La cosecha sonora de 2019
Las voces femeninas y la apuesta segura de las leyendas protagonizan un a?o sin reglas
POP-ROCK INTERNACIONAL
Las instrucciones no est¨¢n en la etiqueta
Por Xavi Sancho
Atr¨¢s queda esa ¨¦poca en la que estaba clar¨ªsimo qu¨¦ era pop y qu¨¦ era rock. Eran tiempos sinceros y binarios en los que eras de Pearl Jam o de Madonna. Luego, claro, estaba esa gente rara a quien le gustaba la electr¨®nica o el hip-hop. Estaban tambi¨¦n los indies, que eran fans del pop y del rock pero no lo sab¨ªan. O no lo quer¨ªan saber. Lo que ha sucedido con el paso de los a?os es que lo que era tangencial se ha hecho central. La ¨²nica forma que tienen hoy etiquetas como pop o rock para mantener cierta relevancia es asimilar el discurso de lo anta?o marginal. Eso tiene una parte buena para el oyente: los sonidos son mucho m¨¢s interesantes y poli¨¦dricos. Tambi¨¦n tiene una parte mala: hay que hacer malabarismos para encasillar cualquier cosa que valga la pena en esas etiquetas puras.
Los mejores discos de 2019 son tremendamente bastardos. Lana Del Rey iba para juguete que acaba en el contenedor el 7 de enero y se ha convertido en la m¨¢s interesante y fascinante estrella del pop actual. Norman Fucking Rockwell es uno de los m¨¢s indiscutibles discos del a?o del ¨²ltimo lustro. No sabemos, ni tampoco nos importa, d¨®nde estar¨¢ de aqu¨ª a unos a?os Billie Eilish. Lo que s¨ª sabemos es que esta muchacha ha facturado uno de los debuts m¨¢s 2019 de 2019, When We All Fall Asleep, Where Do We Go? Llevando el discurso de Lorde a los extremos del emo digital, la adolescente ha logrado conectar con su generaci¨®n como nadie y a la vez ha conseguido hacer creer a los mayores que podr¨ªan ser capaces de entender a esa generaci¨®n. M¨¢s f¨¢cil para los veteranos se lo ponen los otros grandes debutantes del a?o, los dublineses Fontaines D. C. Con un discurso a medio camino entre The Fall y The Pogues, cumplen con esa etiqueta de salvadores de las guitarras. Adem¨¢s, en un mundo sin escenas locales, ellos son m¨¢s de Dubl¨ªn que James Joyce. Se han abierto hueco en el pospunk, la ¨²nica aproximaci¨®n conceptual en la que el rock a¨²n puede encontrar algo que decir.
El premio al veterano del a?o es para Nick Cave, cuyo Ghostseen es un opus ¨¢rido, dram¨¢tico y mastod¨®ntico. Menci¨®n especial merece tambi¨¦n la emoci¨®n orquestada de Angel Olsen, el desenfreno creativo de Black Midi, el AOR estilizado de Jenny Lewis, esa apuesta por ser solo brillantes que sostienen Big Thief e incluso ese disco entre The Divine Comedy y Gram Parsons que ha lanzado Bruce Springsteen, un largo que es mucho mejor de lo que ten¨ªa derecho a ser, algo que, afortunadamente, ha pasado con bastantes ¨¢lbumes de 2019. Incluso en el mundo del pop y del rock. Sea lo que sea eso hoy.
1. Lana del Rey. Norman Fucking Rockwell (Insterscope / Universal)
En una ¨¦poca en la que el concepto obra maestra corre el riesgo de perder todo su sentido de tanto ser manoseada, da cierto apuro calificar como tal al sexto disco de Lana Del Rey. Pero la verdad es que lo es. Y lo es por todas las razones por las que ciertos trabajos son calificados de obras maestras: es ¨²nico, es especial, est¨¢ en sinton¨ªa con su tiempo y promete proyectarse hacia al futuro. Una artista en estado de gracia.
2. Nick Cave. Ghosteen (Popstock!)
Escrito con la muerte de su hijo en el est¨®mago a¨²n, este ¨¢lbum de Nick Cave es un impresionante y hasta sofocante ejercicio de somatizaci¨®n del dolor. En la senda de su brillante anterior trabajo, Skeleton tree, el australiano y sus secuaces encuentran el perfecto equilibrio entra la melod¨ªa delicada y la instrumentaci¨®n ¨¢rida.
3. Fontaines DC. Dogrel (PIAS)
El debut de este quinteto dublin¨¦s es un ejercicio magistral de b¨²squeda y hallazgo de alimento en un campo que casi todos d¨¢bamos ya por yermo. Letras entre combativas y costumbristas; un sonido que bebe de todos los grandes del postpunk (Gang of Four, The Fall) y de los cl¨¢sicos de su tierra natal (The Pogues). El postpunk amenaza con un tercer revival. Si va a ser as¨ª, adelante.
4. Big Thief. Two Hands (4Ad / Popstock!)
La banda con sede en Brooklyn liderada por Adrienne Lenker ha editado dos discos este a?o. Primero lleg¨® UFOF, que sorprendi¨® por su delicadeza y sofisticaci¨®n, am¨¦n de lograr ense?ar nuevos caminos a la americana, un estilo con tendencia a quedarse parado aunque el sem¨¢foro est¨¦ en verde. Unos mes despu¨¦s llegaba Two Hands, igual de brillante y con tal vez la mejor canci¨®n que ha grabado nunca, Forgotten Eyes.
5. Billie Eilish. When We All Fall Asleep, Where Do We Go? (Interscope / Universal)
Cuando arranca el disco de bad boy, el oyente puede llevarse la err¨®nea idea de que se halla ante algo hedonista y ligeramente superficial. Pero nada m¨¢s lejos de la verdad. Este debut de la adolescente es un potaje de pop contempor¨¢neo y digital, baladas rob¨®ticas, emociones complejas. Incluso cuando se pone cl¨¢sica, suena descastada. M¨¢s que un sustitutivo a Lorde, es una m¨¢s que digna rival. Madonna ya tiene dos hijas emo.
POP-ROCK NACIONAL
A?o 1 despu¨¦s de Rosal¨ªa
Por Fernando Navarro
El a?o 1 despu¨¦s de Rosal¨ªa constat¨® que todav¨ªa se puede hablar mucho m¨¢s de ella. Cada uno de sus movimientos se sigui¨® con lupa durante un curso que reforz¨® su nombre como figura global. Su fusi¨®n sonora sin prejuicios, apelando al baile y los ritmos actuales, se asocia al ¨¦xito entre los m¨¢s j¨®venes de C. Tangana, Bad Gyal o Yung Beef. No debi¨® extra?ar, por tanto, que el Premio Nacional de las M¨²sicas Actuales recayera en La Mala Rodr¨ªguez, pionera en la mezcla urbana.
Fue tambi¨¦n un a?o de simb¨®licas despedidas de los escenarios: Rosendo y Burning. Ambos son padres fundadores del rock callejero, que, a fin de cuentas, fue tambi¨¦n lo urbano hace cuatro d¨¦cadas, pero con otra filosof¨ªa art¨ªstica y dando rienda suelta a la guitarra. Sin ellos, no se entender¨ªan dos regresos destacados: Kiko Veneno y 091. No fueron los ¨²nicos en volver: La Casa Azul y McEnroe tambi¨¦n lo hicieron.
M¨¢s all¨¢ de la nostalgia y la necesidad de sobrevivir, hay que resaltar el bistur¨ª social y pol¨ªtico de Le¨®n Benavente, el absorbente electropop de Anni B. Sweet y el asalto de j¨®venes con calidad y hambre. Derby Motoreta¡¯s Burrito Kachimba, Carolina Durante, Las Odio, Viva Suecia, Los Estanques o Cala Vento refrescaron el panorama del rock con arrojo. Tambi¨¦n sucedi¨® en lo urbano contempor¨¢neo con Cupido y su ritmo adictivo. Y en el pop, la m¨¢s joven y medi¨¢tica fue Amaia, pero mucho m¨¢s interesante que la ganadora de Operaci¨®n Triunfo es Lorena ?lvarez con su experimentaci¨®n folk.
1. Le¨®n Benavente. Vamos a volvernos locos (Warner Music)
El grupo alcanza un grado de excelencia con este tercer disco. Una certera radiograf¨ªa social de la Espa?a de nuestros tiempos mediante un sonido fiero, entre el post-punk y el art-rock. Insatisfacci¨®n, s¨¢tira y un sutil romanticismo para retratar a un pa¨ªs sumido en la desafecci¨®n pol¨ªtica, la precariedad laboral y los vicios de la modernidad.
2. Lorena ?lvarez. Colecci¨®n de canciones sencillas (Universal)
Un talento con arrojo como para convertir jotas, romances, mu?eires y cumbias villeras en c¨¢psulas de un indie locuaz. Este viaje al pasado no se limita ¨²nicamente a lo sonoro sino tambi¨¦n a rastrear el alma hasta conseguir una obra de aspecto de unplugged sentimental. Tan exquisito como distinto a todo lo dem¨¢s en la escena espa?ola.
3. Derby Motoreta¡¯s Burrito Kachimba. Derby Motoreta¡¯s Burrito Kachimba (Universal)
Con un descaro a prueba de bombas, el grupo andaluz se erige como embajador de la kinkidelia, la extra?a mezcla que abandera del mundo kinki y la psicodelia. Rock macarra que une el universo de Triana hasta llevarlo con arrojo hasta la psicodelia moderna de King Gizzard & The Lizard Wizard. M¨²sica nada condescendiente y desbordante en decibelios.
4. Anni B. Sweet. Universo por estrenar (Subterfuge Records)
La cantante se ha reinventado y le ha salido redonda la jugada. Es su primer ¨¢lbum cantado por completo en espa?ol, pero, sobre todo, ha trazado un pop psicod¨¦lico envolvente. Con la producci¨®n de James Bagshaw, cantente, compositor y productor de Temples, el ¨¢lbum evoca a Tame Impala, creando todo un viaje retro futurista.
5. Cupido. Pr¨¦stame un sentimiento (Universal)
Pimp Flaco y la banda canaria Solo Astra se han asociado para crear Cupido, que debuta con este disco adictivo. Pop bailable, coqueteando con el trap, el reguet¨®n y lo urban. Los milenials tienen aqu¨ª una estupenda estampa de sus esperanzas y sus problemas, retrato generacional que habla de las cosas que les sucede a toda una generaci¨®n inquieta y valiosa.
¡®HIP-HOP¡¯, R&B Y ELECTR?NICA
Muertes que dejan huella
Por David Broc
No se puede entender el a?o sin las muertes de Nipsey Hussle y Juice Wrld. El primero lega un patrimonio referencial como MC, pero tambi¨¦n como emprendedor y activo social, y su p¨¦rdida es la noticia de 2019. El segundo deja hu¨¦rfana una escena (?emo rap?) que a¨²n respira con Polo G, Boogie o Lil Peep. Ecos de la generaci¨®n pos-Drake: voces atormentadas, baladas e historias de desamor.
Sin rastro de estrellas, a excepci¨®n del reconvertido Kanye West y de Tyler, the Creator con su excitante IGOR, el a?o hip hop se ha fragmentado en peque?os focos: Inglaterra confirmaba su renacimiento gracias a slowthai, Little Simz, Dave, Loyle Carner o Stormzy. El underground estadounidense, con Bandcamp como principal plataforma de difusi¨®n y rentabilizaci¨®n, se sigue debatiendo entre la devoci¨®n retro y la experimentaci¨®n en los ¨¢lbumes de Freddie Gibbs & Madlib, JPEGMAFIA, Roc Marciano, Danny Brown, Earl Sweatshirt, MIKE o Griselda. Y los regresos de Little Brother, Black Moon y Gang Starr han alimentado la nostalgia de la vieja escuela. Lo que ya no sorprende ni es noticia es el dominio de las voces femeninas, tanto en el hip hop como en el R&B, dos territorios ya sin paso fronterizo: menudo a?o el de FKA twigs, Summer Walker, Rapsody, Solange, Lizzo, Sampa the Great o Jamila Woods. En paralelo, no muy lejos, 100 Gecs, Floating Points, Flying Lotus, Barker, Regular Citizen o Jacques Greene han tratado de darle entidad y empaque a una escena electr¨®nica necesitada de alg¨²n t¨ªtulo superlativo que marque diferencias.
1. FKA twigs. Magdalene (Young Turks)
Exploraci¨®n de la soledad, el reseteo existencial y los efectos de un mazazo sentimental, Magdalene es el gran disco post-ruptura del 2019. Rodeada de un equipo de colaboradores de ensue?o, entre ellos Nicolas Jaar, Benny Blanco, Koreless, Oneothrix Point Never o Future, la vocalista inglesa mezcla electr¨®nica, R&B, soul, art pop o trap en un ¨¢lbum de consolidaci¨®n y expansi¨®n creativa que propone ideas novedosas, rompe esquemas y, adem¨¢s, deja un poso emocional dif¨ªcil de olvidar. En el equilibrio entre una producci¨®n experimental y desafiante y una visi¨®n pop infecciosa y adictiva estriba el principal atractivo del disco que mejor sabe ponerle banda sonora a nuestro momento.
2. Rapsody. Eve (Roc Nation)
La mejor rapera del momento. No hay debate. Cada disco en su trayectoria es un descubrimiento y un paso adelante, pero Eve es antol¨®gico. ?C¨®mo podr¨¢ superarlo? M¨¢s all¨¢ de una visi¨®n l¨²cida y contundente sobre el empoderamiento femenino en el hip hop y en el d¨ªa a d¨ªa de una mujer afroamericana, Eve es el testimonio directo de una artista en estado de gracia que sabe qu¨¦ quiere y c¨®mo lo quiere. Profundo, emotivo y apasionante de inicio a fin, el tercer ¨¢lbum de Rapsody supone un punto y aparte en el hip hop actual. Masculino y femenino.
3. Tyler, the Creator. IGOR (Columbia)
Tyler, the Creator siempre ha ido por libre, pero IGOR es, con diferencia, su disco menos encorsetado. Sin ataduras ni deudas de ning¨²n tipo, el rapero, cantante y productor propone una visi¨®n musical ¨²nica, discordante, que se distancia a conciencia de sus predecesores. Entre el pop, el soul, el R&B y el emo hip hop, Tyler derriba convencionalismos y clich¨¦s con una vibrante colecci¨®n de hits entregados por completo a la emoci¨®n y a un apasionante concepto de madurez personal y creativa.
4. Floating Points. Crush (Ninja Tune)
Crush es una versi¨®n ampliada, extremada y mejorada de todo lo que ya hab¨ªa apuntado Sam Shephard al frente de Floating Points. Una mirada poli¨¦drica que bebe de la IDM, del ambient, de los beats, del drum¡¯n¡¯bass o del techno para imaginar paisajes sonoros desoladores que te rompen el alma. El mejor disco ¡°electr¨®nico¡± del 2019.
5. slowthai. Nothing Great About Britain (True Panther Method)
El Brexit tambi¨¦n era esto: un disco atiborrado de sarcasmo, ira, costumbrismo y angst urbano que pone patas arriba la escena musical inglesa del momento. Chispazos de grime, hip hop, punk o uk garage integran la f¨®rmula sonora de un ¨¢lbum extraordinariamente bien producido y escrito que le da un chute de adrenalina y relevancia a la escena musical brit¨¢nica.
REEDICIONES
Operaci¨®n Rescate
Por Diego A. Manrique
La din¨¢mica del negocio empuja al sector de las grabaciones de archivo a una competici¨®n de engorde de t¨ªtulos cl¨¢sicos; se busca justificar un PVP caro para discos mil veces rentabilizados. Esto permite, bendita sea, que las discogr¨¢ficas sigan publicando producto f¨ªsico. Unas grandes compa?¨ªas que est¨¢n olvidando sus funciones culturales. Y eso deber¨ªa incluir el comercializar cintas que no est¨¢n en sus almacenes. Un inciso: almacenes que, ahora sabemos por el desastre del incendio de Universal Studios, no garantizan la preservaci¨®n de las grandes m¨²sicas del siglo XX.
Dos espl¨¦ndidos discos rescatados este a?o eran originalmente propiedad de emisoras estatales, como Radio France o la BBC. Respond¨ªan, por ejemplo, al entusiasmo de David Attenborough, que se desplazaba a rodar sus documentales con un pesado magnetof¨®n EMI L2 para hacer grabaciones de campo. Respecto a Kinshasa 1978, eran grabaciones demasiado urbanas para los estudiosos de las m¨²sicas ¨¦tnicas.
Y luego est¨¢ el mundo del cine. En los cincuenta y sesenta se sol¨ªa contar con jazzmen para bandas sonoras. En 2017, eso nos permiti¨® escuchar la aportaci¨®n de Thelonious Monk a Las amistades peligrosas, versi¨®n Roger Vadim. Este a?o, la grat¨ªsima sorpresa de Coltrane ilustrando un filme quebequ¨¦s.
En Espa?a, una peculiaridad fiscal ha permitido el florecimiento del libro-disco, que se convierte en formidable objeto cultural gracias a editores como Carlos Mart¨ªn Ballester. Con un nivel que, caramba, deber¨ªa avergonzar a las disqueras establecidas.
1. John Coltrane. Blue World (Impulse)
Por su expresi¨®n torrencial, Coltrane ten¨ªa facilidad para facturar discos. Esta sesi¨®n de 1963 no formaba parte de su proyecto art¨ªstico: era la banda sonora para una modesta pel¨ªcula canadiense, un compromiso solventado con cinco temas (m¨¢s tres tomas alternativas). As¨ª pudo recrear sus hallazgos de a?os anteriores y relajarse antes de ascender a la estratosfera de A love supreme.
2. Varios autores. David Attenborough ¨C My Field Recordings From Across the Planet (Wrasse)
Recientemente, el naturalista record¨® que, entre 1953 y 1964, aprovechaba sus viajes para captar m¨²sica ritual o festiva de cada zona. A la vuelta, entregaba las cintas al archivo de la BBC, donde (milagro) se conservaron. Esta colecci¨®n muestra la riqueza de unas tradiciones a punto de desnaturalizarse con la onda expansiva del pop, facilitada por las radios de transistores.
3. Tomas Pav¨®n. Tom¨¢s Pav¨®n (Colecci¨®n Carlos Mart¨ªn Ballester)
El hermano menor de La Ni?a de los Peines tiene mucho de misterio: t¨ªmido, prefer¨ªa actuar en el ambiente de los cabales sevillanos, donde impresionaba por su elegante voz y su conocimiento de viejos cantes trianeros. Felizmente, no ten¨ªa inconveniente en grabar. Aqu¨ª se juntan 23 temas (uno de ellos in¨¦dito), arropados por un impresionante aparato cr¨ªtico y gr¨¢fico, en un libro de 336 p¨¢ginas.
4. Varios autores. The Daisy Age (Ace)
Hace 30 a?os, De La Soul propuso un hip-hop risue?o, potenciado por sampleos de pop y jazz. Pero el culto de la ¡°autenticidad¡± determin¨® que se impusiera el gangsta rap, eclipsando a De La Soul, A Tribe Called Quest, Brand Nubian. Desdichadamente, este oportuno recopilatorio brit¨¢nico no cuenta con los derechos de herederos m¨¢s afortunados, tipo Arrested Development o Fugees.
5. Varios autores. Kinshasa 1978 (Crammed)
En 1978, Bernard Triton, t¨¦cnico de sonido de Radio France, estaba dando cursillos en Kinshasa y, como ejercicio, sugiri¨® registrar agrupaciones zaire?as que se constru¨ªan sus instrumentos y amplificadores. All¨ª estaba los exuberantes Konono N? 1, luego popularizadores del sonido Congotronics. Este combinado de vinilos y CD junta piezas in¨¦ditas de aquellas sesiones m¨¢s reconstrucciones electr¨®nicas del DJ Martin Meissonnier.
JAZZ
Escenas poco permeables
Por Yahv¨¦ M. de la Cavada
Est¨¢ viviendo el jazz un momento muy interesante. Por un lado, hay un renovado inter¨¦s en ciertos sectores que nunca le han prestado atenci¨®n, gracias a la efervescencia ¡ªy a la exposici¨®n en medios tradicionalmente centrados en m¨²sicas m¨¢s populares¡ª de la escena brit¨¢nica y de algunos artistas con olfato y perspectiva heterog¨¦nea. Por otro, el jazz parece m¨¢s fragmentado que nunca: Europa y EE UU siguen yendo cada uno a lo suyo, sin necesidad de saber muy bien qu¨¦ pasa al otro lado, tal y como ocurre con la poca permeabilidad de escenas que no se desarrollan m¨¢s all¨¢ de su propio c¨ªrculo. Es decir, que aunque quiz¨¢ se escucha m¨¢s jazz que en otros tiempos, la enorme oferta y los marcos en los que se mueve cada oyente hacen que este no escuche muchas cosas diferentes, sino una o dos tendencias concretas.
Esto no quita que se sigan grabando discos fabulosos, no solo por los artistas que mejor y con m¨¢s personalidad se han reinventado ¡ªcomo los aqu¨ª seleccionados¡ª, sino por algunos cl¨¢sicos vivos que siguen en plena forma, como Keith Jarrett, Branford Marsalis o el tr¨ªo de Chick Corea, Christian McBride y Brian Blade, que en 2019 han firmado tres obras maestras. En Espa?a, la pianista Marta S¨¢nchez y el longevo Duot de Albert Cirera y Ram¨®n Prats, entre muchos otros, han publicado obras excelentes que certifican que el jazz de nuestro pa¨ªs tambi¨¦n sigue en ascendente, aunque algunos parezcan no enterarse de ello.
1. Art Ensemble of Chicago. We Are On The Edge (Pi Recordings)
Mucho m¨¢s que una celebraci¨®n del 50? aniversario del legendario grupo: en este doble ¨¢lbum grabado en estudio y en directo, los supervivientes de la formaci¨®n cl¨¢sica, Roscoe Mitchell y Don Moye, ponen al d¨ªa los preceptos que hicieron del AEOC un ejemplo de modernidad y compromiso durante d¨¦cadas. La presencia de Nicole Mitchell, Hugh Ragin o Tomeka Reid insufla nueva vida a un ¨¢lbum plenamente enmarcado en el siglo XXI.
2. Matana Roberts. COIN COIN Chapter Four: Memphis (Constellation)
El fascinante y colosal proyecto de la saxofonista muestra en este cuarto volumen (de los doce que tiene planeados) una gran evoluci¨®n, y se revela definitivamente como una de las obras m¨¢s importantes del jazz en las ¨²ltimas d¨¦cadas. M¨¢s que jazz, lo que Roberts parece aspirar a construir es un nuevo paradigma de la Great Black Music en el nuevo siglo. Y lo est¨¢ consiguiendo.
3. Fabian Almazan Trio. This Land Abounds With Life (Biophilia)
Una de las grabaciones en tr¨ªo de piano m¨¢s modernas y emocionantes de los ¨²ltimos tiempos. Almazan, tambi¨¦n fundador de Biophilia Records (cuyas sostenibles ediciones f¨ªsicas consisten en cart¨®n ilustrado y doblado con aires de origami, con un c¨®digo para descargar la m¨²sica en alta calidad), ha escrito e interpretado un doble ¨¢lbum que funciona como una larga suite en la que conviven jazz, tradici¨®n cubana y ecolog¨ªa.
4. Fire! Orchestra. Arrival (Rune Grammofon)
Por si no fuese suficiente proeza formar una banda original y mantenerla fresca e impactante en cada nuevo disco, esta versi¨®n ampliada y mutante del tr¨ªo Fire! capitaneada por el portentoso Mats Gustafsson ha sido capaz de reinventarse una vez m¨¢s en su quinto disco. Con la mitad de m¨²sicos que en su encarnaci¨®n original, el renovado grupo sigue siendo uno de los m¨¢s interesantes de la escena europea.
5. Ethan Iverson Quartet / Tom Harrell. Common Practice (ECM)
El primer disco de Iverson como l¨ªder publicado tras su salida de The Bad Plus (aunque en realidad se grab¨® un a?o antes de que dejase la banda) es una aut¨¦ntica delicia de principio a fin, con un Tom Harrell impresionante y el aire de momento perfecto capturado que tienen los grande discos grabados en el m¨ªtico Village Vanguard de Nueva York.
M?SICAS DEL MUNDO
Un espacio rizom¨¢tico
Por Javier Losilla
La Unesco ha incluido en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad los cantos, danzas y rituales de los Gnawa marroqu¨ªes, gozosa manifestaci¨®n de ese espacio simb¨®lico de creaci¨®n, exc¨¦ntrico y rizom¨¢tico, llamado m¨²sicas del mundo. Mon Laferte, explosivo volc¨¢n chileno, no est¨¢ mimada por la Unesco, pero ha facturado (igual que Ifriqiyya Electrique; Fra!; Arat Kilo, Mamani Keita y Mike Ladd; Nadah El Shazly y Cimafunk) alguno de los mejores conciertos del a?o. Por cierto: Mon ha editado un irresistible reguet¨®n (Plata ta t¨¢), lo que nos lleva al asunto de que en alg¨²n momento habr¨¢ que ocuparse sin complejos (¡°ya suelten tacos o ternos¡±, a decir de Alberti) de ese meneo que baila medio planeta, si no es m¨¢s. Recuento telegr¨¢fico: el ?frica electr¨®nica se ha explicado bien con Bantou Mentale y Kokoko! Y del mismo continente han brillado Ekiti Sound, Blick Bassy, Groupe Bayya & The Salem El Madih y una Ang¨¦lique Kidjo que puso en solfa a la mism¨ªsima Celia Cruz. El latido latino se ha llamado Ile, Aym¨¦ Darocena y ?Qu¨¦ vola? Y un franc¨¦s, G¨¦rald Toto, ha dado lecciones de inspiraci¨®n. Para celebrar: el 30? aniversario del sello discogr¨¢fico Real World; la recuperaci¨®n v¨ªa reediciones, por una multinacional, de World Circuit, otra marca ilustre, la resurrecci¨®n de la feria-festival Visa For Music, en Rabat, y la edici¨®n del disco p¨®stumo de Rachid Taha. Mientras, eventos hist¨®ricos como Pirineos Sur intentan recuperar fuelle. Y dijimos adi¨®s a Jo?o Gilberto, Celso Pi?a, Johnny Clegg y Alejandro Villa.
1. Nusrat Fateh Ali Khan and Party. Live at WOMAD 1985 (Real World)
Disco en directo del Camar¨®n de Pakist¨¢n, pr¨ªncipe de la m¨²sica devocional qawwali, que ha permanecido in¨¦dito hasta este a?o. La celebraci¨®n del 30 aniversario de Real World lo ha sacado felizmente a la luz. Pleno de facultades, Nusrat muestra aqu¨ª c¨®mo las m¨²sicas se enredan como las cerezas. Su canto es tan impresionante e intemporal como la base que lo sustenta.
2. Ifriqiyya Electrique. Laylet el Booree (Glitterbeat Records)
El grupo tunecino Ifriqiyya Electrique encuentra en el S¨¢hara inspiraci¨®n y trance. Para su segundo disco indaga en el ritual religioso Banga, en el desierto de Djerid. El canto Banga no celebra el exorcismo sino la posesi¨®n: la de los esp¨ªritus que penetran en los cuerpos e Ifriqiyya Electrique conecta esa plegaria con un conglomerado sonoro de corte postindustrial.
3. Lina_Ra¨¹l Refree. Lina_Ra¨¹l Refree (Glitterbeat Records)
La espl¨¦ndida cantante portuguesa Lina (Carolina Rodrigues) y el m¨²sico y singular productor espa?ol Ra¨¹l Refree, juntos y revueltos para dar al fado una vida nueva. Lina, recreando a Am¨¢lia, insufla drama y profundidad huyendo del aspaviento. Y Refree aporta la modernidad de un tejido musical poco convencional. Se trata de un viaje que conjuga el tiempo y el espacio. Turbulencia cu¨¢ntica.
4. Sho Madjozi. Limpopo Champion League (Flourish and Multiply)
Reside en Johanesburgo y se llama Maya Wegerif, aunque Sho Madjozi es el nombre con el que ha ascendido a los altares del gqom, ese ritmo canalla, primo de otras modernas pulsiones sudafricanas como el kwaito y el digital maskandi. Sho afianza la mezcla de c¨®digos musicales: una mixtura que trasciende tanto su regi¨®n de origen como el continente africano.
5. Gaby Moreno & Van Dyke Parks. ?Spangled! (Nonesuch)
Guatemalteca residente en Los ?ngeles, Gaby Moreno es una artista de lujo que cincela con br¨ªo el detalle. Aqu¨ª se al¨ªa con Van Dy Parks (Brian Wilson, Tim Buckley, The Byrd, Ry Cooder¡) para facturar esta delicia titulada ?Spangled! Lo hace con orquesta sinf¨®nica y traza un espl¨¦ndido viaje musical panamericano concebido casi como una comedia musical. Jackson Browne y Cooder se han subido al autob¨²s.
EXPERIMENTAL
Gran reserva 2019
Por ?lex S¨¢nchez
Al frente de la banda de avant-metal Sunn O))) (Life Metal y Pyroclasts, dos sobresalientes trabajos publicados este a?o) o firmando con su propio nombre el disco junto al director art¨ªstico del Groupe de Recherches Musicales (GRM), Fran?ois Bonnet, Stephen O¡¯Malley es uno de los nombres que han marcado 2019. O¡¯Malley ha editado tambi¨¦n en el sello que dirige, Ideologic Organ, uno de los discos destacados del curso, el de los japoneses Kukangendai (Palm), que junto a los franceses Oiseaux-Temp¨ºte (From Somewhere Invisible) y los norteamericanos 75 Dollar Bill (I Was Real) trazan una geograf¨ªa posible del rock en estos 12 meses. Kali Malone (The Sacrifical Code), Lea Bertucci (Resonant Spaces), ?liane Radigue (Occam Ocean 2), Sarah Davachi (Pale Bloom), Ellen Arkbro (CHORDS) o Ka Baird (Respires; artefacto ¨²nico) hacen lo propio en la composici¨®n contempor¨¢nea, mientras que Caterina Barbieri (Ecstatic Computation), Carl Stone (Baroo e Himalaya) o Moor Mother (Analog Fluids of Sonic Black Holes) siguen buscando el lugar inexplorado desde la electr¨®nica. En las m¨²sicas improvisadas rein¨® el sello de Chicago International Anthem con los extraordinarios lanzamientos de Jaimie Branch (Fly Or Die II: Bird Dogs Of Paradise; contiene uno de los temas del a?o, ¡®Prayer for amerikkka pt. 1 & 2¡¯) y Angel Bat Dawid (The Oracle), que junto a Joshua Abrams (Mandatory Reality) certifican una a?ada que va para gran reserva. Carlos Casas (Mutia) y el esquivo colectivo Moltforts (Les M¨²siques per a Albert Serra) dejan alto el panorama patrio.
1. Ka Baird. Respires (RVNG Intl.)
Suspiros, susurros, gemidos, exhalaciones: respiraciones en una extensi¨®n amplia y compleja de la palabra que Ka Baird procesa y reprocesa a trav¨¦s de aparataje electr¨®nico. El resultado es un sonido nuevo entre la canci¨®n pop, el arte sonoro y el minimalismo norteamericano de Steve Reich o Philip Glass, con Joan La Barbara controlando la escena desde el avantvisor.
2. Kali Malone. The Sacrificial Code (iDEAL)
Grabado en distintos ¨®rganos de iglesia y compuesto en su totalidad de piezas originales, The Sacrificial Code es un interesante punto de encuentro entre la m¨²sica lit¨²rgica para ese instrumento ¡ªen la cual Kali Malone es una experta¡ª y un personal¨ªsimo acercamiento al pop de vanguardia. Ext¨¢tico, mel¨®dico a lo lejos y sobresaliente, porque sobresale entre varios destacados discos de ¨®rgano publicados recientemente.
3. Jaimie Branch. Fly Or Die II: Bird Dogs Of Paradise (International Anthem)
Jaimie Branch confirma en esta segunda entrega de Fly or Die que su estado de gracia no tiene l¨ªmites. Bird Dogs of Paradise es al mismo tiempo un disco sofisticado y directo, de una variedad estil¨ªstica (caben aqu¨ª el jazz, el blues, la m¨²sica de New Orleans, el hip hop y hasta la m¨²sica de c¨¢mara) abrumadora.
4. Carl Stone. Himalaya (Unseen Worlds)
Afrobeat nervioso, collages que podr¨ªan formar parte de un disco de hip-hop abstracto, canciones pop intervenidas por el fast forward, breaks entre el house, la m¨²sica africana y Alice Coltrane, meditaci¨®n trascendental barata pero evocadora y m¨²sica tradicional japonesa atravesada por sintetizadores. Todo cuaja y parece un milagro, pero Stone es ciertamente un alquimista de altura.
5. 75 Dollar Bill. I Was Real (Thin Wrist)
I Was Real es un viaje: del blues del desierto al carnaval de New Orleans. Del blues del delta al post-punk neoyorquino de Suicide. Del rock progresivo cl¨¢sico y sus jam bands al country del sur profundo americano. Che Chen (guitarras) y Rick Brown (percusiones) atraviesan la ruta y la dotan de un crudo ¡°h¨¢zlo t¨² mismo¡± y esp¨ªritu vanguardista.
FLAMENCO
M¨¢s escena que discograf¨ªa
Por Ferm¨ªn Lobat¨®n
Destaca este a?o flamenco por un sensible crecimiento de su oferta esc¨¦nica en eventos. El arte jondo parece ensanchar su presencia p¨²blica, un dato que contrasta con el notable descenso de las producciones discogr¨¢ficas: cada a?o menos y con una difusi¨®n menor que, excepci¨®n hecha de la minor¨ªa que graba en majors, rara vez sale de un reducido circuito. Quiz¨¢s por ello, artistas emergentes ya f¨ªan su carrera a las redes, con todas sus variantes, mucho antes de grabar. Pero el personal sigue creando y recurre a la autoedici¨®n o a peque?os sellos para dar a conocer trabajos de enorme m¨¦rito, con est¨¦ticas diversas que vuelven a revelar la b¨²squeda de nuevos repertorios y presentaciones. En el cante, ha sido el caso de Roc¨ªo M¨¢rquez, que refresc¨® un cancionero popular que abarca cante y canci¨®n; el de David Lagos, con un trabajado concepto est¨¦tico, en el que ha dado entrada a la electr¨®nica, o el de Gema Caballero, que rebusc¨® en el folclor. Estas grabaciones encuentran su inspiraci¨®n en viejos maestros y en una tradici¨®n que siguen de forma ortodoxa cantaores como Rancapino Chico, Ingueta Rubio ¡ªcontinuidad en las sagas¡ª o Salmonete, protagonista de un sorprendente regreso. La guitarra (tambi¨¦n el piano) mantiene su reto de ser el veh¨ªculo de la evoluci¨®n formal de la m¨²sica flamenca. Las nuevas entregas de Jos¨¦ Carlos G¨®mez, Santiago Lara, Pedro Sierra o Ni?o de Pura refuerzan ese rol. En las teclas, Chico P¨¦rez irrumpi¨® con chispa.
1. Roc¨ªo M¨¢rquez. Visto en El Jueves (Universal)
La delgada l¨ªnea que a veces separa al cante de la canci¨®n se difumina en el cancionero reunido por la cantaora, donde convive el tango argentino o la copla con una amplia selecci¨®n de estilos flamencos. Todos reciben un tratamiento mel¨®dico que los acerca, otorgando unidad estil¨ªstica a una grabaci¨®n que no se entiende sin las inspiradas aportaciones del guitarrista Canito. Su singular acompa?amiento es tan innovador como refrescante.
2. David Lagos. Hodierno (edici¨®n del autor)
Para su tercer disco, Lagos ha trabajado un concepto sonoro complejo y arriesgado para exponer su cante. A la entrada de la electr¨®nica y el singular tratamiento del sonido se suma el otorgado a unos temas en los que conviven momentos de mucha densidad con otros de mayor ligereza. Todos, en cualquier caso, hunden sus ra¨ªces en la tradici¨®n y en antiguos maestros, como es habitual en el artista.
3. Jos¨¦ Carlos G¨®mez. Paisaje andaluz (Amorarte Music)
Despu¨¦s de sorprendernos hace ya tres a?os con su grabaci¨®n Origen, el m¨²sico algecire?o ha compuesto un peque?o concierto en tres movimientos para guitarra y orquesta. M¨²sica de inspiraci¨®n flamenca, pero concebida con libertad. Acompa?ado por la Bratislava Symphony Orchestra, la obra viaja por distintos paisajes para, finalmente, mostrarse r¨ªtmicamente m¨¢s flamenca en el tramo final.
4. Salmonete. Soltaron los cabos (La Bodega)
Un cabal de los Puertos da nombre al regreso discogr¨¢fico de Salmonete, un cantaor desaparecido durante d¨¦cadas que conserva sorprendentemente intacto su cante pleno de autenticidad y dotado de una singular jondura. Estilos desnudos que viajan directamente al centro de las emociones. Conmueve con la seguiriya y luce con las soleares o los fandangos, terrenos quiz¨¢s afines, pero transmite de igual forma con los cantes de levante que interpreta.
5. Chico P¨¦rez. Gruser¨ªas (La C¨²pula Music)
Hay una chispeante ¡ªy contagiosa¡ª efervescencia en los temas del disco debut de este pianista, que proyecta su juventud en impetuosas composiciones. Es cierto que la grabaci¨®n es pr¨®diga en estilos r¨ªtmicos, con diferentes buler¨ªas y tangos, alegr¨ªas, tanguillos¡, pero tambi¨¦n hay temas de intensa introspecci¨®n o de rico desarrollo mel¨®dico. La influencia del jazz va m¨¢s all¨¢ del homenaje a Charlie Parker por tangos.
CL?SICA
Un ¡®Capriccio¡¯ para la historia
Por Luis Gago
Lograr una representaci¨®n de ¨®pera perfecta es algo as¨ª como conseguir la cuadratura del c¨ªrculo: un imposible. Sin embargo, a veces ¡ªmuy raramente¡ª se produce el milagro y todo el caleidoscopio de elementos dispares que han de confluir e interaccionar en escenario y foso forman un arco¨ªris luminoso y perfecto. En Madrid sucedi¨® en 2017 con un luego archipremiado Billy Budd y el Teatro Real ha vuelto a hacer diana con Capriccio, una honda reflexi¨®n sobre el paso del tiempo, el arte y la propia ¨®pera compuesta por Richard Strauss en medio del estruendo y la furia de la II Guerra Mundial. Un reparto mod¨¦lico (encabezado por Malin Bystr?m, nacida para encarnar a la condesa protagonista) y una direcci¨®n esc¨¦nica (Christof Loy) y musical (Asher Fisch) en estado de gracia echaron por tierra rancios prejuicios y cautivaron a un p¨²blico entusiasta, deslumbrado y agradecido.
El a?o 2018 nos deja la, c¨®mo no, discreta retirada de Bernard Haitink. Y a Mariss Jansons, otro grande de la direcci¨®n de orquesta y un modelo de ¨¦tica art¨ªstica y humana, se le par¨® definitivamente su coraz¨®n maltrecho. A la vez que unos nos dejan, llegan otros. Este a?o ha marcado el ascenso definitivo al estrellato de Klaus M?kel?, nombrado director titular de la Filarm¨®nica de Oslo con tan solo 23 a?os, y de Santtu-Matias Rouvali, sucesor con 34 al frente de la Orquesta Philharmonia de Esa-?Pekka Salonen, llamado por San Francisco. Los tres son finlandeses: la educaci¨®n s¨ª importa.
1. Familia Bach. Cantatas. Vox Luminis. (Ricercar, RIC 401)
Vox Luminis grab¨® primero los motetes y ahora ha seleccionado varias cantatas de los antepasados de Johann Sebastian Bach, culminando con una de sus propias obras maestras juveniles, Christ lag in Todesbanden. La tesis vuelve a escribirse por s¨ª sola: varias generaciones de compositores e instrumentistas de la misma familia acabaron germinando en el m¨¢s grande compositor occidental. Como entonces, vuelve a deslumbrar el talento de su t¨ªo abuelo Johann Christoph, al que su sobrino calific¨® de un compositor ¡°profundo¡±. Interpretaciones de absoluta referencia.
2. Wagner y Strauss. Arias de Tannh?user y Lieder. Lise Davidsen y Orquesta Philharmonia / Salonen (Decca, 4834883)
Pocos dudan de que, a sus 32 a?os, Lise Davidsen est¨¢ llamada a ser la m¨¢s grande soprano wagneriana de las pr¨®ximas d¨¦cadas. De f¨ªsico y voz imponentes, su carrera asciende a un ritmo vertiginoso (acaba de debutar en la Metropolitan Opera de Nueva York) y su primera grabaci¨®n para un sello importante la lanza definitivamente al estrellato. Dos fragmentos de Tannh?user y varias canciones de Richard Strauss, entre ellos sus crepusculares Vier letzte Lieder, dan fe de que la soprano noruega, digna heredera de Kirsten Flagstad, no es un producto medi¨¢tico sino una pasmosa realidad.
3. Busoni. Concierto para piano. Kirill Gerstein y Orquesta Sinf¨®nica de Boston / Oramo (Myrios, MYR024)
El pianista Kirill Gerstein y el productor Stephan Cahen han vuelto a acertar de pleno. El a?o pasado fue Gershwin y en 2019 se han atrevido con el Concierto para piano de Ferruccio Busoni, una obra desmesurada en duraci¨®n (m¨¢s de 70 minutos) y en exigencias t¨¦cnicas para el solista que se cierra con un c¨¢ntico coral de alabanza a Al¨¢. Grabado en directo en Boston con la Orquesta Sinf¨®nica de la ciudad muy bien dirigida por Sakari Oramo, su escucha se vive como la aut¨¦ntica revelaci¨®n de una partitura que vio la luz en 1904 y que sigue siendo tristemente desconocida.
4. Barraqu¨¦. Obras para piano. Jean-Pierre Collot, piano (Winter & Winter, 910257-2)
Siete de las ocho obras de Jean Barraqu¨¦ que contiene este disco del sello alem¨¢n Winter & Winter no se hab¨ªan grabado jam¨¢s. La octava es su Sonata para piano, digna ¨¦mula de la Segunda Sonata de Pierre Boulez, y no menos compleja. Pero tiene m¨¢s inter¨¦s, si cabe, el Barraqu¨¦ preserial, reci¨¦n editado por B?renreiter, un m¨²sico lleno de misterio y rabiosamente po¨¦tico, como su maestro Olivier Messiaen. Jean-Pierre Collot toca la m¨²sica de su compatriota con devoci¨®n y el resultado es emocionante. Barraqu¨¦ nos mira desde el disco leyendo La muerte de Virgilio de Hermann Broch.
5. Beethoven. Tr¨ªos con piano. Vol. III. Trio con Brio Copenhagen (Orchid, 100101)
Todos calientan motores de cara a la gran efem¨¦ride beethoveniana de 2020. En el tercer y ¨²ltimo volumen de su integral de los tr¨ªos con piano del compositor alem¨¢n, el Trio con Brio Copenhagen (integrado por un pianista dan¨¦s, Jens Elvekjaer, y dos hermanas coreanas, Soo-Jin y Soo-Kyung Hong) remata una grabaci¨®n soberbia de este apartado a veces mal atendido de la producci¨®n camer¨ªstica de Beethoven. Su propuesta no s¨®lo est¨¢ a la altura de las grandes interpretaciones cl¨¢sicas, sino que, en muchos detalles, las superan. Un grupo al que seguirle la pista muy de cerca.
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