcanfor y chiste f¨¢cil.
Los Simpson son much¨ªsimo m¨¢s que una serie. Son un icono cultural tan poderoso como un mito griego. Definen nuestra ¨¦poca como Goya o los Beatles definieron las suyas. No solo transformaron la tele, sino que han moldeado la forma en la que vemos el mundo.
Cuando empezaron a emitirse, en 1989, la s¨¢tira era una expresi¨®n marginal, lo cual no quiere decir que fuera minoritaria ni que no hubiese grandes s¨¢tiras muy populares, sino que no estaba aceptada ni se consideraba de buen tono. O era muy elitista o demasiado populachera. Los Simpson la sacaron de los c¨®digos gamberros y la llevaron a lugares hasta entonces dominados por lo solemne y decoroso, dentro y fuera de la televisi¨®n.
Ahora, lo sat¨ªrico ocupa el centro del discurso cultural. Hemos hecho de la iron¨ªa y la parodia las lentes a trav¨¦s de las que filtramos lo que vemos, y casi todo se debe a Homer, reflejo distorsionado del espectador, cr¨ªtica corrosiva y refugio complaciente a la vez. Pero no apreciaremos bien su enormidad mitol¨®gica mientras la churrer¨ªa de Matt Groening siga escupiendo cap¨ªtulos.
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